Diarista
Jam¨¢s he escrito un diario, pero lo escribo todos los d¨ªas: esta columna forma parte de ¨¦l
Suelo usar estas columnas para comentar anuncios o facturas de la luz. Enfermedades. As¨ª volver¨¢ a ser. Hoy, aprovech¨¢ndome de la imprevisibilidad que hace visibles las alienaciones, para celebrar la semana de Sant Jordi, les regalo una rosa y Heridas abiertas (Wunderkammer), de Bego?a M¨¦ndez. El ensayo trata de cuadernos secretos escritos por mujeres que se fragmentan para fundir despu¨¦s sus pedazos dentro de una silueta estereotipada o subversiva, l¨ªquida o mineral. Ser mujer y escribir un diario consiste en trazar una l¨ªnea que va desde el dedo del pie hasta el occipucio. Es escribirse identificando, en esa construcci¨®n corporal, todos los cuerpos que est¨¢n dentro de ti. Muchos textos comparten esta cualidad, autobiogr¨¢fica y conversadora, con la escritura diarista. Yo jam¨¢s he escrito un diario, pero lo escribo todos los d¨ªas: esta columna forma parte de ¨¦l. M¨¦ndez se reconoce y nos reconoce, perfila la complejidad del nosotras, leyendo amorosamente los relatos del yo de Teresa Wilms Montt, Marga Gil Ro?sset, Alejandra Pizarnik o Mariana Eva P¨¦rez, princesa montonera, que da con palabras inesperadas para narrar las desapariciones y logra que la herida no cierre en falso. Escribe Mariana Eva, desde su blog, proyecto de colectivizaci¨®n de la identidad: ¡°Yo estoy viva, envejezco. No soy la foto de mi mam¨¢¡±.
El cuerpo de las mujeres como campo de batalla pol¨ªtico en el amor, la familia, la maternidad, el arte, vertebra la indagaci¨®n de M¨¦ndez: ella sabe que el cuerpo es escritura y la escritura cuerpo, y que, al escribir, nos encarnizamos como dec¨ªa la hermosa Marguerite Duras. Algunas mujeres han pagado por ser bell¨ªsimas, andr¨®ginas, exc¨¦ntricas. A todas, su inteligencia las convirti¨® en seres vulnerables y su contractura vital a veces las condujo a la autodestrucci¨®n: escritoras con una pulsi¨®n de muerte que revela el vitalismo intolerable de la mujer que aspira a ocupar un espacio en la vida p¨²blica, la pol¨ªtica, la poes¨ªa... Enormes mujeres, achatadas por la presi¨®n social, a las que empeque?ecieron a la fuerza. Su resistencia consisti¨® en escribir diarios que funcionaron como talleres de escritura, p¨®cimas contra la insania, lugares donde la realidad pol¨ªtica se vincula con la transformaci¨®n del cuerpo¡ Diarios que encierran paradojas. Diarios ratonera ¡ªinstrumentos de control familiar le¨ªdos por madres, maridos o inquisidores¡ª o diarios cizalla para romper alambradas: Teresa de Jes¨²s escribe Libro de la vida porque ¡°la observaci¨®n cr¨ªtica de los padres de la Iglesia le permit¨ªa (¡) explicarse y conquistar la comprensi¨®n de los otros¡±.
La escritura autobiogr¨¢fica, como conversaci¨®n, recinto com¨²n y experiencia de libertad expresiva, entra?a una pose, una manera de querer mostrarse, que puede ser m¨¢s aut¨¦ntica que cierta naturalidad insustancial. Veo a Idea Vilari?o en el artificio de su desnudez y en la conciencia de que la ret¨®rica conforma realidad: ¡°Todo lo que yo diga sentir que no est¨¦ apoyado por un poema puede no ser cierto¡±. En el honesto estilo que descansa en la conciencia de quienes leen encontramos una oscilante aproximaci¨®n a la verdad. Escribir desde el yo es desamparo y b¨²squeda, tambi¨¦n obscenidad pol¨ªtica. Bego?a M¨¦ndez es una excelente escritora que lee a estas artistas con todo el amor que ellas merecen.
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