Cinco pasos para alcanzar la aut¨¦ntica vida 'slow'

La b¨²squeda de una vida m¨¢s tranquila es quiz¨¢s el mayor anhelo de la vida moderna. A medida que el ritmo fren¨¦tico que nos impone la sociedad se acelera, ansiamos llevar un tempo m¨¢s reposado. Conseguir que el tiempo dure m¨¢s, disfrutar de los aspectos m¨¢s sencillos de la vida y alcanzar una comuni¨®n con nuestro entorno es algo a lo que muchos aspiran y pocos logran.

A trav¨¦s de sus ra¨ªces mallorquinas, que le conectan con la austeridad y el car¨¢cter sencillo y natural tan caracter¨ªstico del Mediterr¨¢neo, Camper siempre ha abogado por ese ritmo lento, calmado, desde su famosa filosof¨ªa resumida en el lema Walk, Don't Run o proyectos como The Walking Society, que inaugur¨® en 2001. Esta serie de publicaciones nos presentan iniciativas culturales y sociales que ahondan en distintas maneras de afrontar la vida desde una perspectiva que busca el bien com¨²n a trav¨¦s de la calma, la reflexi¨®n y la atenci¨®n al medio que nos rodea.

El n¨²mero de este Oto?o/Invierno 2020, el noveno de su historia, gira en torno a Mallorca, la tierra natal de Camper, y a trav¨¦s de ¨¦l podemos descubrir distintos ejemplos de personas que han encontrado una manera de vivir alejada de las prisas, la artificialidad y el ruido urbano. A trav¨¦s de ellos podemos aprender c¨®mo llevar una aut¨¦ntica vida slow.

Respeta la tierra y ella te respetar¨¢ a ti

Alar¨®, una tranquila localidad de la parte occidental de Mallorca, alberga Son Fortesa, la finca en la que se encuentran las oficinas de la fundaci¨®n Camper. All¨ª, entre naturaleza y muros de piedra, no solo se crean algunos de los dise?os de calzado m¨¢s reconocibles del mundo, sino que tambi¨¦n se cultiva la tierra.

Cuando la marca se instal¨® all¨ª, a principios de la d¨¦cada de los 90, la agricultura local hab¨ªa deca¨ªdo. Desde entonces, se ha reavivado la actividad agr¨ªcola, siguiendo pr¨¢cticas de sostenibilidad, respetando las temporadas y limitando la producci¨®n a lo que la tierra necesita para no estar sobreexplotada.

Come solo lo que sepas de d¨®nde viene

En Caimari, al pie de la sierra de Tramuntana, se encuentra Ca Na Toneta. Este restaurante, fundado por la chef Mar¨ªa Solivellas y su hermana Teresa, parte de la cocina tradicional mallorquina para experimentar son los sabores. Siempre, eso s¨ª, respetando unas reglas b¨¢sicas. Cada uno de sus platos se basa en los productos locales y de temporada, conformando un men¨² en continuo cambio y creado para ser compartido en un entorno que, desde la decoraci¨®n hasta la vajilla, reinterpreta la cultura de la isla mediterr¨¢nea.

Valora el trabajo hecho con las manos

En una ¨¦poca de producci¨®n en serie, cada vez valoramos m¨¢s aquello que se realiza con el cuidado artesanal. En su estudio de P¨°rtol, a una media hora de Palma, Joan Pere Catal¨¤ Roig contin¨²a con la tradici¨®n alfarera de la isla, adoptando las t¨¦cnicas tradicionales para insuflarle nuevos aires, e influencias de otras partes del mundo, como Jap¨®n.

Desde la t¨ªpica escudella, pieza cl¨¢sica mallorquina que ¨¦l reinterpreta con diferentes materiales, hasta grandes jarrones, pasando por vajillas y juegos de t¨¦, todo lo que se crea en su taller respira un respeto por lo tradicional a la vez que una voluntad de a?adirle nueva inspiraci¨®n. Y, por supuesto, todo realizado con el detalle y la singularidad que solo puede resultar de crear un objeto a trav¨¦s del trabajo manual.

Lucha por conservar tu entorno

El australiano Brad Robertson lleg¨® a Mallorca enamorado de la diversidad del mar Mediterr¨¢neo, y se propuso hacer todo lo posible para que la huella del hombre no siguiese haciendo mella en su riqueza natural. A bordo de un impresionante velero fabricado por completo de madera, estudia la fauna marina y ayuda a su regeneraci¨®n, retirando los residuos que llegan al mar.

La fundaci¨®n que cre¨®, Save the Med, tambi¨¦n realiza talleres escolares, campa?as de concienciaci¨®n ambiental y otras actividades que buscan entablar lazos con la comunidad para poner de relevancia la conservaci¨®n de uno de los tesoros de la isla, su mar.

Rod¨¦ate de belleza

Nacida en un peque?o pueblo de la Tramuntana, Marta Armengol estudi¨® arquitectura en Barcelona antes de descubrir que el dise?o era su verdadera vocaci¨®n. Tras regresar a Mallorca, se fij¨® en la tradici¨®n artesana del soplado de vidrio para dar forma a sus creaciones. En ellas, se funden los l¨ªmites entre mobiliario y escultura, creando formas sinuosas, org¨¢nicas y salpicadas de color.