L¨ªderes latinoamericanos piden al FMI fondos masivos para evitar una cat¨¢strofe econ¨®mica
Los expresidentes Cardoso, Lagos, Santos y Zedillo, junto a un grupo de personalidades del mundo de la econom¨ªa advierten, en una carta, de que, de no abordarse un plan integral, las consecuencias de la pandemia en la regi¨®n ser¨¢n dram¨¢ticas
La emergencia del coronavirus ha puesto en jaque a Am¨¦rica Latina. Los Gobiernos de la regi¨®n necesitan m¨¢s recursos para hacer frente a la pandemia en lo inmediato y paliar sus consecuencias econ¨®micas. Y un plan integral urgente, empezando por un desembolso masivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), es esencial para evitar que la crisis sanitaria tenga repercusiones dram¨¢ticas e irreversibles. Esta es la petici¨®n que un grupo de l¨ªderes latinoamericanos dirige a la comunidad internacional. En una carta titulada Imperativos ¨¦ticos y econ¨®micos de la lucha contra la covid-19:una perspectiva latinoamericana, cuatro expresidentes y una decena de exministros de Econom¨ªa, docentes y gobernadores de bancos centrales solicitan al Fondo que profundice su implicaci¨®n ¡°tanto para abordar las necesidades fiscales y cambiarias de los pa¨ªses en el corto plazo como para seguir apoyando a las econom¨ªas en el futuro¡±.
La iniciativa ¡ªencabezada por el exmandatario brasile?o Fernando Henrique Cardoso, el chileno Ricardo Lagos, el colombiano Juan Manuel Santos y el mexicano Ernesto Zedillo¡ª plantea la emisi¨®n de un bill¨®n de Derechos Especiales de Giro, los llamados DEG. Se trata de un activo creado en 1969 por el FMI para apoyar las reservas de los pa¨ªses miembros que se puede intercambiar por divisas corrientes como el d¨®lar o el euro. El valor de un DEG es en estos momentos de 1,3 d¨®lares. Y, aunque estos fondos se asignan habitualmente a los Estados en funci¨®n de sus cuotas, la situaci¨®n por la que atraviesa el continente justifica ahora ¡°una asignaci¨®n no proporcional a trav¨¦s de un fondo que acelere el apoyo fiscal a los Gobiernos m¨¢s necesitados¡±. Urge, adem¨¢s, una mayor celeridad en los desembolsos.
Los l¨ªderes firmantes apelan tambi¨¦n a los bancos centrales, que al emitir monedas de reserva ¡°pueden contribuir a reducir la liquidez cambiaria global¡±, ampliando las permutas e intercambios financieros con otros bancos centrales. Los entes emisores, adem¨¢s, ¡°deben utilizar todos los instrumentos a su alcance, innovando cuando sea necesario, para inyectar liquidez a los mercados financieros y a la econom¨ªa¡±. En el plan tienen que intervenir algunos de los principales organismos multilaterales como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco de Desarrollo de Am¨¦rica Latina (CAF). A continuaci¨®n, lea la carta completa.
Imperativos ¨¦ticos y econ¨®micos de la lucha contra la covid-19: una perspectiva latinoamericana
La pandemia de covid-19 es una conmoci¨®n in¨¦dita, de duraci¨®n incierta y consecuencias catastr¨®ficas que, si no es abordada adecuadamente, podr¨ªa convertirse en uno de los episodios m¨¢s tr¨¢gicos de la historia de Am¨¦rica Latina y el Caribe. Aunque la crisis requiere una acci¨®n r¨¢pida y decisiva de parte de los Gobiernos
, las respuestas pol¨ªticas en nuestra regi¨®n han sido desiguales. En varios casos se ha reaccionado r¨¢pidamente, haciendo de la protecci¨®n de la salud p¨²blica el objetivo principal. Lamentablemente, algunos Gobiernos han tendido a minimizar los riesgos de la pandemia, informando mal a los ciudadanos y haciendo caso omiso tanto de la evidencia cient¨ªfica como del consejo de sus propios expertos. En lugar de movilizar todas las capacidades a su disposici¨®n, algunos l¨ªderes han apostado por una pol¨ªtica populista y divisiva en medio de la tragedia. Los latinoamericanos merecemos m¨¢s que eso.
La supresi¨®n de la epidemia para minimizar su morbilidad y mortalidad debe ser nuestra prioridad principal. Am¨¦rica Latina deber¨ªa centrarse en mejorar sus sistemas de salud, canalizar recursos a hospitales, adaptar temporalmente la infraestructura inactiva, como hoteles y centros de convenciones, y aumentar dr¨¢sticamente la capacidad de testeo.
A la disminuci¨®n de los vol¨²menes y precios de exportaci¨®n, p¨¦rdida de ingresos del turismo y las remesas, y grandes salidas de capital, en las econom¨ªas latinoamericanas se suma ahora la interrupci¨®n masiva de la producci¨®n nacional. La fuerte ca¨ªda de la oferta, combinada con una ca¨ªda generalizada de la demanda, puede desencadenar una espiral contractiva. En este marco, es esencial avanzar con pol¨ªticas audaces para proteger los ingresos de las personas y los hogares, incluyendo transferencias en efectivo para aquellos que quedan en una posici¨®n vulnerable por la crisis, entre ellos los trabajadores informales e independientes que no pueden acceder a subsidios de empleo o al seguro de desempleo.
Para preservar los empleos y los ingresos de los trabajadores, tambi¨¦n es esencial ayudar a las empresas, acompa?¨¢ndolas durante el per¨ªodo de distanciamiento social, y estimul¨¢ndolas en la recuperaci¨®n posterior. Los subsidios para el pago de salarios, condicionados al mantenimiento de la n¨®mina, protegen tanto a empresas como a trabajadores y son cruciales para una r¨¢pida mejora de la econom¨ªa. Por el contrario, si no se evitan las quiebras generalizadas, la pr¨®xima v¨ªctima de la crisis ser¨ªa el sistema bancario, con lo que el sistema de pagos y la econom¨ªa en su conjunto correr¨ªan el riesgo de colapsar.
Muchas empresas, particularmente las peque?as y medianas, sufrir¨¢n importantes p¨¦rdidas de ingresos mientras dure la crisis. Sin apoyo, la falta de liquidez se convertir¨¢ en un problema de solvencia, y los aplazamientos de impuestos, la refinanciaci¨®n de pr¨¦stamos y los cr¨¦ditos subsidiados no ser¨¢n suficientes. Esta emergencia requiere garant¨ªas fiscales de cr¨¦dito sin precedentes, as¨ª como cambios temporales en la regulaci¨®n, para incentivar y sostener el cr¨¦dito bancario. Los bancos p¨²blicos bien capitalizados y administrados podr¨ªan desempe?ar un papel de liderazgo en este frente.
El est¨ªmulo fiscal tambi¨¦n ser¨¢ crucial en la fase de recuperaci¨®n, momento en el que los Gobiernos deber¨¢n impulsar el empleo y la actividad econ¨®mica sin exacerbar los riesgos sanitarios. Las pol¨ªticas diferir¨¢n entre pa¨ªses, pero necesitar¨¢n recursos extraordinarios durante esa fase.
Todo esto plantea un desaf¨ªo excepcional: si bien las necesidades fiscales son ahora mucho mayores que durante la crisis financiera global de 2008-2009, los recursos fiscales en las econom¨ªas latinoamericanas son hoy m¨¢s limitados. Los costos del est¨ªmulo deber¨¢n compensarse con ajustes presupuestarios en ¨¢reas de menor prioridad. El compromiso de nuestros poderes Ejecutivo y Legislativo con la correcci¨®n del incremento del d¨¦ficit fiscal dentro de un per¨ªodo de tiempo razonable servir¨¢ para mitigar el riesgo de un deterioro de la calificaci¨®n crediticia que amenaza a varios de nuestros pa¨ªses.
Los l¨ªderes latinoamericanos deben hacer un llamado en¨¦rgico a la cooperaci¨®n internacional para enfrentar la crisis, condenando los controles a la exportaci¨®n de suministros m¨¦dicos y dem¨¢s recursos cr¨ªticos, y exigiendo un incremento de fondos para la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, contrario a la temeraria decisi¨®n del Gobierno de Estados Unidos. Se necesita una coordinaci¨®n global m¨¢s s¨®lida entre las autoridades de la salud para mejorar la capacidad de realizar pruebas, tratar y aislar a los pacientes, y desarrollar una vacuna y cura, que ser¨¢n la soluci¨®n definitiva para la pandemia de covid-19. Las compa?¨ªas farmac¨¦uticas deben ayudar a los pa¨ªses con materiales reactivos para ampliar el n¨²mero de testeos y con acceso libre a la tecnolog¨ªa para producirlos. En el ¨¢mbito financiero, los reguladores, las agencias de calificaci¨®n crediticia y las instituciones de normas contables deben adaptar sus criterios para hacer frente a circunstancias sist¨¦micas excepcionalmente adversas.
El apoyo externo para las cuentas fiscales y la balanza de pagos es indispensable, especialmente para los pa¨ªses m¨¢s peque?os y menos desarrollados de Am¨¦rica Latina. Si tanto las empresas privadas como los Gobiernos elevan sus d¨¦ficits, ocurrir¨¢ lo mismo con la cuenta corriente de los pa¨ªses. A esto se suma las salidas de capitales de los mercados emergentes, que ya ha sido la m¨¢s grande en la historia, y la depreciaci¨®n cambiaria resultante, potencialmente desestabilizadora. Para muchas econom¨ªas de la regi¨®n, un apoyo externo oficial mucho mayor ser¨¢ la ¨²nica forma de hacer frente a esta combinaci¨®n in¨¦dita de shocks adversos.
El FMI tiene un papel esencial que desempe?ar, tanto para abordar las necesidades fiscales y cambiarias de los pa¨ªses en el corto plazo como para seguir apoyando a las econom¨ªas en el futuro, a trav¨¦s de una crisis de duraci¨®n incierta. El FMI necesita m¨¢s recursos y la capacidad de desembolsarlos r¨¢pidamente. Los Gobiernos latinoamericanos deber¨ªan exigir una nueva emisi¨®n de un bill¨®n de Derechos Especiales de Giro (DEG). Y si bien estos DEG se asignan a los pa¨ªses miembros de acuerdo con sus respectivas cuotas, se podr¨ªa facilitar una asignaci¨®n no proporcional a trav¨¦s de un fondo que acelere el apoyo fiscal a los Gobiernos m¨¢s necesitados. Adem¨¢s, la duplicaci¨®n inmediata de los Nuevos Acuerdos para la obtenci¨®n de Pr¨¦stamos (NAP) dar¨ªa al Fondo la capacidad necesaria para atender la demanda urgente de pr¨¦stamos que se avecina. Finalmente, dado que los programas con alto acceso son lentos de aprobaci¨®n para las actuales urgencias, el FMI deber¨ªa aumentar significativamente el acceso a sus facilidades de desembolsos r¨¢pidos y condicionalidad leve, o crear una nueva para la pandemia.
Los bancos centrales que emiten monedas de reserva pueden contribuir a reducir la iliquidez cambiaria global, ampliando sus swaps de moneda con otros bancos centrales. Esto puede hacerse de manera directa entre bancos o, indirectamente, a trav¨¦s de la intervenci¨®n del FMI o del Banco de Pagos Internacionales (BPI) como intermediarios de la liquidez. A nivel nacional, los bancos centrales deben utilizar todos los instrumentos a su alcance, innovando cuando sea necesario, para inyectar liquidez a los mercados financieros y a la econom¨ªa.
Por ¨²ltimo, los bancos multilaterales de desarrollo (BMD) como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y CAF deber¨ªan duplicar la cantidad de pr¨¦stamos netos a la regi¨®n para apoyo presupuestario con condicionalidad muy reducida, aprovechando la gran liquidez de los mercados globales de capital. En circunstancias excepcionales y en pa¨ªses sin acceso a los mercados, la suspensi¨®n del servicio de deuda podr¨ªa complementar estos pr¨¦stamos oficiales. Los BMD tambi¨¦n deber¨ªan proporcionar a los pa¨ªses directrices sobre las diversas ¨¢reas de pol¨ªticas involucradas en la respuesta a la crisis, incluyendo sus propias estimaciones de las tasas de morbilidad y mortalidad de la covid-19, especialmente en casos donde los Gobiernos est¨¢n minimizando la amenaza para la salud. En la lucha contra la pandemia, no hay tiempo que perder.
El desaf¨ªo planteado no tiene paralelo en la historia reciente. El mundo, y Am¨¦rica Latina y el Caribe, no pueden permitirse respuestas tard¨ªas o inadecuadas. La confianza mutua, la transparencia y la raz¨®n, no el populismo o la demagogia, siguen siendo las mejores gu¨ªas en estos tiempos inciertos. La crisis no puede ser excusa para debilitar nuestras democracias, ganadas con tanto esfuerzo; por el contrario, es la oportunidad para demostrar que la democracia est¨¢ en condiciones de responder a desaf¨ªos extremos, cumpliendo con justicia con sus ciudadanos.
Fernando Henrique Cardoso*, fue presidente de Brasil (1995-2002). Ricardo Lagos*, fue presidente de Chile (2000-2006); Juan Manuel Santos*, presidente de Colombia (2010-2018) y Ernesto Zedillo Ponce de Le¨®n*, presidente de M¨¦xico (1994-2000) y es acad¨¦mico de Yale University.
Adem¨¢s firman esta carta: Mauricio C¨¢rdenas, ministro de Hacienda y Cr¨¦dito P¨²blico de Colombia (2012-2018); y acad¨¦mico de Center on Global Energy Policy, SIPA, en Columbia University. Roberto Chang, profesor Distinguido de Econom¨ªa, Rutgers University, USA. Jos¨¦ De Gregorio, ministro de Econom¨ªa, Miner¨ªa y Energ¨ªa de Chile (2000-2001), presidente del Banco Central de Chile (2007-2011) y decano de la Facultad de Econom¨ªa y Negocios, Universidad de Chile. Ilan Goldfajn, presidente del Banco Central de Brasil (2016-2019); director y fundador del Centro de Debates de Pol¨ªticas Publicas (CDPP). Ricardo Hausmann, ministro de Planeamiento Venezuela (1992-1993); profesor de Kennedy School of Government de Harvard University. Eduardo Levy Yeyati, decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella. Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central de Argentina (2015-2018) y profesor plenario de la Universidad de San Andr¨¦s. Rodrigo Vald¨¦s, ministro de Hacienda de Chile (2015-2017) y acad¨¦mico de la Escuela de Gobierno, Universidad Cat¨®lica de Chile. Andr¨¦s Velasco, ministro de Hacienda de Chile (2006-2010) y decano de la School of Public Policy en London School of Economics.
*Miembro de The Elders.
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