10 fotosOcho meses sin El RastroSolo las almonedas y tiendas de cacharros, libros o antig¨¹edades permanecen abiertas y testifican que el emblem¨¢tico mercadillo dominical ha estado en el mismo lugar de Madrid durante m¨¢s de cuatro siglosJuli¨¢n Rojas09 nov 2020 - 00:40CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceAl dar por finalizada la primera ola de la pandemia del coronavirus, Madrid fue recuperando poco a poco y a pesar de las limitaciones buena parte de sus rasgos distintivos: bares y terrazas, parques, cines y teatros, tiendas. Una lista en la que sigue faltando El Rastro, que lleva ocho meses cerrado.Juli¨¢n RojasEl Ayuntamiento y los comerciantes ambulantes se han enzarzado durante ocho meses en las condiciones de la reapertura, distintas a las que van a operar en otras citas tradicionales como el mercadillo navide?o de la plaza Mayor.Juli¨¢n RojasLos 1.000 puestos que hasta ahora jalonaban cada domingo la Ribera de Curtidores y sus calles aleda?as desaparecieron con la irrupci¨®n del coronavirus.Juli¨¢n RojasEl Consistorio propone una alternancia de la mitad de los puestos cada domingo ¡ªdesplazados de sus calles originales y trasladados a la calzada¡ª y limitar el aforo a 2.703 visitantes.Juli¨¢n RojasLas aceras quedar¨ªan reservadas para el tr¨¢nsito y los comercios con local fijo. De este modo, el mercado se desdoblar¨ªa, con dos espacios y dos medidas distintas de prevenci¨®n contra el virus. En la imagen, protesta de los comerciantes, el 1 de noviembre.Juli¨¢n RojasSeg¨²n el documento remitido a la Asociaci¨®n El Rastro Punto Es, que aglutina a la mayor¨ªa de los vendedores ambulantes, los titulares de los puestos se encargar¨ªan de colocar la cinta de balizamiento detr¨¢s de cada puesto, delimitando as¨ª ellos mismos las distintas ¨¢reas.Juli¨¢n RojasLos asociados comenzaron a votar esta propuesta el s¨¢bado y acabar¨¢n de hacerlo este lunes. En funci¨®n del resultado, este puede ser el ¨²ltimo domingo sin Rastro. O que el cierre contin¨²e.Juli¨¢n RojasNi siquiera durante la Guerra Civil hab¨ªa sucedido una cosa as¨ª. Entonces el barrio fue bombardeado y el mercado se debilit¨®, pero nunca cerr¨® del todo.Juli¨¢n RojasHoy quienes visitan el callejero sobre el que se asentaba el Rastro bajan la calle del Carnero con la mirada puesta en la pantalla del m¨®vil. Nada anima a elevar la vista. Su paso es casi autom¨¢tico, como el de los soldaditos de cuerda que se ofrecen en las almonedas semivac¨ªas.Juli¨¢n RojasEl due?o de uno de los locales de El Rastro, en la puerta de su establecimiento.Juli¨¢n Rojas