La tierra de ?todos?
Con el ensayo-reportaje 'Esta tierra es nuestra tierra', Suketu Mehta ha escrito un 'Manifiesto del Inmigrante' en el que repasa c¨®mo el mundo se ha construido, y enriquecido, con quien ha sido capaz de abandonar su tierra en busca de una vida mejor
La madre de Donald Trump, Mary Anne McLeod, cambi¨® un pueblo de Escocia por Nueva York para reunirse con sus dos hermanas y trabajar como empleada dom¨¦stica. Varias d¨¦cadas antes, en la isla de Ellis hab¨ªa desembarcado el b¨¢varo Friedrich Trump, ten¨ªa 16 a?os, era analfabeto, no hablaba ingl¨¦s y cuesta creer que se le pasase por la cabeza que iba a convertirse en el abuelo de un futuro presidente de Estados Unidos. Sin embargo, puede que lo ¨²ltimo que se le ocurriese al joven y emprendedor Friedrich fuese que su nieto ser¨ªa la persona que m¨¢s har¨ªa por prohibir la inmigraci¨®n: el pol¨ªtico que convirti¨® en ley que los menores migrantes ¡ªcomo ¨¦l mismo¡ª fueran separados de sus padres una vez traspasada la frontera. Trump no solo ha dicho barbaridades. Se ha convertido en el modelo de pol¨ªticos como el primer ministro h¨²ngaro Viktor Orb¨¢n capaz de declarar que ¡°todos los terroristas son b¨¢sicamente migrantes¡±. Cuesta mucho menos creer una barbaridad que tomarse la molestia de averiguar datos para formarse una opini¨®n. Hoy consideramos emprendedores a quienes hacen dinero ¡ªque expresi¨®n¡ª. En la ¨¦poca del abuelo y la madre de Trump lo eran quienes emprend¨ªan una vida capaz de ampliar el mundo, propio y colectivo.
Esta tierra es nuestra tierra (Literatura Random House) no es solo un ensayo sobre inmigraci¨®n, historia, justicia, razones econ¨®micas y culturales o causas humanitarias. Es tambi¨¦n el relato, y la investigaci¨®n de Suketu Mehta, que lleg¨® con sus padres a Nueva York en los a?os setenta y que acu?ara el t¨¦rmino interlocal para describir a la poblaci¨®n creciente que se siente de dos lugares a la vez. El libro recoge muchos datos: hechos que demuestran c¨®mo las econom¨ªas prosperan con la llegada de mano de obra joven y dispuesta a trabajar (eso son los inmigrantes) y c¨®mo la criminalidad est¨¢ siempre dominada por los locales. Contiene tambi¨¦n respuestas: lo que aporta un inmigrante (riqueza, cultura y estabilidad), por qu¨¦ se les debe (es una forma de reparaci¨®n) por qu¨¦ se les teme, y la torpeza, ignorancia e inhumanidad de oponerse a lo que terminar¨¢ por llegar.
Se espera que para 2040 los blancos dejen de ser mayor¨ªa en EE UU. Pero ya hoy, el 13% de la poblaci¨®n es inmigrante y el 25% de los negocios los ponen en marcha inmigrantes. Un tercio de los premios Nobel tambi¨¦n fueron conseguidos por inmigrantes, pero es en la tecnolog¨ªa donde destacan: el 60% de las grandes empresas tecnol¨®gicas estadounidenses han sido fundadas por inmigrantes. Steve Jobs (Apple) era hijo de un inmigrante sirio. Sergey Brin (Google) lleg¨® de Rusia con seis a?os.
Hasta hace poco, pod¨ªamos movernos para viajar. No para sobrevivir. Cuando el humanitario no es considerado un criterio suficiente para permitir la movilidad de la gente por el planeta, se habla de econom¨ªa (no de miedo) para limitar la inmigraci¨®n. Pero se desconoce que la mitad de los trabajadores agr¨ªcolas estadounidenses son inmigrantes irregulares. Reagan concedi¨® la tarjeta verde para legalizar la situaci¨®n a 2.700.000 trabajadores. Los ingresos fiscales aumentaron. La tasa de criminalidad se redujo en un 5%.
La educaci¨®n tambi¨¦n es clave en la migraci¨®n. La mayor¨ªa de los inmigrantes indios est¨¢ sobradamente preparada para trabajar en empresas tecnol¨®gicas (por no hablar de las fundadas por ellos). Eso permiti¨® en 2000 a 133.000 desarrolladores de software formados en Bombay no aceptar las condiciones de la Alemania anterior a Merkel que necesitaba programadores y emiti¨® 20.000 permisos de entrada con la oposici¨®n del primer ministro de Renania ¡ª"m¨¢s ni?os y menos indios¡±¡ª y con unas condiciones ¡ªno llevar a su familia, quedarse solo cinco a?os y saber alem¨¢n antes de llegar¡ª que hicieron que s¨®lo 160 indios solicitaran una de esas plazas. ¡°?Por qu¨¦ iban a ir a un pa¨ªs donde los acog¨ªan con una alfombra salpicada con clavos?¡±.
Mehta tambi¨¦n habla de cultura, pero no solo de la riqueza que aportan los inmigrantes o de la mezcla que producen: ¡°Es la permisividad, la apertura y el vigor de la cultura estadounidense ¡ªy no su rigidez¡ª lo que sigue atrayendo a las masas¡±. Y de las huellas de la cultura hist¨®rica. Salman Rushdie analiza c¨®mo en novelas como Pasaje a la India o La joya de la corona, una mujer inglesa es violada por un indio. Ni siquiera Forster se atrevi¨® a escribir lo contrario. Al fin y al cabo ?qui¨¦n le iba a leer? ¡°Es mucho mejor evocar el miedo de la sociedad blanca a la gente oscura, a las grandes pollas marrones¡±. Mehta recurre a los datos. Anota c¨®mo en su libro Tristes tr¨®picos (1955) el antrop¨®logo Claude L¨¦vi-Strauss describe lo que ve en Calcuta como un pueblo infantil, por la simpat¨ªa de sus miradas, la conducta obsequiosa y el gusto por las baratijas: ¡°La calle proporciona a cada individuo un hogar donde se sienta, duerme y junta esa basura viscosa que es su comida¡±. Mehta concluye, compasivo, que el antrop¨®logo amaba la India tribal, pero no el pa¨ªs moderno.
El libro aborda el futuro y se?ala que a los refugiados pol¨ªticos y a quienes huyen de la pobreza es necesario a?adir a los refugiados por el cambio clim¨¢tico: porque sus tierras han sido inundadas, por ejemplo. Mehta plantea que son los responsables de la emisi¨®n de gases de efecto invernadero ¡ªcausante de las inundaciones¡ª los que deber¨ªan acoger a quien ha visto desaparecer su tierra por algo que nada tiene que ver con ¨¦l.
Sabemos, y m¨¢s con la pandemia encima, poco del futuro. Pero no parece que los j¨®venes europeos vayan a poder pagar las pensiones de sus padres. Y s¨ª parece que la densidad urbana no tiene vuelta atr¨¢s y que, por lo tanto, casi todos vayamos a tener que convivir con vecinos muy distintos a nosotros. Podemos mirar para otro lado o aprender a convivir. A finales del siglo XXI el 40% de la poblaci¨®n mundial ser¨¢ africana. Mehta lo resume: ¡°El futuro de nuestra especie, como nuestro pasado, es africano¡±. Su libro Esta tierra es nuestra tierra describe con datos y relatos nuestro planeta. Y nuestro mundo.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.