8 fotosPROTESTAS EN COLOMBIALos rostros del estallido social en ColombiaMiles de colombianos completan un mes de manifestaciones y marchas, en una de las protestas m¨¢s largas de la historia reciente del pa¨ªs. Estos son algunos de los protagonistas y las razones de su descontento con el Gobierno de Iv¨¢n DuqueIv¨¢n ValenciaCatalina Oquendo Bogot¨¢ - 27 may 2021 - 17:55CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceAndr¨¦s S¨¢nchez, 28 a?os. Marcha y trabaja. Camina y rebusca. Protesta mientras recoge latas, cartones que lleva en un costal. En uno de esos cartones pint¨® su raz¨®n para manifestar: ¡°por un pa¨ªs m¨¢s equitativo, sin discriminaci¨®n¡± escribi¨® con marcador en un pedazo que recogi¨® en la ma?ana. ¡°Estoy ac¨¢ para apoyar al pueblo y aprovecho la marcha para rebuscar¡±, dice mientras camina por la avenida s¨¦ptima de Bogot¨¢. S¨¢nchez termin¨® el bachillerato y estudiaba instalaci¨®n de redes en el Sena, un instituto t¨¦cnico estatal, pero se ¡°desorden¨®¡±, confiesa. Ahora recoge material reciclable que vende por 3.000 pesos el kilo (menos de un d¨®lar) con lo que ayuda en su casa, a su mam¨¢. ¡°Alg¨²n d¨ªa quiero estudiar zoolog¨ªa. Lo m¨ªo son los animales¡±, dice el joven que vive en Las Cruces, un barrio pobre del centro de Bogot¨¢, donde desde hace un mes termina su marcha y su jornada de trabajo.IV?N VALENCIA¡°Marcho para acompa?ar a los estudiantes, por un futuro con mejor salud y educaci¨®n para mis hijos¡±, dice Jessica Preciado, de 27 a?os, empleada de limpieza en un colegio. Lleva en sus brazos a Samuel, de ocho meses y acomoda una pa?oleta en la cara de Nicol¨¢s, su ni?o de nueve. A su lado, su madre, Ana Preciado y en el carrito del beb¨¦ una docena de huevos que les acaban de regalar. En algunos puntos de las marchas les dan comida a los manifestantes. Es la primera vez que ella sale en un mes de manifestaciones pero dice que quer¨ªa hacerlo antes. ¡°Marcho tambi¨¦n por mejores oportunidades para m¨ª¡±. Es dif¨ªcil: ¡°O no dan trabajo porque uno no tiene estudio, porque no tiene experiencia o porque est¨¢ muy joven. Entonces, ?qu¨¦ le toca hacer a uno? Salir a las calles a vender a hacer lo que sea¡±. ?Miedo por la violencia en las marchas? ¡°No. Las redes sociales est¨¢n muy censuradas, las noticias no cuentan las cosas como son¡±, dice Preciado.IV?N VALENCIA¡°Dicen que estas marchas son de los j¨®venes pero tambi¨¦n son de nosotros los cuchos (viejos), son de todos¡±, asegura Yolanda Rico, profesora de biolog¨ªa en un colegio p¨²blico. Cubierta con una bandera de Colombia, sombrero de colores y tapabocas, esta mujer de 52 a?os lleva un mes marchando. Comenz¨® el 28 de abril y dice que no ha parado. ¡°A los muchachos los est¨¢n masacrando, desapareciendo. Por eso estoy ac¨¢¡±, afirma y enumera el listado de razones que tiene escritas en un cart¨®n de leche, a manera de lecci¨®n en un tablero de clase. ¡°No pedimos asistencialismo ni limosna, no se trata de que le den a la gente 160.000 pesos (40 d¨®lares que entrega el Gobierno de Iv¨¢n Duque a los m¨¢s pobres), sino de rescatar el trabajo digno y que volvamos a tener prestaciones sociales decentes, que los muchachos no terminen el estudio y se queden en el aire, sin opciones¡±.IV?N VALENCIA¡°Marchamos porque buscamos la igualdad de derechos para todos. Llegamos a un punto de no retorno, estamos convencidos de que podemos cambiar el pa¨ªs¡±. La que habla es Ginis, una marioneta que se ha vuelto com¨²n en las marchas en Colombia desde 2019. Su voz se la presta Gina Le¨®n, artista y fot¨®grafa que sali¨® a marchar representando al colectivo AGarrapata. Lo hace junto a Richard Caro, titiritero y voz de Don Alirio, un campesino de Boyac¨¢ que protesta por los que no pueden salir o les queda imposible dejar de trabajar. ¡°Desde el arte queremos comunicar el aburrimiento del pueblo por todas las pol¨ªticas p¨²blicas y los malos manejos de este Gobierno¡±, dice el actor que marcha, como muchos en Colombia, en bicicleta.IV?N VALENCIAPara Omar Rodr¨ªguez el paro nacional encarna una paradoja: le da trabajo. El empleo que le ha sido esquivo como actor de teatro durante la pandemia del coronavirus se le presenta en las marchas. Representa a un obrero para una comparsa de la Central Unitaria de Trabajadores. ¡°Act¨²o como obrero citadino y a trav¨¦s de ¨¦l denuncio que los trabajadores tienen horarios muy estrictos y malos salarios; pero al mismo tiempo estoy como actor denunciando que los artistas no hemos tenido apoyo del Gobierno¡±, dice. De 30 a?os, Rodr¨ªguez lleva media vida en el mundo de la danza y las artes esc¨¦nicas en las calles. ¡°Muchos grupos locales de danza o teatro han deca¨ªdo o han fracasado por falta de gesti¨®n de los entes culturales. Estamos ac¨¢ para reivindicar el trabajo digno¡±, dice.IV?N VALENCIA¡°Creemos que la salud no es un negocio¡±, asegura con firmeza Marleny Mu?oz, enfermera de un hospital en el noroccidente de Bogot¨¢, mientras marcha junto al sindicato de trabajadores sanitarios al que pertenece. Esa es su principal motivaci¨®n para echarse a la calle en plena tercera ola de la pandemia en Colombia, un pa¨ªs que ha reportado m¨¢s de 400 muertos diarios por la covid-19 durante las ¨²ltimas semanas. El momento nunca va a ser ideal para manifestarse, razona Marleny, pero ¡°si todos no ponemos un granito de arena no estamos en nada¡±. A sus 40 a?os tiene dos hijas y ya es abuela, pues la mayor, una universitaria de 21, tambi¨¦n es mam¨¢. ¡°Es un buen ejemplo para ellas, la mayor no ha podido salir debido a que estudia y trabaja, pero yo la represento¡±, asegura. Mu?oz ha estado sostenidamente en la calle este mes porque no se f¨ªa de este Gobierno, ni cree que haya desistido realmente de las reformas tributaria y a la salud que las protestas le han llevado a retirar. Solo sale de d¨ªa y con las organizaciones sociales, explica. Censura los episodios de vandalismo que se suelen producir en las noches, aunque los atribuye a la agresividad de las fuerzas de seguridad. ¡°Si el Esmad o la polic¨ªa no atacan, los j¨®venes funcionan bien¡±, sostiene.IV?N VALENCIA¡°Estoy en esta manifestaci¨®n porque me nace, me gusta, soy feliz. Y tambi¨¦n para que los j¨®venes tengan un mejor futuro¡±, proclama Luz Nelly Vargas junto a la Plaza de Bol¨ªvar, el coraz¨®n de Bogot¨¢. A sus 75 a?os salta y entona a todo pulm¨®n el popular ¡°a parar para avanzar¡±, el c¨¢ntico que sale de los parlantes de los grupos de comparsas organizados por las centrales obreras. Usa tapabocas. Todav¨ªa no se ha vacunado, pero no le teme al contagio: ¡°hace un mes estoy marchando, no me da pereza, y gracias a dios, nada¡±. Trabaj¨® muchos a?os en una f¨¢brica de licores, pero ahora se dedica a labores dom¨¦sticas. Marcha casi a diario junto a su hijo Ren¨¦, de 52 a?os, ¡°d¨¢ndoles ¨¢nimos a los j¨®venes¡±. Vienen de Soacha, un municipio aleda?o a la capital que ha sido escenario de protestas, disturbios y la quema de un bus articulado esta semana. ¡°G¨²steles o no les guste, el paro no va a parar¡±, asegura.IV?N VALENCIADetr¨¢s de una m¨¢scara escarlata de lucha libre mexicana, Juan Manuel Cristancho, un profesor de teatro de 41 a?os, explica con elocuencia que la usa como una manera de construir un s¨ªmbolo. ¡°Significa la lucha. La Educaci¨®n es una lucha contra los diferentes tipos de pobreza: espiritual, econ¨®mica, social. Soy hijo de la Educaci¨®n, no de la herencia, y eso me ha permitido viajar a diferentes lugares del mundo, creo que acceder a eso es un derecho fundamental¡±. Trabaja en un colegio del sur de Bogot¨¢, pero no pertenece a los sindicatos de maestros. ¡°No marcho solo por una causa, me vinculo a las m¨²ltiples causas que en este momento se hacen visibles¡±, apunta. ¡°No es una lucha obrera solamente. Es una lucha de comunidades LGBT, campesinas, de los camioneros, de j¨®venes, de feministas. Al no ser una marcha de un solo gremio esto requiere de una Torre de Babel en la cual se escuchen a todas esas lenguas que est¨¢n hablando. La soluci¨®n es escucharse¡±.IV?N VALENCIA