Un campo de trigo en Manhattan

En los a?os cincuenta, el despegue del tr¨¢fico a¨¦reo hizo que muchos muelles de carga junto al r¨ªo Hudson, en el suroeste de Manhattan, fueran progresivamente abandonados. En los sesenta, Nelson Rockefeller pens¨® que ese terreno privilegiado era un desperdicio y tuvo la idea de construir en la zona un barrio residencial. Contaban con la tierra, hasta 917.000 metros c¨²bicos, que hab¨ªan desenterrado para levantar el primer World Trade Center, las torres gemelas que fueron destruidas el 11 de septiembre de 2001. En los setenta comenzaron las obras para ganar terreno al Hudson y levantar el nuevo barrio. Lo llamar¨ªan Battery Park, como el jard¨ªn p¨²blico en la punta de Manhattan. El futuro vecindario quedaba un poco m¨¢s al norte, frente a Nueva Jersey, a pocas manzanas del distrito financiero. Sin embargo, una vez concluidas las obras, con los muelles cubiertos de tierra, los a?os ochenta vieron c¨®mo la zona se convert¨ªa ¡ªen espera de ser edificada a finales de los ochenta¡ª en un vertedero. Fue entonces cuando una artista quiso que todo el mundo se enterara de c¨®mo estaba creciendo la ciudad.

La haza?a de Denes pas¨® a la historia del arte. Lo que hizo fue solicitar permisos municipales, conseguir una subvenci¨®n del Public Art Fund y sembrar un campo de trigo de 8.000 metros cuadrados. Desde Wall Street se ve¨ªa el trigal y desde el trigal, la Estatua de la Libertad. En pocos meses, el grano pas¨® de verde a color paja y consigui¨® que la gente lo visitara con la maravilla en la cara de quien descubre el mar. La obra Wheatfield: A Confrontation puso en evidencia la distancia entre el urbanismo y el campo y, por lo tanto, entre el hombre y la metr¨®polis. Fue una advertencia pionera. Una llamada a detener la deshumanizaci¨®n de las ciudades.