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Ciudades en un mundo poscovid El fot¨®grafo Pedro Armestre ha documentado para la Greenpeace la vida post-covid en algunas de las principales ciudades espa?olas. Se ha reducido considerablemente la contaminaci¨®n provocada por los autom¨®viles, las playas y r¨ªos urbanos se han saneado, la naturaleza ha conquistado espacios sin temor a los l¨ªmites arquitect¨®nicos y, en las principales metr¨®polis, donde no cesa el ruido, se ha podido escuchar por primera vez el silencio. Y ahora... ?a qu¨¦ tipo de ciudad queremos volver? Cambiar las ciudades a trav¨¦s de las personas, las pol¨ªticas y los movimientos urbanos para hacerlas m¨¢s resilientes y sostenibles es fundamental para frenar el cambio clim¨¢tico y la p¨¦rdida de biodiversidad y para contribuir a la transformaci¨®n del modelo econ¨®mico, origen de la desigualdad y de la crisis ecol¨®gica. Posiblemente el momento es ahora. PEDRO ARMESTRE Los espacios verdes en las ciudades nos animan a hacer m¨¢s actividad f¨ªsica, relajarnos, jugar y disfrutar de estar con otras personas. Transformar terrenos vac¨ªos en jardines comunitarios y ¨¢reas m¨¢s verdes es una forma de experimentar el cambio que queremos crear y reinventar la nueva ciudad que queremos. El espacio verde es nuestra forma de escapar de las presiones urbanas y volver a nuestras ra¨ªces. PEDRO ARMESTRE La imposici¨®n de cuarentenas, el cierre de espacios p¨²blicos y medidas como el distanciamiento social han sido imprescindibles para atajar la pandemia del coronavirus pero, al mismo tiempo, el caldo de cultivo de la epidemia de soledad que lleva a?os con nosotros. El colapso de las relaciones humanas, adem¨¢s, afecta m¨¢s duramente a las poblaciones vulnerables: adultos mayores y personas con problemas previos de salud o discapacidad. PEDRO ARMESTRE Uno de los cambios que la hosteler¨ªa lleva a cabo para adecuar sus negocios a la ¨¦poca posterior al covid-19 es habilitar las terrazas con mamparas y declararlas zonas libre de covid. Reinventar una ciudad m¨¢s segura, mejor y m¨¢s limpia paso a paso, a trav¨¦s de decisiones econ¨®micas coordinadas, pasos pol¨ªticos cuidadosos y, sobre todo, con la ciudadan¨ªa. PEDRO ARMESTRE Vivimos en un planeta con recursos limitados. Sin embargo, nuestra econom¨ªa funciona a un nivel en el que necesitar¨ªamos tres tierras para satisfacer nuestra tasa de consumo actual. Nuestra adici¨®n a consumir m¨¢s y m¨¢s cosas contribuye gravemente a las emisiones de las ciudades. Si tenemos en cuenta el consumo de bienes y servicios, las emisiones de las ciudades podr¨ªan ser hasta un 60% mayores de lo estimado actualmente, mostrando la importancia de cambiar hacia un consumo sostenible y responsable. Necesitamos revertir h¨¢bitos insostenibles si queremos evitar que la temperatura aumente m¨¢s de 1,5 grados. Mientras hemos estado encerrados, nos estamos dando cuenta de que no necesitamos tantas cosas para vivir bien. PEDRO ARMESTRE Las estimaciones sugieren que las ciudades son responsables del 75% de las emisiones globales de CO2, siendo los principales contribuyentes el transporte y el uso de energ¨ªa en los edificios. Hacer nuestras ciudades m¨¢s habitables y sostenibles incluye transformar la forma en que consumen energ¨ªa de forma m¨¢s eficiente, por ejemplo, mejorando el dise?o de los espacios y edificios, y rehabilitando los existentes. Tambi¨¦n significa sustituir el consumo de combustibles por electricidad renovable y aprovechar los espacios disponibles, muchas veces en las propias cubiertas y fachadas, para producir con energ¨ªas renovables la electricidad que necesitan esos mismos edificios u otros del barrio. Una de cada tres personas en nuestro pa¨ªs podr¨ªa producir su propia energ¨ªa, y la mitad de nuestra electricidad podr¨ªa ser autoproducida por la ciudadan¨ªa con fuentes renovables. PEDRO ARMESTRE Necesitamos replantear nuestros h¨¢bitos de consumo, comprando menos pero mejor. Las ciudades necesitan cambiar con nosotros, reduciendo lo mucho que consumimos; promoviendo la reutilizaci¨®n, la reparaci¨®n y el intercambio, con acceso a talleres de reparaci¨®n y tiendas de intercambio en cada ciudad. Tirarlo a la basura o intentar que sea reciclado deber¨ªa ser nuestra ¨²ltima opci¨®n en la larga vida que cualquier producto puede tener. Esto reducir¨ªa el uso de materias primas y disminuir¨ªa la generaci¨®n de residuos. PEDRO ARMESTRE Es posible vivir en una ciudad donde todos tus alimentos se cultivan localmente, en granjas y huertos urbanos o de cercan¨ªa, de forma sostenible y en la temporada adecuada. PEDRO ARMESTRE Un movimiento en auge de agricultores, ciudadanos y ciudadanas, alcaldes y alcaldesas, y comunidades est¨¢n construyendo el futuro de los alimentos para hacer que nuestras ¨¢reas urbanas sean m¨¢s resistentes. Est¨¢n cultivando alimentos saludables en granjas y huertos urbanos, jardines en las azoteas y balcones. Est¨¢n organizando mercados de agricultores y agricultoras, cooperativas de alimentos y lugares para que las personas intercambien y accedan a alimentos saludables. Est¨¢n eligiendo servir m¨¢s comidas vegetarianas en comedores p¨²blicos y restaurantes. Est¨¢n cultivando, comprando y cocinando ingredientes locales y de temporada, evitando importaciones ex¨®ticas poco fiables y contaminantes. PEDRO ARMESTRE La ciudad a 15 minutos es un modelo de ciudad, barrio o distrito m¨¢s seguros, cercanos y sostenibles. Este modelo de ciudad debe tener servicios p¨²blicos (centros de salud, centros de d¨ªa, colegios, etc¨¦tera.), comercios de barrio (ultramarinos, tiendas de ropa...) y espacios comunes abiertos al vecindario con el objetivo de facilitar la participaci¨®n, el intercambio y la cultura. PEDRO ARMESTRE El nuevo dise?o de las calles y replantear la actual distribuci¨®n de las calzadas (dedicadas en su mayor¨ªa al autom¨®vil aunque sea el medio m¨¢s ineficiente), habilitar plataformas para autobuses en esta desescalada, ampliar las aceras y convertirlas en lugares seguros para caminar sin miedo a contagios, promover la bicicleta en trayectos urbanos para todas las personas son grandes pasos para mantener la calidad del aire en unos valores sanos para la poblaci¨®n. PEDRO ARMESTRE Seg¨²n la Organizaci¨®n Europea para la Seguridad de la Navegaci¨®n ?rea (Eurocontrol), el tr¨¢fico a¨¦reo europeo se ha visto reducido m¨¢s de un 90%. Hace unos meses, el mayor reto que enfrentaba la humanidad eran las crisis clim¨¢tica y de biodiversidad: frenarlas a tiempo para no alcanzar un punto de no retorno y adaptarse a los impactos del cambio clim¨¢tico que ya no se puedan evitar. Hoy, la prioridad sigue siendo la misma, pero se le ha sumado una pandemia que ha dejado en evidencia la vulnerabilidad de las ciudades, los pa¨ªses, el planeta y, por tanto, de quienes habitamos en ellas. PEDRO ARMESTRE Los espacios verdes en las ciudades nos animan a hacer m¨¢s actividad f¨ªsica, relajarnos, jugar y disfrutar de estar con otras personas. Transformar terrenos vac¨ªos en jardines comunitarios y ¨¢reas m¨¢s verdes es una forma de experimentar el cambio que queremos crear, y reinventar la nueva ciudad que queremos. El espacio verde es nuestra forma de escapar de las presiones urbanas y volver a nuestras ra¨ªces. PEDRO ARMESTRE Hasta la llegada de la pandemia, los coches ocupaban un promedio del 50% de la ciudad, contando las calles y los estacionamientos. Una persona urbanita promedio pod¨ªa pasar unas 100 horas en atascos cada a?o. Adem¨¢s, el sector del transporte es el que de forma m¨¢s r¨¢pida est¨¢ contribuyendo a la emergencia clim¨¢tica. Hay algo que no cuadra. Las ciudades deber¨ªan estar hechas para todas las personas, no para los coches. PEDRO ARMESTRE Las mujeres optan por salir de la fuerza laboral en muchos pa¨ªses debido a barreras estructurales, normas sociales y responsabilidades de crianza; en Espa?a, pese a algunos avances, tambi¨¦n. Cuando las mujeres trabajan, a menudo eligen empleos flexibles a tiempo parcial para amoldar su carga de atenci¨®n no remunerada. Estos puestos suelen ser menos cualificados y peor remunerados, incluso con la misma edad, nivel educativo y sector. Estas brechas en las oportunidades econ¨®micas persisten y se han visibilizado en torno a qui¨¦n ha estado detr¨¢s de la estructura de cuidados durante la crisis. La vida en las ciudades durante este periodo ha sido soportada y asegurada mayoritariamente por mujeres. PEDRO ARMESTRE