Primer impacto

A pesar de que el par¨®n de una parte significativa de la econom¨ªa se produjo a partir de la segunda semana de marzo, la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA) correspondiente al primer trimestre del a?o ha registrado el mayor descenso del empleo trimestral desde 2012, cuando la econom¨ªa espa?ola sufr¨ªa la fase m¨¢s aguda de la recesi¨®n. Durante este primer trimestre el empleo ha ca¨ªdo en 286.000 personas, el paro ha aumentado en 121.000 y la tasa de paro se ha situado en el 14,4%. La suposici¨®n de que muchos de los que se han declarado inactivos en este periodo sean en realidad parados efectivos permite suponer que la tasa de paro real es mayor de la registrada en la EPA. En la EPA del segundo trimestre se apreciar¨¢ el da?o de la crisis v¨ªrica en toda su amplitud.

Lo m¨¢s probable es que el perjuicio sobre el empleo sea mayor de lo esperado, coherente con la recesi¨®n que han pronosticado el Banco de Espa?a y otras instituciones econ¨®micas. Recu¨¦rdese que el Banco prev¨¦ una contracci¨®n de la econom¨ªa de hasta el 13% este a?o. Es decir, en los pr¨®ximos trimestres continuar¨¢n aflorando las consecuencias del colapso motivado por la covid-19 y la ca¨ªda del empleo y la ocupaci¨®n se va a acentuar.

La EPA conocida ayer refleja adem¨¢s la sensibilidad extrema del mercado laboral espa?ol a cualquier variaci¨®n de las condiciones de crecimiento. Cualquier descenso en la actividad se traslada con rapidez al empleo, debido a la elevada tasa de temporalidad. Apenas 15 d¨ªas de congelaci¨®n parcial de la actividad en el c¨¢lculo estad¨ªstico de un trimestre (que estacionalmente no suele ser bueno para la ocupaci¨®n) han bastado para deteriorar significativamente la evoluci¨®n del empleo. El da?o se ha centrado, como era de esperar, en los puestos de trabajo que presentan un grado mayor de precariedad; de los 286.000 empleos perdidos, aproximadamente 255.000 son temporales.

El recurso a los Expedientes de Regulaci¨®n Temporal de Empleo (ERTE) va a frenar el primer impacto de la crisis; pero no hay que olvidar que la EPA contabiliza 578.000 afectados por este tipo de regulaci¨®n que por su propia definici¨®n legal no cuentan como parados. Es probable que cuando se reanude la actividad, una parte del empleo retenido en los ERTE pase a ser objeto de Expedientes de Regulaci¨®n de Empleo (ERE), porque la econom¨ªa no va a recuperar la velocidad de crucero en 24 horas. La hip¨®tesis de un periodo de recuperaci¨®n m¨ªnimo de tres trimestres a partir de la ¡°vuelta a la normalidad¡± es m¨¢s correcta e, incluso, ligeramente optimista.

El impacto da?ino sobre el empleo de la covid-19 depender¨¢ como es l¨®gico de cu¨¢nto deba prolongarse la par¨¢lisis de la actividad econ¨®mica y, por tanto, de cu¨¢l sea la capacidad de recuperaci¨®n de las empresas, peque?as y medianas en su mayor¨ªa. Con el fin de que la ca¨ªda del empleo no se convierta en un factor m¨¢s de depresi¨®n, el Gobierno y los agentes sociales deber¨ªan comprobar con asiduidad el grado de cumplimiento de las medidas del plan de choque, en particular las que afectan a la protecci¨®n de las pymes, aut¨®nomos y desempleados. Es prioritario elevar la protecci¨®n de los parados y cuidar en la medida de lo posible el andamiaje empresarial frente a los efectos de un cisne negro que, por muy breve que sea su impacto, se prolongar¨¢n al menos hasta 2022.