Isabel Preysler alcanza la placidez a los 69 a?os
La reina de la prensa del coraz¨®n celebra un lustro de relaci¨®n sosegada con el escritor Mario Vargas Llosa y cede el protagonismo medi¨¢tico a sus hijos
Isabel Preysler cumple este martes 69 a?os y en su vida ha cambiado todo y no ha cambiado nada. Los a?os la han convertido en una mujer madura de belleza serena, que sigue conservando el tir¨®n medi¨¢tico que la persigue desde que hizo acto de presencia en Espa?a de la mano del cantante Julio Iglesias hace ya casi cinco d¨¦cadas. Tambi¨¦n perpet¨²a el t¨ªtulo que la corona como una de las mujeres m¨¢s elegantes del panorama patrio y ese carisma entre misterioso e inalcanzable que enamora hasta a sus detractores cuando tienen la oportunidad de acercarse a ella y conocerla de cerca.
Sobre los secretos de su ¨¦xito se especul¨® mucho al principio. Despu¨¦s se consolid¨® como dogma que lo que es, es y no necesita explicaci¨®n y nos dejamos de hacer preguntas sobre el porqu¨¦ de su ¨¦xito. Algo tuvo que ver su historial amoroso ¡ªJulio Iglesias, Carlos Falc¨®, marqu¨¦s de Gri?¨®n, Miguel Boyer, ministro socialista, y ahora el premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa¡ª pero tambi¨¦n hizo mucho su aire et¨¦reo, su aparente calma en mitad del m¨¢s furioso tsunami y, dicho con cierta iron¨ªa, su impecable estilo como anfitriona que le hizo colarse en las casas de todos los espa?oles recibiendo invitados con una bandeja de bombones en la mano.
De los dulces pas¨® a imagen de pavimentos de lujo y se col¨® a trav¨¦s de ellos en el mism¨ªsimo palacio de Buckingham alternando con Carlos de Inglaterra, el heredero m¨¢s longevo de la historia brit¨¢nica. Pero Isabel Preysler era ya un icono y el pr¨ªncipe solo uno m¨¢s de los que entonces ten¨ªan el privilegio de codearse con ella. Al menos as¨ª era para muchos lectores de prensa rosa que ten¨ªan claro qui¨¦n era su reina.
El tema es que tras dos separaciones, una viudedad, cinco hijos, seis nietos e incluso una imagen de parecido discutible en el Museo de Cera de Madrid, Isabel Preysler parece haber encontrado el nirvana de su ya hist¨®rico saber estar con ra¨ªces en familia bien de Filipinas. Despu¨¦s de dos a?os convulsos tras el ictus que sufri¨® Miguel Boyer en febrero de 2012, Isabel volvi¨® a sorprender cuando a los 64 a?os sali¨® del encierro social voluntario en el que se confin¨® para cuidar a su esposo, dispuesta a brillar de nuevo en actos sociales de post¨ªn. No lo hizo en solitario, sino de la mano de otro se?or intelectual de bandera: Mario Vargas Llosa, el escritor y pol¨ªtico peruano que se lanz¨® al vac¨ªo por ella y rompi¨® un matrimonio de 40 a?os con Patricia Llosa.
No era la primera vez que Preysler paseaba al borde del acantilado medi¨¢tico, ese que pill¨® siempre por sorpresa a sus respectivas parejas. Una vez m¨¢s la filipina sonri¨® sin inmutarse, defendi¨® el poder del amor y dej¨® que pasara la tormenta. Hoy que cumple 69 a?os, lo hace en mitad de la calma personal. Afianzada su relaci¨®n, sin papeles de por medio, con el Premio Nobel cinco a?os despu¨¦s de saberse que entre ellos hab¨ªa m¨¢s que una entra?able amistad; regia en su papel de madre y abuela amant¨ªsima, pero sabia a la hora de soltar las amarras de sus reto?os; y ligera de equipaje porque los a?os le van diciendo que su estatus tiene f¨¦rreas maromas que la afianzan a su pedestal pero que ahora es el momento de que sus hijos sean los que se batan el cobre en los mentideros.
Isabel Preysler hace esperar a una televisi¨®n, retrasa un photocall y levanta murmullos a su paso. Hasta el propio Vargas Llosa (83 a?os) se ha convertido, seg¨²n el foro en el que se presenten juntos, en el consorte y no en la estrella. Nada de esto la inmuta, est¨¢ acostumbrada al efecto que causa desde hace a?os. Ahora prefiere gestionar la sorpresa que le ha provocado el ¨¦xito de su hija Tamara Falc¨® en MasterChef;?la desaparici¨®n buscada de su primog¨¦nita, Ch¨¢beli Iglesias, reclusa de su propio deseo de anonimato entre Carolina y Miami, en Estados Unidos; el blindaje de su hijo Enrique Iglesias, que mueve masas y millones como cantante, pero pelea como gato panza arriba por mantener a salvo su intimidad ¡ªuna lucha que solo rompe para presumir de su triple paternidad cuando los hijos que ha tenido con la extenista Anna Kournikova le derriten de felicidad¡ª; para acoger en casa a su hija menor, Ana Boyer, cuando aterriza en Espa?a junto a su marido, el tenista Fernando Verdasco, y su hijo Miguel; y para sonre¨ªr cuando le preguntan por Julio Jos¨¦, su otro v¨¢stago, que parece ser el alma m¨¢s libre de la familia, uno de los m¨¢s sonrientes pero tambi¨¦n el que menos suerte ha tenido en sus pinitos como cantante.
Queda Isabel Preysler para rato. El brillo de los mitos no se apaga f¨¢cilmente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.