El saber ind��gena africano defiende el bosque

Un vistazo a las colinas sembradas de t��, cerca de las monta?as del Parque Nacional Bwindi. En algunas zonas, el ecosistema de los gorilas de monta?a est�� amenazado por la expansi��n de las plantaciones intensivas.

Tina Katushabe es fundadora de un proyecto de empoderamiento, educaci��n y conservaci��n llamado Change A LIFE, en la plantaci��n de t�� junto al bosque impenetrable de Bwindi, amenazado por la deforestaci��n que causa el cultivo intensivo de esta planta.

Camino dentro del bosque impenetrable de Bwindi. El parque fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994.

Un ni?o de la etnia batwa, una poblaci��n ind��gena del bosque que convivi�� en total armon��a con ��l hasta 1992, cuando se estableci�� el parque nacional.

Gorila de monta?a joven despu��s de una tormenta en la selva tropical de Bwindi. Este a?o nacieron siete cachorros, frente a los tres nacidos en 2019; tanto es as�� que el Servicio de Vida Silvestre de Uganda habla de un "baby boom".

Uno de los 400 gorilas de monta?a del Parque Natural de Bwindi, que es el h��bitat de m��s de la mitad de todos los del planeta. Los gorilas del parque se dividen en cuatro grupos, uno de los cuales est�� controlado con fines de investigaci��n cient��fica mientras que los otros tres viven en completa libertad.

Una de las canciones con las que las mujeres del proyecto 'Change a Life Bwindi' dan la bienvenida a los visitantes del parque se refiere al mito de la creaci��n del mundo, seg��n la cultura batwa. Adem��s de bailar, tambi��n se dedican a la artesan��a tradicional como fuente de apoyo econ��mico para sus familias.

Las mujeres regresan a casa despu��s de un d��a completo de trabajo en las plantaciones de t�� y banano.

Los ni?os esperan en la entrada de uno de los sectores del Bwindi Impenetrable National Park. Muchos se prestan como 'porteadores' para facilitar a los turistas los recorridos por la selva a cambio de una compensaci��n m��s alta de la que ganar��an en un d��a de trabajo en el campo.

En condiciones de profunda pobreza y falta de medios de vida, es a trav��s de las habilidades de las mujeres que las comunidades batwa y ruhija est��n tratando de construir un futuro. Estas madres sobre todo trabajan para que sus hijos completen la escolarizaci��n, promesa de una mejor calidad de vida.