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Las fruter¨ªas, el trampol¨ªn para los inmigrantes emprendedores en Madrid el boom de la inmigraci¨®n trajo a Espa?a a muchos j¨®venes que vieron en estos establecimientos comerciales la oportunidad de ganarse la vida. Los l¨ªderes son Frutas Azahara, Don Fruta y Dhaka Frutas Facturan 28 millones de euros al a?o y tienen 250 empleados, un peque?o imperio montado desde cero. En la imagen, Lamia Azzi, hija de los propietarios marroqu¨ªes de la empresa de frutas Azahara, en sus almacenes y dependencias donde dirige el negocio familiar. Kike Para Las fruter¨ªas, ese negocio humilde y sacrificado que exige largu¨ªsimas jornadas de tres de la ma?ana a diez de la noche, han sido un trampol¨ªn para ellos y otros empresarios inmigrantes en Madrid. En la imagen, uno de los locales de la empresa marroqu¨ª de frutas Azahara en la poblaci¨®n de Gri?¨®n (Madrid). Kike Para Varios negocios han crecido hasta montar cadenas con decenas de tiendas. En la imagen, uno de los locales de Frutas Azahara, en Gri?¨®n (Madrid). Kike Para Los l¨ªderes son los marroqu¨ªes Frutas Azahara; Don Fruta, fundada en 2008 por tres amigos de origen chino; y Dhaka Frutas, regentada por el banglades¨ª Alamin Miha y tambi¨¦n iniciada en 2008. En la imagen, terrenos de cultivo de la empresa frutas Azahara en Gri?¨®n (Comunidad de Madrid). Kike Para Los empresarios inmigrantes se han quedado con el negocio que no han querido los fruteros de origen espa?ol, muchos incapaces de pasarle el relevo a sus hijos, sabedores de que este es un trabajo extenuante. En la imagen, Lamia Azzit, directora financiera, en los almacenes de Frutas Azahara. Kike Para Ahora la crisis econ¨®mica est¨¢ tumbando todo tipo de comercios en Madrid pero siguen apareciendo nuevas fruter¨ªas en locales que quedan vac¨ªos. Muchas las regentan inmigrantes que buscan la fortuna de los grandes. Abren, cierran, abren, cierran. En la imagen, local de la cadena Ay Madre La Fruta, en la calle de Galileo de Madrid. Kike Para Cuando se establecen cerca de una fruter¨ªa de las cadenas, los peque?os lo tienen complicado. De hecho, los grandes grupos tienen un pacto t¨¢cito para respetarse. En la imagen, fruter¨ªa de la cadena Don Fruta, en la calle de Alcal¨¢ de Madrid. V¨ªctor Sainz Algunos fruteros de toda la vida se quejan de que durante mucho tiempo han tratado de cambiar el horario de Mercamadrid para as¨ª empezar la jornada m¨¢s tarde. Pero no lo han conseguido porque las autoridades han querido evitar que los repartidores de alimentos coincidan en la ma?ana con la hora punta de tr¨¢fico. En la imagen, interior de un local de Ay Madre La Fruta de la calle Galileo de Madrid. Kike Para Hay alguna que otra cadena de fruter¨ªas regentada por espa?oles, pero incluso ellos se preparan para colgar el delantal. ¡°Nos pueden quedar dos semanas si viene alguien con pasta¡±, dice Julio Garc¨ªa Vivas, de 57 a?os, uno de los dos primos al frente de Ay Madre la Fruta. Son fruteros de tercera generaci¨®n pero no tienen un relevo m¨¢s joven para encargarse de sus 28 fruter¨ªas en Madrid. En la imagen, Julio Garc¨ªa (izquierda) y Alfredo Garc¨ªa, primos y propietarios de 28 fruter¨ªas en la regi¨®n. Kike Para