?Autonom¨ªa para Le¨®n?

Se sorprenden muchos de que Le¨®n quiera tener una autonom¨ªa propia. Lo mejor es que nadie se sorprende de que Navarra, Murcia, Cantabria, La Rioja o la misma Madrid la tengan. Es porque desconocen la historia.

El Estado de las autonom¨ªas se cre¨® hace 37 a?os sobre la plantilla de las regiones hist¨®ricas, todas las cuales tuvieron acceso a una autonom¨ªa propia excepto Castilla la Vieja y Le¨®n, a las que unieron sin consultar a sus pobladores (se consult¨® a los ayuntamientos, todos en manos de los partidos promotores de la idea: la UCD y el PSOE). Seg¨²n parece, la intenci¨®n de sus mentores (Mart¨ªn Villa y Peces-Barba) era hacer una autonom¨ªa fuerte que contrapesara a las llamadas autonom¨ªas hist¨®ricas, esto es, Catalu?a, el Pa¨ªs Vasco y Galicia, y sus posibles deseos segregacionistas. 37 a?os despu¨¦s, la historia ha demostrado que la uni¨®n de Castilla y Le¨®n no solo no ha servido a ese prop¨®sito, la prueba es lo que est¨¢ sucediendo en Catalu?a, sino que la propia autonom¨ªa castellano-leonesa se ha demostrado un fiasco monumental: la regi¨®n m¨¢s grande de Europa, con nueve provincias, cada una del tama?o del Pa¨ªs Vasco pero con una poblaci¨®n total que no alcanza a este y un ¨ªndice de envejecimiento que la convierte en el geri¨¢trico m¨¢s grande del pa¨ªs, se desintegra de d¨ªa en d¨ªa por su inoperatividad y falta de cohesi¨®n. Todas las provincias pierden peso y poblaci¨®n a?o tras a?o, excepto la de Valladolid, que crece a costa de las dem¨¢s (la capital de hecho, que no de derecho, de la autonom¨ªa castellano-leonesa acapara todo el poder pol¨ªtico), pero son las pertenecientes a la antigua Regi¨®n Leonesa, esto es, Salamanca, Zamora y Le¨®n, las que desde hace tiempo encabezan todos los rankings negativos tanto econ¨®micos como demogr¨¢ficos nacionales. ?C¨®mo extra?arse de que los leoneses, que han visto disminuir su poblaci¨®n en casi un tercio en estas ¨²ltimas d¨¦cadas, se quieran separar de esa autonom¨ªa forzosa que, adem¨¢s, les niega su identidad como regi¨®n hist¨®rica diferente (una identidad hist¨®rica que s¨ª reconoce, en cambio, el escudo nacional, la cuarta parte del cual est¨¢ dedicado a ella)?

La moci¨®n aprobada por el Ayuntamiento de Le¨®n, que estos d¨ªas est¨¢n secundando otros de la provincia a¨²n a pesar de las amenazas a sus concejales y alcaldes por parte de las ejecutivas del PSOE y el PP, pidiendo la separaci¨®n de Castilla algunos la han interpretado como una excentricidad, incluso le han buscado semejanzas con lo que Catalu?a pretende respecto de Espa?a. Lo primero demuestra simplemente desconocimiento tanto de la historia pol¨ªtica espa?ola como de la situaci¨®n que viven las provincias castellano-leonesas que no integran el eje Valladolid-Palencia-Burgos, el ¨²nico apoyado desde el poder auton¨®mico, y lo segundo ganas de confundir, pues, mientras que la Constituci¨®n no reconoce el derecho de autodeterminaci¨®n, s¨ª contempla el de cualquier regi¨®n hist¨®rica, y Le¨®n lo es, a tener una autonom¨ªa propia.

Mi opini¨®n es que en Espa?a hay tantas nacionalidades como lenguas, o sea, cuatro, y que lo dem¨¢s son regiones pertenecientes a una u a otra. El Estado de las autonom¨ªas actual no es m¨¢s que un parche pol¨ªtico que los dise?adores de la transici¨®n inventaron para solventar el problema territorial que se ha demostrado in¨²til, pero, mientras el parche exista, Le¨®n tiene el mismo derecho que cualquier otra regi¨®n a tener una autonom¨ªa propia. O todas o ninguna.