Hay respuesta, hay futuro

En Espana hay 3,1 millones de trabajadores por cuenta propia y 4,4 millones de asalariados con contratos temporales. El fuerte peso de la microempresa y la dualizaci¨®n del mercado de trabajo nos convierten en una econom¨ªa muy vulnerable a los shocks econ¨®micos, incluso los temporales. Lo demostramos en la gran recesi¨®n: en el primer trimestre de 2009 la econom¨ªa se contrajo un 2,6% y el empleo cay¨® un 3,9%, lo que supuso 800.000 desempleados en tres meses. Todav¨ªa no nos hemos recuperado de lo que ocurri¨® hace diez a?os.

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No sabemos cu¨¢nto puede caer ahora el PIB, pero ser¨ªa mejor no tratar de descubrir hasta d¨®nde podr¨ªamos llegar si dej¨¢semos que fueran la incertidumbre y la pasividad los que encontrasen el nuevo equilibrio. Hay que reaccionar, con rapidez y contundencia, pero tambi¨¦n con credibilidad y realismo. Es lo que parece que ha hecho el Consejo de Ministros de ayer. Definir cuatro ¨¢reas de acci¨®n ¡ªfamilias, trabajadores, empresa y servicios sanitarios¡ª y comprometer recursos p¨²blicos y privados que suponen el 20% del PIB es la respuesta dr¨¢stica y decidida que se le estaba reclamando al Gobierno.

A falta de conocer los detalles, el paquete es a priori cre¨ªble y deber¨ªa contar con el apoyo un¨¢nime de las restantes fuerzas pol¨ªticas y agentes sociales. Ante la incertidumbre econ¨®mica la ¨²nica vacuna efectiva es que los ciudadanos recuperen la confianza en la capacidad de respuesta del Estado y del sector privado. Y para ello necesitan consenso y realismo. Necesitan comprobar que las medidas no son puro relato, sino que est¨¢n dise?adas por profesionales que saben lo que hacen. Aunque seguramente habr¨¢ que ir ajust¨¢ndolas responden a un diagn¨®stico compartido y descansan en instituciones e instrumentos que funcionan: nuestro Estado del Bienestar, el dialogo social y territorial, el sector privado, y nuestra pertenencia a la UE como garant¨ªa ¨²ltima de que el esfuerzo ser¨¢ financiable. Porque tambi¨¦n de esta sostenibilidad financiera depende su eficacia. No est¨¢ el mundo para seguir creyendo que las facturas de esta crisis o no existen o las van a pagar otros. Las vamos a pagar entre todos, repartiendo sus costes, esperemos que de forma equitativa, y en todo caso lo haremos en mejores condiciones que si el esfuerzo lo enfrent¨¢ramos solos. La ¨²nica cosa buena que hasta ahora ha tra¨ªdo esta crisis es el desprestigio definitivo del populismo, el amateurismo y la incompetencia.

Las medidas son conceptualmente correctas. Hace falta un escudo social que facilite la protecci¨®n de los m¨¢s vulnerables y de aquellos que temporalmente van a perder sus empleos. La flexibilizaci¨®n de los ERTE es un buen instrumento: adem¨¢s de proteger a los trabajadores de las perdidas temporales de renta, disminuye costes en las empresas y, adem¨¢s, los expedientes son autom¨¢ticamente reversibles. Es social y adem¨¢s un excelente estabilizador autom¨¢tico. Ese escudo viene precedido por el aseguramiento de la liquidez a las empresas mediante avales por 100.000 millones que debe evitar que las empresas quiebren por falta de liquidez o de cr¨¦dito. Se trata de un escudo empresarial tan social y necesario como el anterior, y que podemos activar porque tenemos bancos capaces de hacerlo. En 2008, los bancos eran el origen del problema, hoy son parte de la soluci¨®n. No hay que rescatarlos, sino usarlos para salvar a los aut¨®nomos y a las empresas. Hay que evitar que colapsen por falta de liquidez o de cr¨¦dito las empresas solventes y con ellas el empleo y el sistema de pagos del pa¨ªs. Ojal¨¢ los bancos tambi¨¦n est¨¦n a la altura del reto y aprovechen esta oportunidad para reconciliarse con la sociedad.