Por qu¨¦ deber¨ªamos leer ahora las novelas er¨®ticas que excitaron a nuestros abuelos
Abordan el sexo con crudeza y sin complejos. Estos cl¨¢sicos de la literatura no han perdido su vigencia y este retiro forzoso es, tal vez, el momento ideal para recuperarlos
La primera novela er¨®tica de occidente, una colecci¨®n de cuentos obscenos escritos por encargo, la autobiograf¨ªa sexual de uno de los padres de la nueva novela norteamericana, las falsas memorias de juventud de una prostituta, la historia de sumisi¨®n fetichista que inspir¨® la moderna subcultura BDSM¡ Del Londres decr¨¦pito de Fanny Hill a la Alejandr¨ªa pagana de Pierre Lou?s pasando por la Barcelona lasciva de George Bataille o el Par¨ªs libertino y electrizante de Historia de O.
Estos diez cl¨¢sicos del erotismo literario, en su mayor¨ªa muy antiguos, abordan el sexo en todo su esplendor y su crudeza, sin miedo a cruzar esa barrera invisible que separa lo sugerente de lo obsceno, el erotismo de la pornograf¨ªa. Hemos querido recuperarlas como lecturas de cabecera para estos d¨ªas de reclusi¨®n forzosa en los que las autoridades sanitarias nos recomiendan que, puestos a practicar el sexo, intentemos hacerlo roz¨¢ndonos lo menos posible.
'Fanny Hill: Memorias de una mujer de placer', de John Cleland
?De qu¨¦ va esto? Una novela hija, como tantas otras, del confinamiento forzoso. Encarcelado por deudas en la prisi¨®n londinense de Fleet Street en invierno de 1748, el aventurero, diplom¨¢tico y hombre de negocios brit¨¢nico John Cleland pidi¨® pluma y papel y escribi¨® en cuesti¨®n de semanas esta novelita gamberra y obscena, a medio camino entre la pornograf¨ªa y la picaresca. Es la historia de una joven campesina, Fanny, que emigra a Londres tras quedarse hu¨¦rfana. All¨ª acaba enrolada en un prost¨ªbulo y encadenando orgasmos, amor¨ªos y desventuras a un ritmo fren¨¦tico, sin pausa y sin tregua. Aunque en la tradici¨®n brit¨¢nica hay antecedentes de literatura er¨®tica tan ilustres como alguno de los sonetos de William Shakespeare o los dramas procaces de John Ford (lean si la encuentran su desvergonzada apolog¨ªa del incesto ?Qu¨¦ pena que sea una puta!), Fanny Hill es la primera gran novela libertina, un subg¨¦nero de cierto ¨¦xito en la Europa del siglo XVIII. Un contempor¨¢neo de Cleland, el intelectual escoc¨¦s James Boswell, habl¨® del libro como ¡°la sucia fantas¨ªa de un tipejo perverso y amargado¡±.
?Por qu¨¦ vale la pena? Su autor lo consideraba un simple capricho, ¡°fruto de las divagaciones de una mente ociosa¡±. Pero lo cierto es que nada de lo que escribi¨® en a?os posteriores, ni sus tragedias hist¨®ricas, ni su plomizo Diccionario del amor ni sus ensayos sobre el idioma ga¨¦lico, supo estar a la altura de esta divertida cr¨®nica de supervivencia y arribismo sexual en un Londres mugriento y c¨ªnico. Cleland se propuso demostrar que era perfectamente posible escribir una novela trufada de sexo expl¨ªcito sin incurrir en la vulgaridad ni en el lenguaje obsceno. De ah¨ª la deliciosa acumulaci¨®n de met¨¢foras y eufemismos, algunos francamente divertidos, con las que describe los genitales, el acto sexual y las rutinas del oficio m¨¢s antiguo del mundo. De la novela emerge, adem¨¢s, el retrato de una protagonista muy moderna, con sustancia y matices. Pariente lejana de la prostituta de buen coraz¨®n que interpret¨® Julia Roberts en Pretty woman, Fanny es una libertina a su pesar, que disfruta del sexo sin hipocres¨ªa y con una cierta candidez, pero no se resigna del todo a ser instrumento y v¨ªctima de las pasiones ajenas. En cierto sentido, la suya es la historia de una hero¨ªna de clase obrera capaz de atravesar el abismo de la mala vida sin perder la dignidad ni la inocencia.
'Delta de Venus', de Ana?s Nin
?De qu¨¦ va esto? Una obra maestra de la literatura por encargo. A principios de la d¨¦cada de 1940, la escritora francesa Ana?s Nin entr¨® en contacto con un misterioso mecenas, conocido como el Coleccionista, que le encargaba relatos er¨®ticos y se los pagaba a peso, a un pu?ado de d¨®lares la pieza. Como el Coleccionista result¨® un consumidor insaciable de casquer¨ªa er¨®tica, Nin empez¨® a compartir su peque?o negocio con otros escritores tan necesitados como ella, empezando por Henry Miller y el poeta brit¨¢nico George Baker. Eso la convirti¨®, seg¨²n sus propias palabras, ¡°en la madame de un peque?o burdel literario¡±. Una selecci¨®n de esos relatos fue recopilada por la propia autora y publicada pocos meses despu¨¦s de su muerte, en 1977.
?Por qu¨¦ vale la pena? A Nin la exasperaban las exigencias de su cliente, que se declaraba en general satisfecho con los relatos y siempre volv¨ªa a por m¨¢s, pero insist¨ªa en pedirle una y otra vez ¡°m¨¢s sexo¡± y ¡°menos poes¨ªa¡±. A?os despu¨¦s, la escritora reconoci¨® que el Coleccionista y su preferencia por el erotismo m¨¢s crudo la hab¨ªan forzado a depurar su estilo, a ir al grano y esforzarse por ofrecer sexo qu¨ªmicamente puro, sin aditivos ni ingredientes superfluos, mejorando as¨ª el resultado. Alguno de los 15 relatos, empezando por El aventurero h¨²ngaro, sorprenden hoy, en esta ¨¦poca tan enferma de literalidad y mojigater¨ªa, por su audacia y su alto grado de incorrecci¨®n pol¨ªtica. Otros, como Mathilde, demuestran que incluso en los estrechos m¨¢rgenes de la literatura er¨®tica hecha por encargo queda espacio para el talento y la capacidad de sorpresa. Y alguno, como Elena, deja claro que una escritora de raza como Nin podr¨¢ rebajar la dosis de poes¨ªa hasta hacerla pasar casi inadvertida para un lector poco atento, pero nunca conseguir¨¢ eliminarla por completo.
'Dafnis y Cloe', de Longo
?De qu¨¦ va? Una novela pastoril de apenas 100 p¨¢ginas escrita, presuntamente, en la isla griega de Lesbos durante el siglo II de nuestra era por un autor llamado Longo y del que nada sabemos, aparte de que escrib¨ªa de manera sencilla y directa, sin dejarse arrastrar en exceso por los cerros de la ret¨®rica. La obra cuenta la historia de amor entre dos pastores jovenc¨ªsimos, la hu¨¦rfana Cloe y el hu¨¦rfano Dafnis, abandonados al nacer, amamantados por cabras y corderos y despu¨¦s criados juntos entre reba?os y monta?as, cerca de la ciudad lesbia de Mitilene. Tras un telegr¨¢fico repaso a sus primeros a?os, la novela nos cuenta c¨®mo Dafnis y Cloe llegan a la pubertad y descubren juntos el amor y el sexo.
?Por qu¨¦ vale la pena? Gran parte de la literatura grecorromana, de la Metamorfosis de Ovidio a los poemas de Safo o los mucho m¨¢s tard¨ªos versos del alejandrino Cal¨ªmaco, est¨¢ impregnada de un sutil erotismo. Lo que ya no resulta tan frecuente es que una novela escrita hace 1900 a?os aborde el sexo de manera tan expl¨ªcita y festiva, con semejante falta de pudor y de complejos. Juzguen ustedes. En el que tal vez sea el fragmento m¨¢s c¨¦lebre de esta cr¨®nica de iniciaci¨®n sexual, Dafnis y Cloe, tras d¨ªas contempl¨¢ndose el uno a la otra con inquietud y alegr¨ªa, sienten la embriaguez de los cuerpos ¡°desnudos y fragantes¡±, el calor de los ¡°dulces besos¡± y el aguij¨®n insoportable del deseo. Con entusiasmo silvestre, intentan aparearse como han visto hacer una y otra vez a sus animales, pero su ansiedad y falta de experiencia hacen que el cuerpo de Dafnis ¡°resbale¡± una y otra vez sobre el de Cloe sin que les resulte posible encajar y ¡°saciarse¡±, dejando a los muchachos frustrados y ¡°consumidos por la pena¡±. Cuando Cloe es secuestrada por piratas y Dafnis se impone la tarea de rescatarla con la ayuda de sus amigas, las ninfas del bosque, esta distracci¨®n novelesca casi supone un alivio para tanta torpeza y tanta calentura adolescente. Hay que ver lo poco que ha cambiado el sexo en el ¨²ltimo par de milenios.
'Historia de O', de Pauline R¨¦age
?De qu¨¦ va esto? Un juego de seducci¨®n convertido en novela. La escritora francesa Dominique Aury sospechaba que su amante, el tambi¨¦n escritor Jean Paulhan, estaba perdiendo el inter¨¦s en ella, as¨ª que escribi¨® para ¨¦l un relato er¨®tico en el que quiso mostrarse incluso m¨¢s atrevida, lasciva y sin prejuicios de lo que en realidad era. La obra acab¨® public¨¢ndose en 1954 bajo seud¨®nimo (Pauline R¨¦age) y fascin¨® y escandaliz¨® a la sociedad francesa de la ¨¦poca, obteniendo premios literarios tan prestigiosos como el del caf¨¦ Les Deux Magots, pero recibiendo tambi¨¦n una demanda gubernamental por obscenidad y atentado contra las buenas costumbres. Historia de O narra la historia de una fot¨®grafa de moda parisina, mujer moderna y emancipada, que acepta convertirse en objeto sexual de su amante y se embarca as¨ª en un proceso de degradaci¨®n y autodestrucci¨®n que le resulta tan doloroso como placentero.
?Por qu¨¦ vale la pena? Porque est¨¢ muy bien escrita, con delicadeza, profundidad psicol¨®gica y un sentido del sobreentendido y la elipsis muy sugerente. Y porque es un magn¨ªfico retrato del Par¨ªs de los primeros cincuenta, la que por entonces era la capital cultural del planeta, el entorno en que germinaron la chanson francesa de vanguardia, la segunda hornada de novelas existencialistas, el situacionismo o el cine de la nouvelle vague. Tambi¨¦n por el desgarro y la precisi¨®n cl¨ªnica con la que describe relaciones sexuales de un alto nivel de toxicidad, basadas tanto en la excitaci¨®n y el deseo como en la crueldad mental. Y, por ¨²ltimo, por ese retrato tan complejo y veros¨ªmil de una mujer (inspirada hasta cierto punto en la propia autora, o en una versi¨®n patol¨®gica y disminuida de s¨ª misma) que lo tiene todo para ser due?a de su destino y aspirar a una felicidad saludable y convencional, pero prefiere ceder a un impulso autodestructivo y convertirse en la esclava y el juguete de un depredador sexual, su maestro.
'El amante de Lady Chatterley', de D.H. Lawrence
?De qu¨¦ va esto? La m¨¢s popular de las novelas de D.H. Lawrence, hombre de m¨²ltiples talentos, escritor, pintor, traductor, cr¨ªtico y ap¨®stol de estilos de vida alternativos adem¨¢s de, seg¨²n su propia descripci¨®n, ¡°m¨ªstico, viajero y profeta¡±. Fue su ¨²ltima gran obra de ficci¨®n, publicada en 1928, apenas dos a?os antes de su muerte, y result¨® incluso m¨¢s controvertida que El arco iris o La virgen y el gitano, su otro par de novelas que tropezaron con la censura por ser consideradas obscenas. En El amante de Lady Chatterley, Lawrence se recrea en los m¨¢s s¨®rdidos aspectos de la relaci¨®n sexual entre la joven esposa de un tetrapl¨¦jico de alta clase y un hombre de clase obrera.
?Por qu¨¦ vale la pena? Porque Lawrence, antes de entrar en harina e incurrir sin complejos en la obscenidad de que sol¨ªan acusarle, describe los proleg¨®menos de una relaci¨®n sexual con frases con tanta sustancia como estas: ¡°Le mir¨® fijamente, deslumbrada y transfigurada, y ¨¦l se acerc¨® y se arrodill¨® a su lado, apret¨® sus dos pies entre las manos y enterr¨® la cabeza en su regazo; as¨ª permaneci¨®, inm¨®vil. Ella estaba completamente fascinada, mirando la tierna forma de su nuca con una especie de confusi¨®n, sintiendo la dulce presi¨®n de su rostro contra sus muslos. En su ardiente abandono, no pudo resistirse a colocar su mano, con compasi¨®n y ternura, sobre su nuca indefensa, y ¨¦l tembl¨® con un profundo estremecimiento¡±. Y porque, como con frecuencia ocurre en las mejores novelas sobre sexo, esta trata en realidad de muchas otras cosas: de diferencias de clase, de roles de g¨¦nero o del peso asfixiante de las convenciones sociales, de las razones del cuerpo que la raz¨®n no entiende y del amor entendido como un perverso juego de suma cero en el que quien m¨¢s se entrega es, siempre y necesariamente, quien menos recibe.
'Afrodita', de Pierre Lou?s
?De qu¨¦ va esto? De una cortesana de origen galileo que se prostituye en el templo de Afrodita, la diosa del amor, en la Alejandr¨ªa del siglo I a.C. Al convertirse en objeto de deseo para el escultor Demetrio, un donju¨¢n sin escr¨²pulos al que ninguna mujer se resiste, la cortesana Chrysis le pide a su pretendiente que le haga tres regalos, tres pruebas de amor que implican un robo, un asesinato y un sacrilegio. Publicada en 1896, en un periodo de intensa fascinaci¨®n literaria por la antig¨¹edad pagana, Afrodita es la obra maestra del novelista y poeta franc¨¦s de origen belga Pierre Lou?s, autor tambi¨¦n de una falsa antolog¨ªa de poes¨ªa er¨®tica de la Grecia arcaica, Las canciones de Bilitis, o de travesuras pornogr¨¢ficas que acabar¨ªan public¨¢ndose de manera clandestina, como Di¨¢logos de cortesanas y Manuel de urbanidad para jovencitas.
?Por qu¨¦ vale la pena? Porque, en palabras de uno de sus lectores m¨¢s entusiastas, el tambi¨¦n escritor George Bataille, es una novela ¡°desmesurada, radical y violenta, de una turbia belleza¡±. Una f¨¢bula perversa que, para empezar, propone una ¨¦tica del placer y el amor situada mucho m¨¢s all¨¢ del bien, del mal y de cualquier c¨®digo moral normativo, y lo hace sin tapujos, hasta las ¨²ltimas consecuencias. La prosa de Lou?s, pulcra y precisa, ya ten¨ªa un cierto regusto a?ejo cuando se dio a conocer, hace siglo y pico, en la Francia de los parnasianos obsesionados por el ideal helen¨ªstico. Hoy nos sabe a un buen brandy envejecido en barrica que hay que paladear con cuidado para que su alto grado de toxicidad no nos impida apreciar su sabor y sus m¨²ltiples matices. Vale la pena buscar alguna edici¨®n que incluya las estupendas ilustraciones del acuarelista Antoine Calbet.
'La Venus de las pieles', de Leopold von Sacher-Masoch
?De qu¨¦ va esto? Publicada por vez primera en 1870, esta novela del escritor, periodista y miembro menor de la aristocracia austr¨ªaca Sacher-Masoch forma parte de El legado de Ca¨ªn, una saga narrativa que iba a constar de seis partes y al final acab¨® siendo una trilog¨ªa. En ella, el arist¨®crata se bas¨® en sus propias experiencias en el resbaladizo terreno de los fetichismos sexuales. En especial, en su breve pero muy intensa relaci¨®n con la baronesa y aspirante a escritora Fanny Pistor, que se puso en contacto con ¨¦l para pedirle consejo literario y acab¨® convirti¨¦ndolo en su amante y su esclavo. En el contrato de sumisi¨®n que firmaron ambos, uno de los primeros ejemplos documentados de relaci¨®n sadomasoquista tal y como hoy la entendemos, Fanny se declaraba ama incondicional de Leopold, responsable incluso de su vida y su muerte: ¡°Desde hoy me pertenec¨¦is por completo. Pero no ser¨¦is para m¨ª ni mi hijo, ni mi hermano, ni mi amante ni mi amigo, sino tan solo mi esclavo que yace en el polvo. Si os exijo que comet¨¢is cr¨ªmenes, los cometer¨¦is por obedecer a mi voluntad¡±.
?Por qu¨¦ vale la pena? Ha inspirado canciones excepcionales, pel¨ªculas notables y, sobre todo, lleva ya siglo y medio nutriendo las fantas¨ªas fetichistas de los que asocian el placer sexual con la dominaci¨®n, la sumisi¨®n o el dolor. Casi todo lo que ofrece el moderno BDSM, de la devoci¨®n malsana a la humillaci¨®n pasando por el cuero y el l¨¢tigo, ya estaba en esta perturbadora fantas¨ªa de Sacher-Masoch. Tal y como explicaba el cr¨ªtico literario Hilton Als en un art¨ªculo publicado en The New Yorker, ¡°m¨¢s que del sexo y de las servidumbres que impone el deseo, esta f¨¢bula cruel habla de la er¨®tica de las relaciones de poder y de c¨®mo la vida es una sucesi¨®n de paisajes mentales en los que la fantas¨ªa derrota una y otra vez a la realidad¡±. M¨¢s all¨¢ del desarrollo de su intriga, un tanto convencional y previsible, la novela debe su capacidad de fascinaci¨®n y su impacto emocional a frases como estas: ¡°La quiero con locura, con pasi¨®n, con la intensidad febril que solo pueden merecer las mujeres que contestan a nuestro amor con una sonrisa de petrificado desd¨¦n que nunca cambia, nunca se altera. La adoro. Algunas noches me decido a visitar a mi fr¨ªo y cruel objeto de deseo, me someto a su l¨¢tigo y, apretando la cara contra su g¨¦lido pedestal, le rindo culto¡±.
'Juliette o las prosperidades del vicio', del Marqu¨¦ de Sade
?De qu¨¦ va esto? De las atroces aventuras de Juliette, libertina y asesina en serie. Una mujer de una voracidad sexual, crueldad y falta de escr¨²pulos fuera de toda medida, lo que la convierte en la?? m¨¢s depravada de las hero¨ªnas de ese graf¨®mano compulsivo y patol¨®gico que fue Donatien Alphonse Fran?ois, marqu¨¦s de Sade. El marqu¨¦s escribi¨® gran parte de su obra en cautividad, primero en la prisi¨®n de Vincennes y despu¨¦s en el manicomio de Charenton, y se esforz¨® en divulgarla en ediciones an¨®nimas y clandestinas que ya crearon una considerable pol¨¦mica en su ¨¦poca, a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Napole¨®n Bonaparte, lector voraz en sus a?os de exilio en la isla de Santa Elena, lleg¨® a afirmar que las novelas del ¨ªnclito Sade eran ¡°las obras m¨¢s abominables jam¨¢s engendradas por una mente depravada¡±.
?Por qu¨¦ vale la pena? En realidad, el debate sobre si vale la pena o no permanece abierto. Por cada partidario entusiasta de esta novela feroz y sin l¨ªmites, como Jean-Paul Sartre o Henry Miller, que consideraban a su autor un ap¨®stol del poder del subconsciente y ¡°el ¨²ltimo hombre libre sobre la faz de la Tierra¡±, hay al menos un detractor tan encarnizado como el fil¨®sofo Michel Onfray, que defini¨® a Sade como un ¡°delincuente sexual¡± que solo entusiasma a intelectuales parisinos dispuestos, por arrogancia y esnobismo, a hacer ¡°apolog¨ªa del crimen¡±. Digamos que, como casi todo lo que sali¨® de la pluma del marqu¨¦s, empezando por La filosof¨ªa en el tocador y Las 120 jornadas de Sodoma, la lectura de Juliette puede no ya escandalizar, sino horrorizar e incluso traumatizar a quien se la tome demasiado al pie de la letra y se deje arrastrar por su espiral de depravaci¨®n grotesca. La protagonista empieza siendo una joven hu¨¦rfana que va a parar a un convento. All¨ª se inicia en el libertinaje sexual y en una versi¨®n radical (l¨¦ase tambi¨¦n amoral, ego¨ªsta y mezquina) de la filosof¨ªa ilustrada. A medida que se suceden los cap¨ªtulos, Juliette va entrando en contacto con otros libertinos junto a los que se embarca en una sucesi¨®n de org¨ªas y cr¨ªmenes cada vez m¨¢s exacerbada y delirante. Los ¨²ltimos cap¨ªtulos vienen a ser un inmisericorde ba?o de sangre y secreciones sexuales, del incesto al genocidio sin olvidar el infanticidio o el parricidio, todo ello, sazonado con reflexiones filos¨®ficas tan minuciosas como inquietantes. Avisados quedan.
'El azul del cielo', de George Bataille
?De qu¨¦ va esto? Bataille fue bibliotecario, ilustrador, antrop¨®logo, editor y fil¨®sofo, colabor¨® durante la Segunda Guerra Mundial con la resistencia francesa, tuvo una vida sexual intensa y accidentada y, entre unas cosas y otras, encontr¨® tiempo para escribir novelas er¨®ticas tan extra?as, virulentas y lascivas como Madame Edwarda, Mi madre, la muy c¨¦lebre en su d¨ªa Historia del ojo o esta, la mejor de todas, El azul del cielo. Historia de una peregrinaci¨®n sexual por Londres, Par¨ªs y Barcelona, de madrugadas de alcohol y coitos viscerales y culpables, de personajes que se desean y se detestan, que buscan la plenitud y la felicidad en la depravaci¨®n y la muerte, esta especie de obsceno poema en prosa fue escrito en 1935, pero permaneci¨® in¨¦dito durante m¨¢s de 20 a?os porque su autor, sencillamente, se olvid¨® de ¨¦l en cuanto estall¨® la Guerra Civil espa?ola y las cat¨¢strofes de la historia hicieron que el erotismo perdiese todo su sentido.
?Por qu¨¦ vale la pena? Bataille fue hace d¨¦cadas el ¨ªdolo intelectual de la juventud descarriada de Occidente, el pensador de cabecera para varias generaciones de rebeldes y de malditos. Sol¨ªa decir que los burdeles de Par¨ªs hab¨ªan sido su mejor escuela, pero lo cierto es que incluso sus novelas pornogr¨¢ficas (por no hablar de sus tratados de econom¨ªa pol¨ªtica, antropolog¨ªa o cr¨ªtica literaria) parecen la obra de un intelectual de erudici¨®n deslumbrante, no de un vividor ni un golfo. Gran parte de lo que dej¨® escrito, empezando por la en su d¨ªa muy influyente Historia del erotismo, ha envejecido mal y hoy se lee con cierta perplejidad, como si nos hablase de un mundo que nada tiene que ver con el nuestro. No es el caso de El azul del cielo, una novela arrebatada, que parece escrita a brochazos, recorrida por una corriente el¨¦ctrica subterr¨¢nea, y nos asoma al abismo de la sexualidad entendida como una energ¨ªa f¨¦rtil y devastadora.
'La crucifixi¨®n rosada', de Henry Miller
?De qu¨¦ va esto? Un tr¨ªptico de novelas autobiogr¨¢ficas (Sexus, Plexus y Nexus) publicadas entre 1949 y 1959 en las que Henry Miller repasa desde otro ¨¢ngulo gran parte de los recuerdos de juventud que ya hab¨ªa abordado en Tr¨®pico de C¨¢ncer, Tr¨®pico de Capricornio o Primavera negra. En total, alrededor de 1.500 p¨¢ginas de literatura torrencial y desbocada que sirvieron al escritor de Brooklyn para abrumarnos, deslumbrarnos y extenuarnos hablando de sus temas preferidos: de Nueva York, de Par¨ªs, de libros y epifan¨ªas vitales, de hambre, de v¨¦rtigo, de histeria, de los rigores y servidumbres del trabajo y, sobre todo, de mujeres y sexo.
?Por qu¨¦ vale la pena? Aunque lo mejor de Miller tal vez est¨¦ en ese viaje por la Grecia eterna que es El coloso de Marusi, hay que leer tanto los Tr¨®picos como La crucifixi¨®n rosada para entender lo mucho que le debe a este escritor la moderna novela norteamericana. Miller es Bukowski antes de Bukowski, Kerouac antes de Kerouac y un Fante mejor, menos divertido pero m¨¢s nutritivo, que el propio Fante. Escribe con el ¨ªmpetu y la violencia del Nuevo Mundo. Se nutre de sus experiencias y recuerdos y los transforma en autoficci¨®n descarnada, en lingotes de cochambroso realismo. Nos da acceso a sus procesos mentales en tiempo real y se muestra tal cual es, con frecuencia brillante genuino y libre, a ratos ego¨ªsta, desconsiderado, caprichoso y mezquino, embarcado siempre en una hemorragia de sinceridad dolorosa. En Sexus, la descripci¨®n de sus primeros encuentros sexuales con Mona, personaje inspirado en su esposa June, es un prodigio de concisi¨®n, energ¨ªa y crudeza, una imp¨²dica exhibici¨®n de la propia intimidad que sorprende, excita e incomoda. Como dijo en cierta ocasi¨®n su amigo Lawrence Durrell, Miller no nos convierte en simples testigos de su vida sexual, sino que nos invita con pornogr¨¢fico descaro a participar en ella.
En estos tiempos de confinamiento no es tan sencillo conseguir ICON como siempre. Por eso, el n¨²mero de abril ya est¨¢ disponible en formato PDF, y es descargable de forma gratuita haciendo clic aqu¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.