Un fiasco de gesti¨®n

Pr¨¢cticamente ha coincidido en el tiempo la apertura en el Senado de la ¨²ltima ¡ªy decisiva¡ª fase del impeachment con el tercer aniversario de la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, un periodo que ha marcado la Casa Blanca y la forma de hacer pol¨ªtica desde la jefatura del Estado con una sola palabra: enfrentamiento.

Lejos de rebajar el tono cuando lleg¨® al poder, como vaticinaban los m¨¢s optimistas, Trump ha caracterizado su mandato por las declaraciones grandilocuentes, las pol¨¦micas dial¨¦cticas de todo tipo, las amenazas y los incidentes diplom¨¢ticos.

Pero esto es apenas la superficie de un planteamiento mucho m¨¢s preocupante y de repercusiones m¨¢s graves. El presidente de EE?UU ha polarizado como nunca a la opini¨®n p¨²blica estadounidense, ha borrado cualquier atisbo de moderaci¨®n p¨²blica que pudiera haber en el Partido Republicano, ha roto importantes acuerdos comerciales, puesto en duda vitales organizaciones de seguridad como la OTAN y, en suma, tratado de desmontar el sistema de cooperaci¨®n multilateral que ¡ªcon sus ¨¦xitos y fracasos¡ª ha tratado de mantener la paz y la prosperidad desde el final de la II Guerra Mundial.

Todo esto lo ha hecho Trump despreciando p¨²blicamente una manera de hacer pol¨ªtica que ha considerado demasiado d¨¦bil y asegurando que sus ¨¦xitos avalan esta actitud. Un desprecio dirigido especialmente a la Administraci¨®n de su antecesor, Barack Obama, y su estrategia multilateral. Pero la realidad no es tan brillante como clama el mandatario. El acuerdo econ¨®mico con China es fruto de una innecesaria guerra comercial, Ir¨¢n ha reanudado con mayor velocidad su carrera nuclear, Washington ha perdido p¨²blicamente la confianza de sus aliados europeos, la estrategia con Corea del Norte se ha demostrado ineficaz, la situaci¨®n en Irak y Afganist¨¢n sigue igual de inestable, la resoluci¨®n del conflicto entre israel¨ªes y palestinos parece a¨²n m¨¢s lejos despu¨¦s de que decisiones tomadas por Trump hayan alejado a EE?UU del papel de mediador privilegiado, su pol¨ªtica antinmigraci¨®n no ha servido para frenar las masivas oleadas de personas que tratan de cruzar la frontera, el r¨¦gimen de Venezuela sigue resistiendo y Trump ha alejado a EE?UU de la lucha contra el cambio clim¨¢tico.

Con este panorama debe afrontar el ¨²ltimo tramo de su proceso de destituci¨®n ¡ªal que califica de ¡°caza de brujas¡±¡ª y, especialmente, la reelecci¨®n en noviembre. El primer escollo probablemente lo superar¨¢ gracias a la mayor¨ªa republicana en el Senado, pero lo que suceda con el segundo depender¨¢ en gran parte de la persona que los dem¨®cratas propongan al electorado y de su capacidad de convencerle de que la exitosa gesti¨®n que reivindica Trump no ha sido m¨¢s que un gran fiasco.