La selva Lacandona: un para��so amenazado

Deforestaci��n en la selva Lacandona en el municipio de Marqu��s de Comillas, Chiapas, en octubre de 2019. Los invasores y talamontes han contribuido a que esta selva haya visto reducida su extensi��n en un 70%.Santiago Arau

Invasiones y deforestaci��n en la reserva Montes Azules, en una imagen de noviembre de 2020. Las autoridades lacandonas temen que el reparto de sus terrenos suponga la desaparici��n de las 1.500 familias que tradicionalmente han ocupado el lugar y que son legalmente propietarios de la zona desde 1972.CORTES?A

Invasi��n de asentamientos y deforestaci��n en Salvador Allende, en la reserva Montes Azules. Unas 200 familias ind��genas lacandones denunciaron que la Procuradur��a Agraria pretende ��despojarlos�� de sus tierras para asignarlas a las otras dos subcomunidades con las que conviven en la Zona Lacandona ��Frontera Corozal y Nueva Palestina, de origen Tzeltal y Chol �� cuando los estatutos se?alan con claridad que estas corresponden al pueblo lacand��n.Cortes��a

Una avioneta accidentada en una pista ilegal en la reserva Montes Azules, en noviembre de 2020. Los representantes del pueblo lacand��n llamaron a las autoridades a intervenir de manera urgente ante los planes de repartici��n de las tierras ante el temor a episodios de violencia entre las comunidades y el comienzo de un proceso de deforestaci��n que da?e la Reserva de la Biosfera Montes Azules.Cortes��a

Un ind��gena tzeltal observa una zona deforestada en un nuevo asentamiento en la reserva de Montes Azules (Chiapas), en mayo de 2002. Eduardo Verdugo (AP)

Imagen a��rea del r��o Lacant��n, en la reserva Montes Azules. La selva Lacandona es conocida como el ��tinaco de M��xico�� por su capacidad de recoger el agua que termina en los r��os Grijalva y el Usumacinta, lo que supone el 30% del l��quido con que cuenta el pa��s.Santiago Arau

Un jaguar captado por c��maras trampa en la reserva Montes Azules. El felino se encuentra bajo amenaza por el aumento de la deforestaci��n, la ganader��a y los asentamientos humanos en la selva Lacandona.Cortes��a

La comunidad de Nuevo Pichucalco, una invasi��n en la reserva natural de Montes Azueles, en una imagen de archivo de 2002. "No es justo que vengan otras personas a repartir la tierra y a repart��rsela para ganader��a o para madera cuando lo que necesita es que cuidemos de ella��, denunciaron las comunidades lacandonas.Eduardo Verdugo (AP)