Lecci¨®n en casa
?Salimos al mundo o seguimos arreglando la casa? ?Empu?amos nuestra condici¨®n o reparamos un grifo? Cuando acabe la plaga y nos hallemos en un mundo arrasado, ?Kafka o Abraham?
Roberto Calasso me revela que en una carta de Kafka a Klopstock (junio 1921) el escritor le da un giro al dilema de Abraham y se pregunta c¨®mo pudo tomar a Isaac en prenda para el sacrificio, dice, ¡°a la manera de un camarero que recoge unas toallas¡±. Kafka imagina a un Abraham que no consigue salir hacia la colina para degollar a Isaac porque siempre tiene cosas que resolver en la casa. Ahora una ventana, luego una tomatera. No logra convertirse en patriarca: la indecisi¨®n le impide obedecer. Es un Bartleby.
Parece un esbozo de El castillo que qued¨® tan inacabado como el Abraham imaginario, pero en la carta usa una frase, ¡°poner a punto la casa¡±, que no figura en el G¨¦nesis. Viene de Isa¨ªas, cuando el profeta anuncia su muerte a Ezequiel. ¡°Pon a punto tu casa porque morir¨¢s y no vivir¨¢s m¨¢s¡±, le dice. Kafka traslada (?adrede, sin conciencia?) la frase de un libro a otro para que coincida con su Abraham indeciso y hacendoso, tan cabezudamente ocupado con las cosas de la casa que no tiene tiempo para degollar a Isaac.
Es una alabanza de la aton¨ªa ante la Ley. Siempre distra¨ªdos con las tareas de la casa (un dinero, un hijo, un libro, un fornicio, un partido), olvidamos que la muerte se cierne y de ese modo evitamos tomarnos en serio como carne mortal. Son tiempos de coronavirus y estamos cerrados en la casa donde seguimos poniendo las cosas a punto, en tanto que fuera a¨²lla la huracanada voz que exige sacrificios y muertes girando sobre nuestro terrado. La actual es una situaci¨®n excepcional, pero nos ilumina sobre la vida llamada ¡°normal¡±. Si esta vuelve, ?salimos al mundo o seguimos arreglando la casa? ?Empu?amos nuestra condici¨®n o reparamos un grifo? Cuando acabe la plaga y nos hallemos en un mundo arrasado, ?Kafka o Abraham?
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