10 fotosLA CRISIS DEL CORONAVIRUSVisitas a distancia en la residenciaEn el centro privado Concesol, en Madrid, viven 52 mayores. La vida dio un vuelco para los ancianos cuando estall¨® la pandemia. Tras el confinamiento, el contacto con sus familiares pas¨® a estar sujeto a normasMar¨ªa Sosa Troya??igo Dom¨ªnguezOlmo CalvoMadrid - 06 dic 2020 - 00:41CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceUn trabajador de la residencia privada Concesol, en Madrid, toma la temperatura a Gabriel Montes, de 60 a?os, antes de que pueda visitar a su madre, Vicenta Mart¨ªn, de 92. Ella padece Alzh¨¦imer y durante el confinamiento se entristeci¨®, peg¨® un baj¨®n. Como muchos mayores a los que el encierro provoc¨® un deterioro. Ahora est¨¢ mejor. Su familia puede verla tres veces a la semana durante media hora. Piden cita previa, firman una declaraci¨®n jurada para dar cuenta de que no tienen s¨ªntomas del virus, al llegar hay que lavarse las manos con gel hidroalcoh¨®lico y limpiar los zapatos en una alfombra viricida. La pandemia ha dado un vuelco a la vida en este centro.Olmo CalvoAurelia Bet¨¦s, de 84 a?os, mira el ¨¢lbum de fotos que le ha regalado su hija, Raquel Berrocal, de 45. La anciana, que padece Alzh¨¦imer, muestra orgullosa las im¨¢genes de los cuatro cr¨ªos. No los ve desde que estall¨® la pandemia. Desde entonces no puede salir del centro. "Lo echa de menos. Antes ¨ªbamos a comer por ah¨ª, a dar un paseo", explica su hija. Las fotos son la manera de que los tenga presentes. "Para que presumas de nietos con los compa?eros", le dice su hija. "Te traer¨¦ m¨¢s".Olmo CalvoLos residentes no pueden tocar a sus familiares. Guardan escrupulosamente la distancia. Un trabajador del centro vigila que se cumplan las normas. Pese a los estrictos protocolos, al menos ahora pueden verse. Durante el confinamiento, en primavera, muchos mayores se apagaron. "Con la desescalada, volvieron a ser ellos", explica Alicia Aguado Szurek, la subdirectora de esta residencia, propiedad de su familia. En la imagen, Encarnaci¨®n Palma, de 83 a?os, recibe la visita de su hijo, Rodolfo Sant, de 59.Olmo CalvoNada es como era en las residencias de mayores. En el centro Concesol han tenido que habilitar pasillos para ganar espacio y poder respetar mejor las medidas de seguridad a la hora de comer. La imagen est¨¢ tomada a la hora de la cena, despu¨¦s de que varios residentes hubieran recibido las visitas de sus familiares.Olmo CalvoUna cinta marca la frontera que Gabriel Montes no puede traspasar. Esta es la ¨²nica forma en que puede ver a su madre, Vicenta Mart¨ªn, desde hace meses. Ella pas¨® el coronavirus en la primera ola, pero fue asintom¨¢tica. Lo descubrieron despu¨¦s de que en el centro se hicieran test a todos los residentes. A¨²n tiene anticuerpos.Olmo CalvoLas residencias de mayores se han blindado frente al coronavirus. En una sala, en este centro privado se amontonan cajas con material de protecci¨®n y desinfectante, imprescindible para tratar de combatir al virus. Hay batas, gafas, monos, mascarillas de distintos tipos, geles hidroalcoh¨®licos, viricidas de alfombras. Tienen un 'stock' de 41.000 guantes, explica la subdirectora del centro, Alicia Aguado Szurek.Olmo CalvoEl antiguo comedor est¨¢ cerrado. Los espacios se han reorganizado en este centro. En marzo, dos mayores perdieron la vida por el corinavirus. El resto de los residentes que pasaron la enfermedad fueron asintom¨¢ticos, explica la subdirectora de la residencia, Alicia Aguado Szurek. Desde entonces, no han vuelto a tener un caso.Olmo CalvoLa subdirectora del centro, Alicia Aguado Szurek, explica que durante lo peor de la pandemia se vieron "muy solos". No sintieron el apoyo de las Administraciones. Parte del personal se dio de baja. Ahora la vida aqu¨ª se ajusta a la nueva normalidad: las mascarillas son omnipresentes, las medidas de seguridad son estrictas. En la imagen, el m¨¦dico del centro, Ricardo Benito.Olmo CalvoLo que antes era un amplio sal¨®n para visitas, con televisor, donde los hijos y sus padres pod¨ªan jugar al domin¨®, ahora hay solo tres sectores se?alizados con cintas. En la imagen, Pilar Madrid, de 55 a?os, visita a su madre, Pilar Yag¨¹e, de 81, que padece Alzh¨¦imer. Esta ¨²ltima explica que todos la llaman 'Mam¨¢ Pilar'. Rememora su infancia, cuando estudi¨® en un colegio muy cerca de la residencia en la que ahora vive.Olmo CalvoMar¨ªa ?ngeles Calz¨®n tiene 94 a?os y se emociona al ver a su hija, Mari¨¢n Mu?oz, de 60. Esta le ense?a fotos de sus cuatro bisnietos. Al m¨¢s peque?o no lo conoce, naci¨® este a?o. "?Qu¨¦ ricos!", dice con un hilo de voz. "Con el confinamiento, sin verla, lo pas¨¦ muy mal, pensando en que pudiera enfermar y yo no pudiera cogerle la mano", dice su hija. "Cada d¨ªa que pasa doy las gracias, porque es un d¨ªa m¨¢s".Olmo Calvo