
Trabajar sin derechos bajo el pl¨¢stico en Huelva
Huelva es conocida como la huerta de Europa. Cada a?o, miles de africanos se desplazan hacia sus campos para trabajar en la recogida de la fresa. Dos de ellos son Abou e Issouf

Huelva es conocida como la huerta de Europa. Cada a?o, miles de personas de origen africano se desplazan hacia sus campos para trabajar durante la temporada de la fresa, entre febrero y junio. Uno de ellos es Abou, que salt¨® la valla de Melilla en 2014 y desde entonces malvive en una chabola en Lepe. Otro es Issouf, que cruz¨® el mar desde Mauritania hasta las Islas Canarias en 2006 y tambi¨¦n se instal¨® all¨ª. Sin residencia ni permiso de empleo, han trabajado cada d¨ªa de cada temporada desde que llegaron a Huelva. Como ellos, muchos m¨¢s.
Son jornadas de entre siete y nueve horas de faena en las que apenas sacan 15 minutos de descanso para comer algo. Incluso ahora durante los d¨ªas de confinamiento y estado de alarma, siguen trabajando y sus condiciones en los asentamientos no han mejorado. Tampoco se les ha ofrecido una alternativa de vivienda para poder guardar la distancia de seguridad o tener mejores condiciones de higiene.










