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Vivir y morir por la contaminaci¨®n del r¨ªo Citarum Sus aguas, que corren por la isla de Java, en Indonesia, tienen un nivel alarmante de sustancias t¨®xicas con valores mil veces superiores a los establecidos en Europa. Su uso dom¨¦stico es frecuente y extremadamente peligroso para las vidas de los 30 millones de personas que habitan cerca Los an¨¢lisis recientes realizados en el r¨ªo Citarum han detectado un nivel alarmante de sustancias t¨®xicas, producto de los vertidos textiles, con valores mil veces superiores a los niveles establecidos por Europa como seguros para el ser humano. El uso de sus aguas es extremadamente peligroso para las vidas de 30 millones de personas que habitan en esta regi¨®n. Halimah es madre de tres hijos. Tiene 47 a?os y hace cuatro que est¨¢ viuda. Su marido muri¨® de tuberculosis a los 46, tras sufrir de dermatitis durante a?os. Ella est¨¢ muy d¨¦bil, malnutrida, se reconoce demacrada y sufre de bronquitis cr¨®nica. El m¨¦dico le ha indicado que procure no utilizar el agua del r¨ªo cercano, ni los productos derivados de ¨¦l, pero, no tiene alternativa, no puede cambiar su forma de vida. En el pueblo de Babakan, construido a orillas del Citarum, delante de los complejos industriales y a menudo afectado por las inundaciones, hay ni?os que conviven con las monta?as de basura. Los chicos suelen prenderles fuego por diversi¨®n o, sencillamente, para deshacerse de ellos. La basura del suburbio de Dayeuhkolot se incinera peri¨®dicamente en un hoyo junto al pueblo. Sin ninguna clase de separaci¨®n ni filtro, el humo cancer¨ªgeno repleto de dioxinas e hidrocarburos arom¨¢ticos polic¨ªclicos envuelve las calles y las casas. La manufactura de las industrias textiles, desde la producci¨®n hasta el te?ido, requiere enormes cantidades de agua. En la zona de Majalaya, cientos de f¨¢bricas alimentadas con carb¨®n utilizan todo el agua disponible. Tras su vertido, los agricultores lo usan para regar los campos de cultivo. Oha, de 70 a?os, tiene el cuerpo cubierto de dermatitis. Vive a pocos metros del Citarum, y lleva 36 a?os recolectando la hierba que crece junto al cauce para alimentar a las cabras. Hace tres a?os que est¨¢ en tratamiento y se pone una pomada de cortisona. Lo han reconocido 25 veces ocho m¨¦dicos diferentes, pero como no tiene posibilidades de irse a vivir lejos del r¨ªo, no puede curarse. Una peque?a trampa utilizada junto a una plataforma de bamb¨² a la orilla del r¨ªo. La basura que flota en las aguas del Citarum, adem¨¢s de ser contaminante, dificulta la tarea. Como los pescadores no tienen alternativas para subsistir, construyen vallas flotantes y pescan entre los desechos. Alit es un activista por el medio ambiente de Badega Lingkungan. Con el proyecto Patrulla de las aguas del Citarum, recorre un canal de la zona industrial para descubrir vertidos clandestinos. El agua con altos niveles de contaminaci¨®n por la que camina, turbia y muy oscura, impide ver bien y provoca picores y sarpullido incluso al primer contacto. Las aguas residuales de las f¨¢bricas textiles y la ciudad llegan al pueblo de Ciwalenke. Tras pasar por los desag¨¹es y los canales que hay entre las casas, desembocan en un gran dep¨®sito en el que los habitantes lavan la ropa y la vajilla, y del que tambi¨¦n sacan agua para la higiene personal. El agua que llega a los campos de la zona procede de los conductos de desag¨¹e de las casas del pueblo cercano y est¨¢ llena de detergente y jab¨®n. En la imagen se ve a un agricultor sumergido en la que utiliza para regar. Al final de las terrazas cultivadas que hay detr¨¢s de ¨¦l, el l¨ªquido va a parar al r¨ªo Citarum. Iwan, de 34 a?os, es un "rebuscador". Su trabajo consiste en ir recogiendo material reciclable en el Citarum, cerca de las salidas de varios desag¨¹es de las casas a lo largo de la orilla del r¨ªo. Cerca del pueblo de Cipatik, el curso del Citarum est¨¢ totalmente cubierto por toneladas de basura tanto en superficie como en el lecho. Los desechos hacen imposible la navegaci¨®n a motor, e incluso dificultan la de los botes a remo.