El hambre acecha Afganist��n

Sin f��cil acceso al agua, alimentos y servicios b��sicos de salud y nutrici��n, los ni?os afganos y sus familias est��n soportando la peor parte de a?os de conflicto y la actual crisis, con la vuelta al poder de los talibanes. En Afganist��n, 14 millones de personas se enfrentan a una inseguridad alimentaria aguda. En la imagen, Zakia, de un mes y medio, que sufre de desnutrici��n aguda severa con complicaciones, est�� siendo alimentada por su madre con leche terap��utica a trav��s de una sonda naso g��strica porque est�� demasiado enferma para amamantar.

Seg��n un ��ltimo estudio de Unicef y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) se estima que 3,2 millones de menores de cinco a?os sufrir��n desnutrici��n aguda en 2021. Al menos, un mill��n de estos ni?os corren el riesgo de morir sin tratamiento inmediato. Las gemelas Aisha y Youssef, de cuatro meses, reciben atenci��n m��dica y alimentos terap��uticos en el Hospital Regional de Herat, que cuenta con el apoyo de Unicef, para beb��s que padecen desnutrici��n aguda grave (SAM) con complicaciones.UNICEF/Bidel

"Los ni?os est��n cada vez m��s enfermos y sus familias son cada vez menos capaces de recibir el tratamiento que necesitan. Los brotes de sarampi��n y la diarrea acuosa aguda que se propagan r��pidamente solo agravar��n la situaci��n��, asegura Herv�� Ludovic De Lys, representante de Unicef en Afganist��n. En la foto, un ni?o con desnutrici��n aguda severa en una cl��nica del Equipo M��vil de Salud apoyado por Unicef y el PMA en el asentamiento de desplazados internos de Sabz-e-Shark, en Herat.UNICEF/Bidel

El 95% de los hogares en Afganist��n no consumen suficientes alimentos, los adultos comen menos y se saltan las comidas para que sus hijos puedan comer m��s, seg��n varias encuestas realizadas por el PMA. En el Centro de Alimentaci��n Terap��utica para Pacientes Internos apoyado por Unicef en el Hospital Regional de Herat, Javid, de 15 meses, que sufre desnutrici��n aguda severa con complicaciones, recibe alimentos terap��uticos y atenci��n m��dica.

��Tenemos una gran preocupaci��n por las decisiones desesperadas que los padres se ven obligadas a tomar��, lamenta Mary-Ellen McGroarty, representante y directora del PMA en Afganist��n. ��A menos que intervengamos ahora, la desnutrici��n solo se agravar��. La comunidad internacional debe liberar los fondos que prometi�� hace semanas, o el impacto podr��a ser irreversible��. Junto al representante de Unicef en Afganist��n, Herv�� Ludovic De Lys, visitaron un centro de distribuci��n de alimentos en la ciudad de Herat, donde se reunieron con familias que luchan por sobrevivir en medio de la sequ��a y la falta de trabajo.UNICEF/Bidel

Con el invierno acerc��ndose r��pidamente, ahora es una carrera contra el tiempo para ayudar a las familias afganas que tambi��n carecen de acceso a agua potable y servicios de salud y nutrici��n. En la imagen, dos mujeres se registran en un lugar de distribuci��n de alimentos del PMA en la ciudad de Herat. De esta manera podr��n recibir raciones de alimentos. M��s de 1.000 hogares reciben asistencia alimentaria en este centro.UNICEF/Bidel

Las dos agencias de la ONU han mandado a Afganist��n otros 100 equipos m��viles de salud y nutrici��n m��s. Ya hay 168 equipos m��viles que brindan un salvavidas para ni?os y madres en ��reas de dif��cil acceso. En la imagen, dos hombres acarrean un saco de comida para sus familias en un puesto de distribuci��n de alimentos de Herat.UNICEF/Bidel

En la imagen, Herv�� Ludovic De Lys, de Unicef y Mary-Ellen McGroarty, del PMA, visitan un Espacio Amigo de la Infancia, en un asentamiento de desplazados internos en las afueras de Herat. Alrededor de 120 ni?os y ni?as asisten a actividades recreativas, clases de aritm��tica y alfabetizaci��n y reciben informaci��n sobre pr��cticas de higiene. Este es uno de los tres espacios adaptados a los ni?os en el campamento que ofrece un respiro a los m��s peque?os.UNICEF/Bidel

Alrededor de 14.000 familias se han asentado en el campamento de refugiados de Sabz-e-Shark desde 2018, despu��s de haber sido desplazados debido a la sequ��a y el conflicto.UNICEF/Bidel