Carrie Symonds, la ¡®primera novia¡¯ del Reino Unido rompe las normas
La pareja de Boris Johnson, tiene cada vez m¨¢s presencia p¨²blica e incluso ha sido hu¨¦sped de la reina en Balmoral. El primer ministro no habla a¨²n de boda, pendiente de su divorcio
Cinco meses no es mucho tiempo, pero en el periodo transcurrido entre el 24 de julio hasta ahora Carrie Symonds, la pareja de Boris Johnson, ha pasado de contemplar desde la barrera c¨®mo su novio entraba solo en el 10 de Downing Street a hacerlo con ¨¦l en calidad de primera dama, o ¡°primera novia¡±, como la llaman algunos medios ingleses. Desde el pasado verano, Symonds vive con el pol¨ªtico (aunque un portavoz del primer ministro puntualiz¨® que ella no le cuesta un c¨¦ntimo al contribuyente), pero su papel se ha reforzado tras la abultada mayor¨ªa absoluta lograda por el Partido Conservador en las recientes elecciones. La figura de esta experta en comunicaci¨®n pol¨ªtica de 31 a?os ha ido ganando peso en los ¨²ltimos meses, en los que realiz¨® su primera intervenci¨®n p¨²blica, acompa?¨® a Johnson a actos de campa?a como la visita a un templo hind¨² en el norte de Londres, particip¨® en una marcha de protesta contra la caza de ballenas en Jap¨®n, se sent¨® junto a su suegro durante el discurso de apertura de legislatura de la reina, e incluso viaj¨® con su compa?ero al castillo de Balmoral en septiembre. Es la primera pareja no casada que hace uso de la invitaci¨®n que Isabel II extiende cada a?o al primer ministro.
Pero su relaci¨®n, que se conoce desde verano de 2018, ha tenido alg¨²n episodio pol¨¦mico. En primer lugar, se la considera el detonante de la separaci¨®n del premier y su segunda mujer, la abogada Marina Wheeler, con quien tiene cuatro hijos y llevaba 25 a?os casado. No era la primera vez que se aireaban los problemas entre ambos (los devaneos de Johnson son de dominio p¨²blico y, seg¨²n The Sun, en 2009 incluso lleg¨® a tener una hija fruto de una infidelidad), pero en esta ocasi¨®n ya no hubo vuelta atr¨¢s. El siguiente esc¨¢ndalo se produjo el pasado 21 de junio, cuando la polic¨ªa acudi¨® al apartamento de Symonds alertada por unos vecinos que hab¨ªan o¨ªdo gritos y fuertes ruidos (seg¨²n The Guardian, que tuvo acceso a su grabaci¨®n, Carrie habr¨ªa chillado ¡°su¨¦ltame¡± y ¡°l¨¢rgate de mi apartamento¡±, mientras Boris le habr¨ªa exigido a ella que no tocara su ¡°maldito port¨¢til¡±). No mejor¨® su imagen el hecho de que, apenas d¨ªas despu¨¦s, saliera a la luz una rom¨¢ntica fotograf¨ªa de ambos, mir¨¢ndose embelesados en medio del campo, que ten¨ªa toda la pinta de estar orquestada. Al final nada de eso le import¨® a los electores.
Graduada con honores en Historia del Arte, Symonds es hija de uno de los fundadores del peri¨®dico progresista The Independent y de una abogada del diario. Durante ocho a?os desempe?¨® diversos puestos en el equipo de prensa del Partido Conservador, hasta que en julio de 2017 ascendi¨® al de directora de comunicaci¨®n. Abandon¨® el cargo un a?o m¨¢s tarde, cuando su amistad con Johnson estaba ya en todos los tabloides, para centrarse en el activismo medioambiental, y ahora trabaja como asesora senior en Oceana, una organizaci¨®n que protege los oc¨¦anos y la vida marina y lucha contra la contaminaci¨®n por pl¨¢stico. Su cuenta de Twitter est¨¢ casi monopolizada por mensajes en favor del planeta y el bienestar animal, y no parece casualidad que esos temas hayan permeado tambi¨¦n la agenda pol¨ªtica del primer ministro. Adem¨¢s, despu¨¦s de hacer p¨²blica hace a?os su experiencia con John Worboys ¡ªconocido como ¡°el violador del taxi¡± y condenado en 2009 por m¨²ltiples cargos¡ª, que la drog¨® con una bebida cuando ella ten¨ªa 19 a?os, recientemente recaud¨® fondos e hizo campa?a, con ¨¦xito, para evitar que le concedieran la libertad condicional.
Ciertos medios especulan ahora con la posibilidad de que ella y Boris se casen una vez que el divorcio del primer ministro est¨¦ resuelto (¨¦l solo ha dicho al respecto que habr¨¢ que ¡°esperar y ver¡±) y examinan su elecci¨®n de vestuario en busca de supuestos mensajes pol¨ªticos (¡°?es el abrigo de 69 libras de Marks & Spencer con el que entr¨® en Downing Street un gui?o al gobierno del pueblo prometido por Johnson?¡±). Tambi¨¦n se conjetura sobre c¨®mo utilizar¨¢ su reci¨¦n adquirido estatus de primera dama. Su amiga Nimco Ali, exrefugiada somal¨ª y activista contra la mutilaci¨®n genital femenina, daba algunas pistas en un art¨ªculo laudatorio que escribi¨® sobre ella en Grazia: "Estoy deseando ver qu¨¦ hace ahora. Quiere convertir el mundo en un lugar mejor y es una gran fuerza para el bien. Basta conocerla unos minutos para que te contagie su optimismo y su actitud de 's¨ª se puede'". Aunque hasta el momento ha mantenido un perfil bajo y pretende seguir trabajando en Oceana, es l¨®gico pensar que su potencial para atraer a millennials de su perfil no es un activo que el Partido Conservador vaya a desaprovechar. Parafraseando a Boris, habr¨¢ que "esperar y ver".
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