Trump ya tiene su armada
La creaci¨®n de una Fuerza espacial de EE UU cambiar¨¢ nuestra forma de mirar hacia arriba
Durante siglos poseer una armada no solo era s¨ªmbolo de poder de un pa¨ªs sino tambi¨¦n una condici¨®n indispensable de dominaci¨®n. Primero de un mar concreto y luego del mundo entero. Hab¨ªa quien las despreciaba con el argumento de que las guerras se ganan en tierra, pero lo cierto es que la historia est¨¢ llena de ejemplos de batallas navales que han decidido guerras y cambiado su curso. Es m¨¢s, a veces ni siquiera era necesario poseer una gran armada para poner en marcha el mecanismo de una gran guerra; bastaba el anuncio de que se iba a construir. As¨ª, no resulta extra?o que entre los cimientos de la Primera Guerra Mundial los historiadores hayan colocado la decisi¨®n del Imperio Alem¨¢n de construir una gran armada, decisi¨®n que se tom¨® bastantes a?os antes de que estallara la contienda.
En nuestro mundo globalizado, los mares se han convertido casi en lagos. Ya son solo peque?os escenarios estrat¨¦gicos. Por su parte, los oc¨¦anos tambi¨¦n han empeque?ecido en la concepci¨®n humana y ya no representan esa idea de inmensidad desconocida. Para los viajeros son lo que queda debajo de varias horas de avi¨®n. Para los militares, extensiones donde el problema puede ser el reabastecimiento, pero no suponen una barrera insuperable. Lo que significaba el horizonte del oc¨¦ano hace apenas 300 a?os ya no existe. O m¨¢s bien, se ha trasladado. Esa l¨ªnea est¨¢ ahora en otro oc¨¦ano, infinito, por encima de nuestras cabezas. Y resultar¨ªa sorprendente descubrir que los del siglo XXI no lo miramos con ojos tan diferentes a quienes contemplaban el Atl¨¢ntico en el XV.
El pasado 20 de diciembre, con la autorizaci¨®n del Congreso, Donald Trump firm¨® la creaci¨®n de un nuevo cuerpo militar de Estados Unidos: la Fuerza Espacial. Es la primera vez que esto sucede desde 1947 cuando se cre¨® la Fuerza A¨¦rea. Es cierto que hasta el momento pr¨¢cticamente solo tiene un miembro --el general John `Jay? Raymond-- y que la presentaci¨®n estos d¨ªas del nuevo uniforme ha generado cierto choteo p¨²blico. Es de un mimetizado cl¨¢sico, ¨²til sin duda para combatir en la selva, pero poco glamouroso para surcar por los anillos de Saturno. Pero eso es lo de menos. Lo importante es que EEUU ha anunciado la creaci¨®n de una armada para un oc¨¦ano.
Con sede en Colorado Springs y una pata en el Pent¨¢gono, la Fuerza Espacial ser¨¢ tan independiente de los dem¨¢s cuerpos como lo es, por ejemplo, la Fuerza A¨¦rea de la Armada. El pr¨®ximo marzo tendr¨¢ 200 personas trabajando en el Pent¨¢gono y ahora mismo se est¨¢ centrando en un proceso de selecci¨®n masiva, principalmente entre los miembros de otros cuerpos de las Fuerzas Armadas. De hecho, el primer empleado que ha contratado es un director de recursos humanos. Cuando este proceso termine, varias bases de las Fuerzas A¨¦reas donde la mayor¨ªa de sus miembros sean de la Fuerza Espacial ser¨¢n renombradas. ?Cu¨¢l es el siguiente paso? Oficialmente est¨¢ por definir, pero el objetivo no puede ser m¨¢s claro: disponer de una fuerza militar en el espacio, un lugar que hasta ahora se consideraba libre de esa actividad tan humana como estar preparados para una guerra.
Y como siempre sucede, otros seguir¨¢n. Tal vez sea cuesti¨®n de d¨¦cadas, pero llegar¨¢ el momento en que fuerzas espaciales de diferentes pa¨ªses se miren de reojo como hacen ahora sus nav¨ªos en el Pac¨ªfico o en el ?ndico. Tal vez todo estuviera ya en los nombres y no nos hayamos dado cuenta. Al dominio del Oc¨¦ano se le ha llamado "la era de los descubrimientos". Aqu¨ª desde el minuto uno se ha dicho "conquista del espacio".
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