La espiral de la trata en Nepal
Una combinaci¨®n de protecci¨®n insuficiente de los derechos humanos, terremotos, desigualdad de g¨¦nero, analfabetismo, pobreza y corrupci¨®n ha creado las condiciones id¨®neas para la crisis relacionada con el tr¨¢fico de personas que atraviesa el pa¨ªs del Himalaya
N. baila para un p¨²blico fundamentalmente masculino en uno de los muchos bares con bailarinas que sirven de tapadera a un burdel en el centro de Katmand¨² (Nepal). Los clientes pasan el rato con las camareras y pueden ponerse de acuerdo con ellas o con sus jefes para tener un encuentro sexual despu¨¦s de la jornada de trabajo. Esta es una de las muchas clases de locales de ocio adulto de la zona tur¨ªstica de la capital nepal¨ª. All¨ª convive con los bares con espect¨¢culo musical, los karaokes, los salones de masajes, los hoteles baratos y las teter¨ªas que ocultan burdeles al servicio de una clientela formada mayoritariamente por turistas de pa¨ªses asi¨¢ticos, como India, China, Banglad¨¦s e Indonesia, y occidentales.
En los bares con espect¨¢culos de baile, las camareras se sientan con los clientes entre actuaci¨®n y actuaci¨®n, y a veces tienen con ellos relaciones de car¨¢cter sexual. Los ingresos de las camareras salen de las comisiones sobre la comida y las bebidas alcoh¨®licas que consumen los clientes pagando precios exagerados a cambio de la compa?¨ªa de las chicas. Los bares con bailarinas suelen ser m¨¢s caros que los que en Nepal se conocen como "restaurantes con reservado", situados en zonas menos tur¨ªsticas, que sirven a una clientela m¨¢s acomodada.
Un a?o antes, en mayo de 2018, la polic¨ªa realiz¨® una redada en este bar y liber¨® a 12 menores de edad. La mayor¨ªa de las chicas proced¨ªan de los distritos m¨¢s afectados por el terremoto de 2015, que se cobr¨® 9.000 vidas, dej¨® herida a la mayor parte de la poblaci¨®n, y la dej¨® sin casa ni trabajo, y en una pobreza a¨²n m¨¢s extrema.
Una camarera gana en un mes lo que un agricultor en un a?o. Por eso, la devastaci¨®n que caus¨® el se¨ªsmo facilit¨® la captaci¨®n de mujeres y chicas, muchas de ellas menores de edad, con falsas promesas de trabajo como camareras corrientes o bailarinas, o de una oportunidad en la industria del espect¨¢culo, para abastecer a centenares de salones de masaje, bares y restaurantes con bailarinas que sirven de tapadera a burdeles en Katmand¨².
Violeta Santos Moura
Varias mujeres y ni?as permanecen sentadas mientras otra baila para los clientes en un bar con espect¨¢culo de los muchos que sirven de tapadera a un burdel en el centro de Katmand¨², Nepal.
A menudo, la promesa de un empleo en las mayores ciudades nepal¨ªes tienta a las chicas pobres, ingenuas, y muchas veces maltratadas, para que caigan en el trabajo forzado y la explotaci¨®n sexual en bares con espect¨¢culos de baile y salones de masaje para una clientela extranjera en su mayor¨ªa.
Mientras que en el sector del espect¨¢culo es frecuente intentar evitar la prostituci¨®n, los bares de bailarinas, los salones de masajes y los restaurantes con reservados son lugares de paso obligado para quienes buscan sexo. Las trabajadoras est¨¢n pr¨¢cticamente desprotegidas frente al acoso, y muchas veces los gerentes del local acaban oblig¨¢ndolas a prostituirse. En estos establecimientos, los traficantes tambi¨¦n pueden tentar a las chicas para que crucen la frontera con India con la promesa de obtener un trabajo mejor. Una vez all¨ª, es probable que acaben obligadas a ejercer la prostituci¨®n en vez de disfrutando la oportunidad en el negocio del espect¨¢culo que les volvieron a prometer.
Violeta Santos Moura
En la ciudad fronteriza nepal¨ª de Bhairahawa, las personas y las mercanc¨ªas se desplazan entre India y Nepal en camiones, autobuses, motocarros, veh¨ªculos privados y a pie.
Antes de 2015, los 1.758 kil¨®metros de frontera entre Nepal e India, a trav¨¦s de los cuales circulan cientos de miles de ciudadanos de ambos pa¨ªses sin necesidad de pasaporte o visado (los ni?os de menos de 10 a?os no necesitan documentos), ya era una de las v¨ªas de paso m¨¢s transitadas del mundo del tr¨¢fico de personas. Desde el terremoto de ese a?o, que se llev¨® casi 9.000 vidas y caus¨® graves perjuicios a las estructuras sociales y econ¨®micas de Nepal, la actividad ha aumentado.
Esto, unido a la circunstancia de que se trata de una frontera abierta enormemente permeable, ha creado un problema colosal a quienes luchan contra la trata de personas, al mismo tiempo que ha hecho de ese comercio ilegal un negocio muy lucrativo y con pocos riesgos.
Violeta Santos Moura
E., de 20 a?os, posa en la residencia temporal de la ONG contra el tr¨¢fico de personas 3 Angels Nepal, donde vive despu¨¦s de que los vigilantes de la organizaci¨®n la rescatasen cuando intentaba cruzar la frontera por la ciudad nepal¨ª de Bhairahawa para reunirse con un posible traficante que le hab¨ªa prometido un trabajo en India.
Las redes sociales permiten a los traficantes tentar y captar con m¨¢s facilidad a sus v¨ªctimas, y convencerlas para que ellas mismas vayan ingenuamente a su encuentro en las grandes ciudades de Nepal o al otro lado de la frontera con India sin el riesgo de que ser descubiertos y detenidos. Adem¨¢s, han multiplicado sus posibilidades al permitirles tentar a distancia a varias posibles v¨ªctimas al mismo tiempo.
Seg¨²n 3 Angels Nepal, cada d¨ªa m¨¢s de 54 mujeres y ni?as son trasladadas ilegalmente de Nepal a India. Un informe de 2019 de la Comisi¨®n de Derechos Humanos de Nepal afirma que "cada a?o se rescata de India a casi 1.000 mujeres y ni?as nepal¨ªes que han sido trasladadas al pa¨ªs vecino para destinarlas a la prostituci¨®n, el trabajo forzado o el servicio dom¨¦stico, o como parada intermedia antes de llevarlas a terceros pa¨ªses".
Algunas mujeres y ni?as son captadas o tentadas con la promesa de trabajar o estudiar en India o en otros pa¨ªses del extranjero. Sin embargo, una vez all¨ª son explotadas y maltratadas f¨ªsicamente en condiciones rayanas en la esclavitud, o acaban obligadas a prostituirse.
Violeta Santos Moura
Tras ordenar a un autob¨²s de pasajeros que se dirig¨ªa a India que se detuviese en la ciudad fronteriza nepal¨ª de Bhairahawa, Maheshwori Nepali (centro), antigua v¨ªctima del tr¨¢fico de personas convertida en colaboradora de una ONG antitrata, interroga a una pareja (no aparece en la imagen) y comprueba sus documentos para intentar determinar si realmente est¨¢n emparentados o si se trata de un traficante que viaja con su v¨ªctima, ajena a lo que le espera.
Las ONG nepal¨ªes contra el tr¨¢fico de personas, como 3 Angels, para la que trabaja Maheshwori tras haber sido rescatada por ella, sit¨²an peque?os puestos de control a lo largo de la frontera con India para interceptar casos. Seg¨²n la organizaci¨®n, los establecimientos que tiene distribuidos a lo largo de los 1.758 kil¨®metros de frontera impiden cada d¨ªa el paso de una media de 12 ni?as v¨ªctimas del tr¨¢fico. 3 Angels sostiene que esta es la forma de rescate m¨¢s eficaz.
Seg¨²n la polic¨ªa nepal¨ª, citada por el Kathmandu Post, "el a?o pasado, 2.104 ciudadanos nepal¨ªs posibles v¨ªctimas del tr¨¢fico de personas fueron devueltos desde la frontera India-Nepal, y las cifras de varias ONG muestran que, a ra¨ªz del control de varios pasos fronterizos, se rescat¨® a m¨¢s de 10.000 en el mismo periodo de tiempo".
No obstante, en medio del colosal flujo de personas, es dif¨ªcil determinar si los motivos para cruzar la frontera que declaran las personas son verdaderos, especialmente cuando los traficantes -que se hacen pasar por parejas, parientes o agentes de contrataci¨®n, entre otras estratagemas- aleccionan a sus v¨ªctimas para que mientan cuando los vigilantes de la frontera las detienen mientras viajan solas o en compa?¨ªa de sus captores creyendo que, al otro lado de la frontera, les dar¨¢n la oportunidad de tener una vida mejor.
Violeta Santos Moura
Danu Thapa, de 24 a?os y vigilante de frontera de una ONG, detiene un motocarro que lleva una ni?a a India por la ciudad fronteriza nepal¨ª de Bhairahawa para preguntar a la ocupante del veh¨ªculo el motivo de su viaje y si lo ha organizado otra persona. El objetivo de Thapa es determinar si se trata de una viajera normal o de una v¨ªctima del tr¨¢fico de personas.
Uno de los procedimientos que utilizan los vigilantes de las ONG para corroborar las declaraciones de las mujeres y las ni?as es llamar a su familia. A menudo, los traficantes est¨¢n al otro extremo de la l¨ªnea telef¨®nica, haci¨¦ndose pasar por parientes a trav¨¦s del primer n¨²mero de tel¨¦fono que las v¨ªctimas dan a los miembros de la organizaci¨®n antitr¨¢fico. Los colaboradores de la ONG suelen pedir varios n¨²meros para verificar la informaci¨®n. Independientemente del resultado, la organizaci¨®n lleva un registro de las personas a las que ha interrogado con sus declaraciones, descripciones y contactos.
Se calcula que cada d¨ªa un m¨ªnimo de 54 mujeres y ni?as son trasladadas ilegalmente de Nepal a India. La causa m¨¢s frecuente es la pobreza, pero la insuficiente protecci¨®n de los derechos humanos, la inestabilidad pol¨ªtica, los conflictos, las cat¨¢strofes naturales, el analfabetismo y la corrupci¨®n act¨²an como catalizadores del fen¨®meno y convierten la trata de personas en un negocio floreciente que mueve 150.000 millones de d¨®lares al a?o, y a Nepal en una de sus fuentes m¨¢s lucrativas.
Violeta Santos Moura
Dos vigilantes de frontera de una ONG contra el tr¨¢fico de personas (derecha e izquierda) examinan a las personas atraviesan a pie el paso fronterizo de la ciudad nepal¨ª de Bhairahawa para intentar interceptar y rescatar a las v¨ªctimas de trata e impedir que entren en India.
Las ONG contra el tr¨¢fico de personas tienen diferentes ideas sobre si la frontera debe seguir totalmente abierta o si ambos pa¨ªses deber¨ªan acordar establecer m¨¢s controles y restricciones a la emigraci¨®n. Aunque est¨¢ demostrado que combatir la trata es una batalla dif¨ªcil, muchos tambi¨¦n opinan que la emigraci¨®n es un derecho, y que la libertad de movimiento es fundamental para la econom¨ªa de las poblaciones de frontera y para Nepal en general. Miles de nepal¨ªes utilizan esta ruta a diario para trabajar al otro lado de la frontera con India.
Violeta Santos Moura
Dos ni?os juegan a las canicas junto a un mural en la frontera entre India y Nepal que advierte a las mujeres de los peligros de la trata de personas y, en concreto, de que si acompa?an a alguien que promete un trabajo al otro lado de la frontera, en realidad podr¨ªan estar cayendo en una trampa para venderlas. En Bhairahawa, Nepal.
Sin embargo, casi la mitad de las mujeres nepal¨ªes (46,9%) pueden tener problemas para leer el mural. Seg¨²n el World Factbook de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos, en Nepal solo el 53,1% de las mujeres mayores de 15 a?os sabe leer y escribir, mientras que entre los hombres la tasa es del 76,4 %. Los elevados niveles de analfabetismo tambi¨¦n son una de las causas de que muchas mujeres sean presa f¨¢cil de los traficantes. En cambio, en los grandes vecinos de Nepal, las tasas de alfabetizaci¨®n de las mujeres son del 60,6 % en India y del 94,5 % en China. Dado que la gran mayor¨ªa de las v¨ªctimas del tr¨¢fico de personas en el mundo ?alrededor del 71%? son ni?as y mujeres, y un tercio son menores de edad, la alfabetizaci¨®n femenina es fundamental.
Violeta Santos Moura
Fotos, mensajes y descripciones de hombres, mujeres y ni?os desaparecidos, muchos de ellos posiblemente v¨ªctimas del tr¨¢fico de personas, llenan un tabl¨®n de la comisar¨ªa de polic¨ªa de la frontera entre Nepal e India en la ciudad nepal¨ª de Bhairahawa.
Un informe de 2019 elaborado por el Comit¨¦ Nacional de Derechos Humanos de Nepal confirma que los ni?os y los adultos desaparecidos acaban vendidos en las redes de trata. Seg¨²n datos de la polic¨ªa, en 2018 desaparecieron 13.678 personas, y solo el 47% de ellas fueron encontradas ese mismo a?o. En consecuencia, se cree que los que siguen en paradero desconocido han debido ser v¨ªctimas del tr¨¢fico ilegal.
En cuanto a los ni?os, solo entre julio de 2016 y julio de 2017 se denunci¨® la desaparici¨®n de 2.772 menores. Las investigaciones indican que cada a?o alrededor de 12.000 ni?os son trasladados ilegalmente a India por extra?os, vecinos y, a veces, parientes que no siempre son conscientes de adonde los llevan. En la mayor¨ªa de los casos, su destino es la explotaci¨®n sexual, pero tambi¨¦n el trabajo en factor¨ªas de pescado, la construcci¨®n, el servicio dom¨¦stico o en talleres clandestinos, entre otras muchas formas de trabajo forzado y explotaci¨®n, incluida la extracci¨®n de ¨®rganos. La gran mayor¨ªa de las v¨ªctimas del tr¨¢fico de personas en el mundo ?alrededor del 71 %? son ni?as y mujeres, y un tercio son menores de edad.
Una vez en India o en otros pa¨ªses extranjeros, es muy dif¨ªcil que las v¨ªctimas puedan escapar de quienes las esclavizan. A menudo est¨¢n encerradas, no conocen el idioma, no se pueden costear el viaje de vuelta, y en muchos casos una deuda ficticia las obliga con sus captores, que se quedan la mayor parte de las ganancias de su trabajo forzado o su prostituci¨®n.
Violeta Santos Moura
Hace solo dos a?os, Maheshwori Nepali respond¨ªa las preguntas que le hac¨ªan ante la sospecha de que se trataba de una v¨ªctima del tr¨¢fico de personas. Sus interrogadores quer¨ªan saber si la hab¨ªa vendido un conocido habitante de su pueblo que hab¨ªa ofrecido a su familia encontrarle un trabajo en India. Actualmente, Nepali trabaja como vigilante de frontera intentando interceptar y evitar que las v¨ªctimas del tr¨¢fico sean llevadas a India a trav¨¦s de la ciudad fronteriza de Bhairahawa, en Nepal, o sean tentadas para que crucen ellas mismas.
Maheshwori utiliza su propia experiencia para identificar a posibles v¨ªctimas. En su nuevo trabajo en 3 Angels Nepal, la ONG anti tr¨¢fico de personas que la rescat¨® a ella, busca a ni?as demasiado bien vestidas. Esto es algo que los traficantes suelen hacer para ganarse la confianza de sus v¨ªctimas. Otro indicio significativo son las ni?as que caminan torpemente con zapatos nuevos, ya que es probable que sea la primera vez que calzan algo que no sean chancletas.
Las ni?as que, como ella, proceden de familias desfavorecidas, son las m¨¢s vulnerables. Maheshwori pertenece a la comunidad dalit, la m¨¢s baja de las castas hindu¨ªstas. Aunque la discriminaci¨®n por raz¨®n de la casta est¨¢ oficialmente prohibida en Nepal, sigue teniendo influencia en todas las facetas de la sociedad. Esto ha obligado a muchos miembros de las castas inferiores a buscar una vida diferente lejos de su hogar.
Seg¨²n informaci¨®n de la polic¨ªa nepal¨ª citada en un informe de Unicef Nepal, desde mediados de 2015 hasta mediados de 2016, 1.630 mujeres y ni?as fueron rescatadas por la polic¨ªa solo en los puestos de control del tr¨¢fico de personas de las zonas de frontera. Las organizaciones contra la trata dirigen sus propios puestos a lo largo de la frontera para suplir la escasez de estaciones oficiales, y trabajan en coordinaci¨®n con la polic¨ªa en los casos en los que se identifica tambi¨¦n al traficante y cuando es necesaria la intervenci¨®n policial. Las cifras de rescatados que presentan las ONG son muy superiores. Seg¨²n 3 Angels Nepal, sus puestos a lo largo de los 1.758 kil¨®metros de frontera impiden cada d¨ªa que una media de 12 ni?as sean v¨ªctima del tr¨¢fico, y sostiene que interceptar el traslado es el m¨¦todo de rescate m¨¢s eficaz.
Violeta Santos Moura
Sunita Danwuar (derecha), de 41 a?os, cubre la cara de T., de 30, ambas supervivientes del tr¨¢fico de personas. Las dos mujeres posan en la casa de Danwuar en Katmand¨², capital de Nepal. Ambas se han prestado apoyo mutuo y han ayudado tambi¨¦n a otras supervivientes de la trata con fines sexuales. T., que sobrevivi¨® a las violaciones, el maltrato y la esclavitud en Kuwait, actualmente colabora con Danwuar, tambi¨¦n superviviente y pionera de la lucha contra el tr¨¢fico de mujeres desde Nepal.
Tras ser secuestrada a los 14 a?os y prostituida durante cuatro en un burdel de Bombay, Danwuar fue rescatada, y junto con otras mujeres y ni?as liberadas de India como ella fund¨® la ONG Shakti Samuha (Grupo de Poder) contra la trata de personas. Actualmente dirige su propia fundaci¨®n, dedicada a devolver la confianza a las supervivientes del tr¨¢fico ilegal.
Apenas alfabetizada, sin haber superado el trauma y profundamente estigmatizada por haber sido v¨ªctima del tr¨¢fico, Danwuar logr¨® rehacer su vida liderando la lucha contra el tr¨¢fico sexual en Nepal y dando educaci¨®n a su hija en un pa¨ªs en el que solo el 53,1% de las mujeres de m¨¢s de 15 a?os saben leer y escribir.
La Organizaci¨®n Mundial del Trabajo de Naciones Unidas advierte de que hay m¨¢s de 40 millones de esclavos en el mundo. La gran mayor¨ªa de las v¨ªctimas del tr¨¢fico ?alrededor del 71 %? son mujeres y ni?as, y un tercio son menores de edad.
Violeta Santos Moura
T., superviviente del tr¨¢fico sexual, que pidi¨® permanecer en el anonimato, se descubre la pierna en una casa de Katmand¨², capital de Nepal, para mostrar las cicatrices de las heridas que le infligieron durante las violaciones, el maltrato y la esclavizaci¨®n que sufri¨® en Kuwait. T. cre¨ªa que hab¨ªa ido all¨ª a trabajar en el servicio dom¨¦stico, pero en realidad la tuvieron encerrada para que los hombres de la familia y los invitados a sus fiestas la violasen.
T. pidi¨® que no se revelase su identidad, ya que las supervivientes de la trata padecen una profunda estigmatizaci¨®n, y en general la sociedad nepal¨ª sigue teni¨¦ndolas por prostitutas ?lo cual se considera una ocupaci¨®n deshonrosa?, sin importar que las obligasen a ello. En la mayor¨ªa de los casos, despu¨¦s de que las rescaten, las comunidades las expulsan y las familias las excluyen.
Dado que la sociedad nepal¨ª es profundamente patriarcal, la mayor¨ªa de sus miembros piensa que el matrimonio es el mecanismo de reintegraci¨®n m¨¢s aceptado, fiable y deseado. Por eso, algunas supervivientes ocultan a sus futuros esposos su pasado y su condici¨®n de seropositivas, y viven con el temor a que se descubra lo que han sufrido.
A ra¨ªz de los numerosos y demoledores informes sobre el trato que los jefes dan a los empleados en los pa¨ªses del Golfo, Nepal estableci¨® procedimientos estrictos de cribado en el aeropuerto internacional de Katmand¨² para las mujeres que viajan all¨ª para trabajar. A pesar de ello, el tr¨¢fico no ha disminuido. Ahora, en vez de volar directamente desde Katmand¨², miles de nepal¨ªes analfabetas se dirigen al Golfo a trav¨¦s de India, Banglad¨¦s y Sri Lanka. Otras siguen cayendo en las redes del tr¨¢fico a trav¨¦s del aeropuerto internacional de Nepal sin que las autoridades les hagan preguntas. Eso ha despertado la sospecha de que las autoridades nepal¨ªes de emigraci¨®n est¨¢n involucradas en la trata.
Violeta Santos Moura
Una trabajadora (derecha) habla con dos clientes (izquierda) en un sal¨®n de "sasaje" ?el nombre coloquial con que se conoce a los salones de masaje que sirven de tapadera a un burdel, en los que los servicios sexuales se prestan en el mismo establecimiento? que esperan su turno en la zona tur¨ªstica de Katmand¨², capital de Nepal.
Esta es una de las razones de que el peligro tambi¨¦n aceche en el propio pa¨ªs. Muchas de las v¨ªctimas de la trata no atraviesan la frontera internacional, sino que son atra¨ªdas a otros lugares de Nepal, generalmente desde las zonas rurales a las metr¨®polis, por conocidos que les prometen un trabajo como camarera o trabajadora dom¨¦stica en la capital. En realidad, las mujeres acaban obligadas a prostituirse en restaurantes o bares con bailarinas o reservados, o en salones de masaje, entre otros establecimientos que ofrecen servicios sexuales en grandes ciudades como Katmand¨², capital de Nepal.
Seg¨²n el Manual para Responsables Pol¨ªticos (Handbook for Decision Makers) sobre Tr¨¢fico y Explotaci¨®n en los Sectores del Ocio y el Sexo en Nepal de la organizaci¨®n Terre des Hommes, las ni?as y las mujeres han declarado que "no se les permite abandonar su actividad hasta que traigan a una o m¨¢s ni?as para sustituirlas, lo cual las obliga a desempe?ar el papel del proxeneta o el traficante".
Algunas mujeres y ni?as tambi¨¦n est¨¢n obligadas por la deuda originada por los pagos "adelantados" hechos por los traficantes a su familia o al secuestrador (como ocurre con las ni?as llevadas ilegalmente a India). En realidad, los anticipos son los pagos que las familias u otras personas reciben por entregar o vender a la ni?a y, en muchos casos, su virginidad. Otras v¨ªctimas contraen la deuda por los pr¨¦stamos que toman de los traficantes para pagar el alojamiento, la comida o el tel¨¦fono m¨®vil.
Diversos organismos internacionales han clasificado a Nepal como "pa¨ªs de origen" del tr¨¢fico de personas. En consecuencia, la investigaci¨®n y la informaci¨®n sobre la trata en el contexto nepal¨ª ha girado sobre todo en torno al tr¨¢fico exterior, es decir, de Nepal a otros pa¨ªses.
Sin embargo, el terremoto de 2015 tuvo como resultado un fuerte aumento del n¨²mero estimado de personas con las que se comercia dentro de Nepal llev¨¢ndolas en particular de las zonas urbanas a la capital, Katmand¨². Por ello, el pa¨ªs ha pasado a ser clasificado tambi¨¦n como lugar de tr¨¢nsito y destino.
Violeta Santos Moura
L. da un masaje a un turista. En alg¨²n momento le preguntar¨¢ si quiere que pase a prestarle un "servicio extra", es decir, a tener relaciones sexuales a cambio de dinero. La actividad se realiza en una de las docenas de salones de masaje, conocidos coloquialmente en Katmand¨² como salones de "sasaje", que funcionan como tapadera de un burdel en la zona tur¨ªstica de la capital nepal¨ª.
En comparaci¨®n con los restaurantes con espect¨¢culo musical, los bares de bailarinas y los restaurantes con reservados, las ni?as y las mujeres que trabajan en los salones de masaje ganan mucho menos que las que lo hacen en otros establecimientos de proxenetismo. La raz¨®n es que no reciben ingresos por el consumo de comida o alcohol que hacen los clientes, y dependen solamente del sexo que les proporcionan. Un sal¨®n de masaje suele estar dividido en peque?as habitaciones o cabinas con una camilla. En ellas, los servicios sexuales no se alternan con entretenimientos, m¨²sica, o consumo de alcohol o comida.
Seg¨²n datos publicados en septiembre de 2018 por la oficina de Unicef para Nepal, "solo en el valle de Katmand¨² entre 10.000 y 13.000 ni?as y mujeres trabajan en el 'sector del ocio nocturno', la mayor¨ªa de ellas menores de edad". Sin embargo, se cree que los datos disponibles no reflejan con exactitud la magnitud del problema, y que las cifras reales podr¨ªan ser mucho m¨¢s altas, ya que a las v¨ªctimas se las alecciona para que mientan a los trabajadores sociales sobre su edad y su situaci¨®n por miedo a las represalias de los due?os y los gerentes de los negocios.
Violeta Santos Moura
En una zona menos tur¨ªstica de la capital, Katmand¨², lo que se conoce en la ciudad como un "restaurante con reservados" ofrece a los clientes la compa?¨ªa de las camareras para pasar un rato ¨ªntimo con ellas en las cabinas. Salta a la vista que muchas de las chicas son menores de edad.
Los restaurantes con reservado ofrecen peque?os espacios privados, separados por mamparas de contrachapado, en los que las camareras tienen que entretener a los clientes y persuadirlos para que consuman bebidas alcoh¨®licas y comida a precios exagerados como pago por sus servicios sexuales. Por entretenimiento se entiende desde la conversaci¨®n hasta los besos, las caricias, la masturbaci¨®n o el sexo oral. Por lo general, en la parte trasera hay una habitaci¨®n que los clientes pueden usar para tener relaciones sexuales con la camarera. Otra posibilidad es ir a un hotel cercano para encuentros m¨¢s largos.
La mayor¨ªa de los restaurantes con reservado no cocina su propio men¨². La comida se compra a establecimientos cercanos en los que el cliente podr¨ªa comer a un precio normal. Los clientes van a los restaurantes con reservado por las camareras.
Un estudio sobre estos establecimientos nepal¨ªes realizado por la ONG Terre des Hommes descubri¨® que "m¨¢s de la mitad de las informantes declaraba que los propietarios las obligaba a realizar actividades contra su voluntad bajo la amenaza de despedirlas, hacerles da?o, chantajearlas o difamarlas. Seg¨²n otro estudio, tres cuartas partes de las trabajadoras fueron obligadas a realizar tareas adicionales, la mayor¨ªa de las cuales inclu¨ªan tener relaciones sexuales con el cliente en una cabina o un hotel".
Violeta Santos Moura
En Nepal, toda una industria secundaria gira en torno a los negocios del ocio y el sexo. Los restaurantes cercanos proveen los platos que aparecen en los men¨²s de estos establecimientos. La mayor¨ªa de los restaurantes con reservado no cocinan la comida que ofrecen, sino que la compran en las proximidades. El reclamo de los restaurantes con reservado son las camareras. Los hoteles cercanos sirven a los clientes de los restaurantes con reservado que quieren tener un encuentro sexual m¨¢s largo con la camarera. Se calcula que gran parte de las trabajadoras de los sectores de la hosteler¨ªa y el ocio son v¨ªctimas del tr¨¢fico de personas. Sin embargo, el alcance real es dif¨ªcil de determinar debido a que las mujeres y las ni?as son aleccionadas para que mientan a los trabajadores sociales sobre su edad y su situaci¨®n por miedo a las represalias de los propietarios y los gerentes de los negocios.
Violeta Santos Moura