Pocos ingresos
Al Gobierno le toca explicar cuanto antes c¨®mo financiar¨¢ el gasto de sus pol¨ªticas
De todas las promesas comprometidas en el acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos, aquellas relacionadas con la econom¨ªa de los ciudadanos ser¨¢n las prioritarias para determinar, en su momento, si el Gobierno de coalici¨®n se corresponde con las expectativas generadas en una parte importante de la poblaci¨®n. Ello porque de su lectura se desprende la clara prioridad de los coaligados para resta?ar las heridas causadas por la Gran Recesi¨®n en las capas m¨¢s vulnerables, en materia de empleo, devaluaci¨®n salarial, servicios p¨²blicos y precariedad.
Tanto las medidas incorporadas al acuerdo como las palabras del presidente en su investidura hubieran precisado de una memoria econ¨®mica para analizar con rigor sus contenidos concretos, prioridades y el tiempo de implantaci¨®n. Esa memoria ser¨¢ de facto los primeros Presupuestos que se presenten, dado que los que est¨¢n vigentes desde el pasado 1 de enero siguen siendo los de Crist¨®bal Montoro, prorrogados una y otra vez, y que se corresponden con otra coyuntura muy diferente de la actual.
Hay tres vectores tirando en direcciones distintas (no necesariamente opuestas) en la pol¨ªtica econ¨®mica que habr¨¢ de aplicar el nuevo Consejo de Ministros: los gastos comprometidos con sus electores, los ingresos p¨²blicos con los que hacerles frente y las recomendaciones provenientes de Bruselas que, seg¨²n la ya confirmada ministra de Hacienda y nueva portavoz del Gobierno, Mar¨ªa Jes¨²s Montero, ¡°son ineludibles¡±. Entre los primeros sobresalen, por su cuant¨ªa, la promesa de aumentar un punto la inversi¨®n en sanidad (del 6% al 7% del PIB) durante la legislatura ¡ªla sanidad p¨²blica ha sido el cap¨ªtulo m¨¢s dolorosamente recortado en la anterior d¨¦cada¡ª, la de subir los recursos p¨²blicos en educaci¨®n y becas en otro punto (del 4% al 5%), en esta ocasi¨®n con el horizonte del a?o 2025; la actualizaci¨®n de las pensiones conforme al IPC real mediante ley, o la creaci¨®n de un m¨ªnimo vital estatal para las capas m¨¢s desfavorecidas.
M¨¢s dif¨ªcil es concretar el aumento de la recaudaci¨®n fiscal con las medidas anunciadas, en algunos casos porque dependen de intangibles como la lucha contra el fraude fiscal, o de brindis al sol como son el de estudiar ¡°la fiscalidad de las grandes fortunas al objeto de que contribuyan a un sistema fiscal m¨¢s justo y progresivo¡±. Es imposible que la subida del m¨ªnimo del impuesto sobre los beneficios empresariales o el incremento de la fiscalidad a los que ganen m¨¢s de 130.000 euros anuales neutralice suficientemente la subida del gasto p¨²blico.
A esto hay que a?adir el l¨ªmite europeo. La anterior Comisi¨®n exig¨ªa a Espa?a un recorte de casi 10.000 millones de euros en los pr¨®ximos Presupuestos, debiendo utilizar nuestro pa¨ªs todas las ganancias inesperadas para reducir la deuda p¨²blica (cercana al 100% del PIB). El contexto se hace m¨¢s estrecho si se recuerda que el 1 de enero entr¨® en vigor parte de la reforma constitucional del art¨ªculo 135, que dice que, a partir de ahora, el Estado y las comunidades aut¨®nomas no podr¨¢n incurrir en un d¨¦ficit estructural que supere los m¨¢rgenes establecidos en su caso por la UE para sus Estados miembros.
Esta contradicci¨®n deber¨¢ ser explicada por el Gobierno nada m¨¢s tomar posesi¨®n porque, si no se aclara, determinar¨¢ su futuro. Bien lo saben los nuevos responsables econ¨®micos que, en algunos casos, la han puesto de relieve desde sus anteriores puestos de trabajo.
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