La pol¨ªtica de la intimidad
El uso torticero de la vida privada de los personajes p¨²blicos se origin¨® en la Tercera Rep¨²blica francesa

El 14 de marzo de 1914, Henriette Caillaux, a la saz¨®n segunda mujer del hombre con m¨¢s futuro pol¨ªtico de Francia, Joseph Caillaux, en esos momentos ministro de Finanzas, asesin¨® a Gaston Calmette, director de Le Figaro, descerraj¨¢ndole seis tiros en su propio despacho. La v¨ªctima hab¨ªa llevado a cabo una aut¨¦ntica persecuci¨®n contra el ministro durante 100 d¨ªas, en los que su peri¨®dico y cierta prensa parisiense publicaron 138 art¨ªculos acus¨¢ndole de todo tipo de infracciones y corrupciones financieras y pol¨ªticas (en su inmensa mayor¨ªa falsas). El d¨ªa anterior al de su muerte, Calmette hab¨ªa cruzado el umbral, sagrado entonces en Francia, de invadir la vida privada de un hombre p¨²blico, insertando en primera p¨¢gina, a toda plana, una ¨ªntima carta que mostraba la relaci¨®n extramarital que Joseph y Henriette Caillaux hab¨ªan mantenido antes de contraer matrimonio, y que mostraba la infidelidad y la hipocres¨ªa pol¨ªtica del ministro.
Otros art¨ªculos del autor
Es decir, exactamente lo mismo de lo que ahora se acusa a Benjamin Griveaux, hombre de la m¨¢xima confianza del presidente Macron, que se ha visto obligado a dimitir como candidato a la alcald¨ªa de Par¨ªs por la difusi¨®n viral de un incriminatorio v¨ªdeo sexual. El juicio de Madame Caillaux, celebrado en los d¨ªas previos al estallido de la Gran Guerra, fue un acontecimiento de primera magnitud que dividi¨® a la sociedad francesa (como ya hab¨ªa ocurrido en el caso Dreyfus), pues en verdad lo que soterradamente se juzgaba era la estrategia pol¨ªtica de su marido. Caillaux era entonces presidente del Partido Radical y defend¨ªa una pol¨ªtica reformista cuyos principales ejes eran la modernizaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs y su apertura al exterior, la introducci¨®n en Francia de un impuesto sobre la renta y la riqueza que redujera la desigualdad, y la constituci¨®n de una Europa fuerte e integrada sobre la base de una estrecha cooperaci¨®n franco-alemana.
En El juicio de Madame Caillaux (Edward Berenson, Avarigani Editores, 2018) se juzg¨®, m¨¢s all¨¢ del crimen de la acusada, el individualismo ego¨ªsta de la sociedad burguesa de la belle ¨¦poque, y las ideas reformistas y europe¨ªstas del protol¨ªder de esa sociedad. Aunque Henriette fue incomprensiblemente declarada no culpable (une affaire passionnelle), su marido se convirti¨® en el chivo expiatorio que la resentida sociedad francesa demandaba. La Francia provinciana, antieurope¨ªsta, nacionalista, proteccionista y militarista result¨® as¨ª vencedora¡ y se encamin¨® a la frontera del norte para ejercer su deseo de venganza (nacido de la derrota de 1870) contra el archienemigo alem¨¢n.
El objetivo del ataque de la pol¨ªtica de la intimidad contra Griveaux no es Griveaux, sino el propio Macron y su estrategia pol¨ªtica, que se asemeja a la que un siglo antes aval¨® Caillaux
En suma: en contra de lo que estos d¨ªas denuncian la prensa y los c¨ªrculos pol¨ªticos franceses, eso que podemos denominar ¡°pol¨ªtica de la intimidad¡± (el uso torticero de la vida privada de los personajes p¨²blicos para ilegal e ileg¨ªtimamente descabalgarlos de sus cargos y proyectos), se origin¨® precisamente en la Francia de la Tercera Rep¨²blica, y experiment¨® un auge inusitado durante la belle ¨¦poque, en la que los principales diarios parisienses (?cuyas tiradas conjuntas no eran inferiores a los cinco millones de ejemplares!) revelaron los asuntos financieros y sexuales de numerosos protagonistas de la vida p¨²blica y de las ¨¦lites de la Rep¨²blica. Por cierto, todo ello con la injerencia desestabilizadora de algunos Gobiernos extranjeros, y muy especialmente del ruso, cuyo consejero de la embajada en Par¨ªs, Arthur Raffalovitch, acab¨® publicando (L¡¯Abominable V¨¦nalit¨¦ de la Presse, Librairie du Travail, 1931) los sobornos sistem¨¢tica y masivamente pagados a la prensa francesa durante la belle ¨¦poque.
Segundo: la pol¨ªtica de la intimidad presenta en la actualidad caracter¨ªsticas que agravan e intensifican sus nocivos efectos. El uso de las redes sociales como veh¨ªculos de difusi¨®n inmediata, viral y de, aparentemente, demoledora incontestabilidad (por medio de fotos o v¨ªdeos) pone en manos de cualquier aficionado a justiciero o de potencias con intereses espurios un arma de destrucci¨®n masiva contra la reputaci¨®n, la veracidad de los hechos y la estabilidad pol¨ªtica del pa¨ªs objetivo. Tercera. La historia muestra que situaciones y acontecimientos que creemos superados se repiten bajo otras apariencias. As¨ª, en la defenestraci¨®n de Joseph Caillaux pesaron sus errores, pero lo determinante fue, sin duda, la obstinaci¨®n de una parte de la sociedad francesa, y de ciertos intereses internacionales, por rechazar el modelo reformista, aperturista y europe¨ªsta que aquel promov¨ªa y representaba. El nacionalismo, el revanchismo, el populismo y el proteccionismo se impusieron, y las consecuencias de esta ceguera no se hicieron esperar.
?Acaso no asistimos hoy a un escenario geopol¨ªtico muy similar? ?Acaso no es evidente que Europa est¨¢ siendo ninguneada por los grandes bloques que se est¨¢n repartiendo el mundo? En este sentido, creo que el objetivo del ataque de la pol¨ªtica de la intimidad contra Griveaux no es Griveaux, sino el propio Macron y su estrategia pol¨ªtica, que se asemeja en muchos puntos a la que un siglo antes aval¨® Caillaux. Yo en su lugar tomar¨ªa nota. Y tambi¨¦n con ¨¦l todos aquellos que amamos una Europa unida, edificada sobre los valores humanistas e ilustrados, independiente de cualquier bloque y de sus posibles injerencias, y enfocada al progreso fundado en el m¨¦rito y la justicia social.
Santiago Eguidazu es t¨¦cnico comercial y economista del Estado.
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