Omar Montes: ¡°Tengo mi propio c¨®digo penal¡±
El ganador de 'Supervivientes', que triunfa con su 'trap' ca?¨ª, ha pasado de robar pa?ales para su hijo a dudar entre cochazos: "Vend¨ª el Ferrari porque a mi abuela le costaba entrar y ahora quiero un 'Lambor"

Revuelo en Picalagartos, una azotea hiperpija en la cima de la Gran V¨ªa madrile?a. Acaba de llegar Omar Montes rodeado de su s¨¦quito de colegas y de un equipo de televisi¨®n que le sigue para un especial sobre trap patrio. El figura, un chavalote de esculpido capilar rubio pollito, calzones asomando un palmo y un collar de 100.000 euros en leg¨ªtimos oro y brillantes, tiene cola de radios que quieren entrevistarle. Cuando me llega el turno, pide que quiten la m¨²sica ¡°para concentrarse¡±, me informa de que aqu¨ª ¡°tienen unas alcachofas de puta madre¡± y nos invita a m¨ª y al resto de los presentes a todas las que podamos atizarnos. Menos mal que la cocina est¨¢ cerrada. Son las cinco de la tarde.
Qui¨¦n le iba a decir cuando robaba pa?ales para su hijo que iba a estar aqu¨ª dando entrevistas.
Ya ves: nadie. Pero todo ha sido a base de esfuerzo y sacrificio.
Alguien puede pensar que esforzarse es poner ladrillos.
Claro, pero lo m¨ªo tambi¨¦n. Levantarte a las ocho, ir al gimnasio, al estudio, llegar derrotado a casa y, en vez de echarte la siesta, volver al estudio, o a hacer un videoclip, o a componer, que es lo que m¨¢s me cuesta, y solo lo hago cuando me llega la inspiraci¨®n.
?Qu¨¦ le inspira?
Todo. Unos ojos bonitos como los tuyos, estas vistas de Madrid, una pareja que se da un besito por la calle. Soy muy iluminati para eso, veo cosas, me inspira todo.
?'Ilumiqu¨¦'?
Ser iluminati es ser alguien que saca provecho de todas las ocasiones. Que ve cosas que otros no. T¨² eres un ser de luz, lo veo en tu mirada, en tu forma de proyectar veo que eres buena persona.
Superviviente
Boxeador, trapero, ganador de 'Supervivientes', exnovio de la hija de Isabel Pantoja. Omar Montes (Madrid, 31 a?os) es, con permiso de El Langui, el vecino m¨¢s c¨¦lebre de Pan Bendito, un barrio, digamos, complicado de Madrid. Por encima de todo eso, temas como 'Alocao', lo parten en YouTube y Spotify entre un p¨²blico joven y adolescente. Pese a que pone todo su empe?o en parecer lo contrario, se dice humilde, discreto y sensato. Viene de abajo, confiesa.
?Si fuera mala, lo ver¨ªa igual?
S¨ª, enseguida, rapid¨ªsimo.
?Ha tenido ese ojo desde cr¨ªo?
No. Lo he ido adquiriendo con el tiempo. A base de hostias. Yo he aprendido a palos. Era boxeador profesional y, para ganarme la vida, me han dado bien. Tambi¨¦n te digo que los palos de la vida duelen m¨¢s que los del ring. Pero no han podido conmigo y aqu¨ª estoy, soy un ser de luz precioso.
La autoestima, bien. ?No?
Guay. Soy un chaval que me lo he currado, buena gente con todo el mundo y Dios me recompensa con el ¨¦xito. A m¨ª me han hecho bullying. Me han llamado gordo de mierda, gitanaco, puto moro. Si me hubiera dejado llevar por esa gente, hoy no estar¨ªa aqu¨ª. Estar¨ªa en mi casa con depresi¨®n o me habr¨ªa pegado un tiro.
Alguna vez llorar¨¢.
Si le pasa algo a mi familia. Entonces, me da la tomson, me pongo nervioso y lloro.
?Ha pasado hambre? No hablo solo de 'Supervivientes'
S¨ª. De no tener para comer. Yo no vengo de que mis padres me hayan dado todo, o de Operaci¨®n Triunfo. Vengo de boxear, de hacer canciones a mi rollo, de contratar a un t¨ªo que grababa videoclips por cien pavos, subirlo a YouTube y que se haga viral. S¨¦ lo que vale un euro.
?Por eso le gusta llevar miles de ellos encima en billetes?
Claro. Imag¨ªnate pasar un d¨ªa por una tienda de Gucci, ver un piquete guapo de 6.000 euros, no poder compr¨¢rmelo y que al d¨ªa siguiente ya no est¨¦.
Un drama consumista.
S¨ª, me he vuelto un consumista de cojones. Me doy caprichos para m¨ª y los m¨ªos a diario. Me gustan los coches. Vend¨ª el Ferrari porque a mi abuela le costaba entrar, y ahora estoy a ver si me compro un Lambor. Pero, quitando eso, no soy ostentoso.
?Y ese caden¨®n que lleva?
Toda la vida me ha gustado el oro y la ropa de marca. Antes quer¨ªa y no pod¨ªa. Ahora puedo.
?Antes iba a los outlets?
No, hab¨ªa un gitano amigo m¨ªo que robaba la ropa y me la vend¨ªa a mitad de precio.
?Ah¨ª no ve delito?
Depende. Veo delito en robar a alguien, porque no sabes el esfuerzo que le lleva tener lo que tiene. Pero robarle tres camisetas a unos grandes almacenes que te est¨¢n robando a ti, no es malo. Tengo mi propio c¨®digo penal.
?Y cu¨¢l es el peor delito en ¨¦l?
Ser un chivato, un asesino, un violador o un maltratador. Odio a los maltratadores.
Creo que ha contratado a sus amigos del barrio de asistentes.
S¨ª. He empleado a mis colegas para que no est¨¦n en la calle haciendo cosas que no me gustan. Es muy dif¨ªcil salir de la zona oscura. O te vas muy lejos, o sales con los pies por delante.
?Y usted c¨®mo ha salido?
No he salido. Sigo viviendo en Panben [Pan Bendito]. S¨¦ qui¨¦n soy y de d¨®nde vengo. Y si me vienen mal dadas, estoy preparado para la hostia. De otra cosa no s¨¦, pero de hostias entiendo.
?Nota miradas por encima del hombro en otros ambientes?
No. Siempre he sabido defenderme. Doy mi vida y mi verdad, y eso la gente lo nota y lo acepta.
'Iluminati', 'Tomson'... ?De d¨®nde se saca esas palabras?
Me las invento. Tengo ese talento desde cr¨ªo. Tengo mi propio diccionario. Soy acad¨¦mico de la real academia de Pan Bendito. Imag¨ªnate lo chulo que ser¨ªa eso.
?Las palabras son m¨²sica?
Todo es m¨²sica. Desde el ruido del bote de Coca-Cola que se le cae a un cr¨ªo por la calle y estalla. Todo es bonito. Solo hay que ver el lado bueno de las cosas.
?En eso consiste la vida?
Chachi. Exactamente en eso. Y en no tener la piel tan fina. Ni contigo, ni con la gente. Hay cosas que pasan y no puedes hacer nada. T¨² no eres Dios. Entonces, si no puedes solucionar, al menos ¨²nete, ayuda. No s¨¦ explicarlo.
Si no puedes solucionar el paro, da curro a tus colegas.
Chachi. Yo puedo hacer que haya 15 parados menos. Te digo m¨¢s: 15 son los que van conmigo en mi furgoneta. Pero yo doy de comer a cienes de personas, perd¨®n, a cientos.
Y as¨ª duerme tranquilo.
Chachi. Esa es mi penitencia para pagar cuando era malo.
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