La monta?a hace la casa
En la comarca de La Garrotxa, en la cima de un valle frondoso, Josep Llu¨ªs Mateo reforma el antiguo 'mas' de la familia Vil¨¤, los antepasados de su mujer, descubriendo el monte que hab¨ªa dentro
Mas ¡ªel nombre que en Catalu?a, Valencia y en parte de Arag¨®n reciben las explotaciones agrarias, su vivienda y las casas de aperos colindantes¡ª deriva del latin mansus que significa permanecer. Justo eso, permanecer durante tres siglos en el paisaje es lo que hizo esta vivienda m¨¢s reformada que rescatada por el estudio del arquitecto Josep Llu¨ªs Mateo.
La casa no est¨¢ en la monta?a, parte de ella. No arranca de ella, ni siquiera est¨¢ cimentada entre las piedras y el barro, est¨¢ enganchada al monte, lateral y literalmente: la fachada trasera es el propio monte. As¨ª, el espinazo interior que vertebra la antigua vivienda de la familia Vil¨¤ es la cara del monte: un muro de piedra y tierra. Esa convivencia entre los m¨¢s primitivo y los m¨¢s abstracto ¡ªla nueva intervenci¨®n¡ª sirvi¨® para actualizar un mas del siglo XVII que hab¨ªa quedado destrozado cuando, tras perder la cubierta, la lluvia termin¨® por desintegrar la estructura original de madera.
Lo m¨¢s llamativo de la vivienda hoy no son sus vistas ¡ªque alcanzan hasta Francia y el monte Canig¨® ¡ª ni siquiera el volumen ¡ªexacto al original y revocado con cal a la romana ¡°para que adquiera el tono tostado con el paso del tiempo¡± ¡ª. Lo llamativo de este rescate dom¨¦stico es que una decisi¨®n que arraiga la vivienda sea tanto una muestra del conocimiento del pasado como un indicador de una v¨ªa futura: utilizar el terreno a favor de la arquitectura. Construir a partir de lo que indica el lugar.
Mateo explica por tel¨¦fono que esta es ¡°la casa de un arquitecto consorte, que quede claro, yo la reform¨¦ pero es la vivienda de mi mujer¡±. Ella la hered¨®, en la Vall de Bianya, la ruina de lo que hab¨ªa sido una antigua finca forestal que viv¨ªa de vender le?a ¡°hasta que apareci¨® el butano¡±.
Lo fascinante para el arquitecto era preservar no s¨®lo la carcasa, el volumen de la vivienda, sino ¡ªy sobre todo ¡ª la relaci¨®n con la tierra. Por eso respet¨® lo que, antes de las lluvias, hab¨ªa ocurrido all¨ª dentro: dej¨® aparecer el propio suelo, ¡°un muro irregular y fascinante de piedras hist¨®ricas¡±, una espina dorsal que, en realidad, es la propia monta?a.
Ese mundo ¨¢spero de la monta?a que se mete dentro contrasta con la intervenci¨®n ligera y abstracta que firmaron los arquitectos.
-?Se han arrepentido en alg¨²n momento de haber dejado tanta monta?a viva? Bueno, fue una decisi¨®n radical: dejar entrar la monta?a y s¨ª ha tenido un coste t¨¦cnico para que no entrara agua. Pero una vez consolida, le da una vida completamente distinta a la casa.
-?Tanto que la parte nueva parece abstracta? Hombre, hoy no es un museo impoluto. La vida y el paso del tiempo ha ido domesticando esa parte interior nueva. No est¨¢s en una casa reformada. Est¨¢s casi en una cueva, tocas la naturaleza. Eso habla en la casa.
-?Y qu¨¦ dice? Cuenta la relaci¨®n historia con la historia y con el lugar. Habla desde la materia y es tambi¨¦n conceptual: resume la energ¨ªa humana que es necesaria para levantar un muro.
Por fuera solo hay tradici¨®n: la cubierta es de teja y los materiales son materiales tradicionales. Por dentro es mucho m¨¢s moderna. Tiene todo tipo de comodidades: calefacci¨®n o placas solares. No es una casa dura a pesar de parecerlo. Al final es un lugar ins¨®lito. A veces te sientes como en una cueva y otras como en un mirador.
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