Los mayores inmunizados retoman en los parques de Madrid el juego que abandonaron por miedo al contagio de coronavirus. El sol cae oblicuo y entre los setos de Aluche y Alcorc¨®n se celebran varias partidas con p¨²blico incluido.
Un jugador realiza su lanzamiento durante una partida de petanca en el parque de Aluche.David Exp¨®sitoPaco y Pablo, dos jugadores de petanca en el parque de Lisboa, en Alcorc¨®n.David Exp¨®sitoCuando se tiene dudas sobre la bola ganadora, los jugadores echan mano de un metro.David Exp¨®sitoAlgunos jugadores de Aluche, en su juventud, compitieron en una liga federada local, hoy muy mermada.Les llaman "los gal¨¢cticos", en alusi¨®n al Real Madrid que entren¨® Vicente Del Bosque.David Exp¨®sitoN¨¦stor y Aurelio, dos aficionados a la petanca, en el parque de Aluche de Madrid.David Exp¨®sitoLas partidas de petanca en Aluche suelen celebrarse con un p¨²blico atento y exigente, que huye del aplauso f¨¢cil.David Exp¨®sitoDespu¨¦s de cada tiro las bolas se abrillantan con una gamuza. El objetivo es lanzarlas lo m¨¢s cerca posible de un boliche anaranjado, quien lo consiga suma un punto en cada partida.David Exp¨®sito¡°La petanca resulta muy segura¡±, dice Paco Pascual, un septuagenario que defiende este deporte de equipo donde parece f¨¢cil mantener la distancia de seguridad.David Exp¨®sitoUn marcador de madera fabricado a mano, que consta de dos ruedas, lleva la cuenta de las partidas.David Exp¨®sitoCuando la partida termina, todos recogen sus b¨¢rtulos. Cae la tarde y los bloques que ocultan el horizonte se ven dorados por el sol. Ma?ana m¨¢s y mejor.David Exp¨®sito