Los huracanes en Centroam��rica: llueve sobre mojado

Reparadas o no, la mayor��a de casas de las zonas m��s azotadas por los huracanes Eta y Iota tienen una l��nea horizontal sellada que recuerda hasta d��nde lleg�� el agua y el lodo. De eso hace ya un a?o, pero la mayor��a de estas marcas sigue intacta por encima de las ventanas. Los escenarios cambian de un pa��s afectado a otro, pero la sensaci��n de las v��ctimas por los ciclones es id��ntica: ��Nos olvidaron��.Santiago Mesa

Noviembre fue el mes maldito para Ana Isolina Esquivel, de 66 a?os. Llovi�� sin cesar en la comunidad guatemalteca del Sebol, en Izabal. La vivienda de los Esquivel, ahora bicolor, es de las m��s altas y fue el refugio de muchos que llegaron con miedo a que ��les pillara el agua��. Pero aqu�� tambi��n lleg��. En la imagen, una de las paredes de la casa de su hija, Heidi Ram��rez (30), madre soltera de tres.Santiago Mesa

Ya no vive aqu��. La ��nica habitaci��n de su vivienda a��n huele a h��medo y dentro descansa lo poco que no se llev�� arrastrado el agua y el lodo. Los colchones quedaron a pocos metros de su hogar. "Los quem��, para qu�� quer��a ver eso". Su marido, encargado de traer la ��nica fuente de ingresos a la familia numerosa la abandon�� un par de meses despu��s de la cat��strofe. "Creo que vive en M��xico, pero por ac�� no ha vuelto", cuenta desde la entrada. Ahora reside en la que era la vivenda del cura de la aldea, que "anda predicando en otras ciudades".Santiago Mesa

A principios de noviembre, la regi��n centroamericana fue azotada por el hurac��n Eta, de categor��a 4, sobre 5. Tres semanas despu��s, fue Iota, de categor��a 5, un fen��meno catalogado como ��catastr��fico�� y ��extremadamente peligroso�� por el Centro Nacional de Huracanes (NHC), el que acab�� con lo poco que dej�� en pie el primero. Ambos le cambiaron la vida a m��s de 9,3 millones de personas en siete pa��ses, seg��n Unicef. Desde entonces, la migraci��n y las ayudas humanitarias se convirtieron en la ��nica salida para miles de centroamericanos que vieron sus casas perderse entre el lodo y la lluvia. Las reubicaciones y las alternativas de la Administraci��n p��blica quedaron reducidas a promesas que cada vez suenan m��s lejanas.Santiago Mesa

David de Le��n, portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducci��n de Desastres de Guatemala, asegura que su departamento ��sigue a��n en conversaciones con las comunidades��: ��Nunca dejaron de ser prioritarios, pero reubicar a familias que tienen tantos a?os de arraigo y las fincas con sus tierras de las que comen a otro lugar diferente es un proceso muy complejo��. En Guatemala, a d��a de hoy hay 61 fallecidos, 61 desaparecidos y 455 escuelas afectadas. El registro de personas con alternativa habitacional no fue cedido a este medio.Santiago Mesa

La Organizaci��n Internacional de Migraciones (OIM) estima que m��s de un mill��n de personas tuvieron que desplazarse por el impacto de esas dos tormentas. Sibylla Brodzinsky, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) en Centroam��rica y M��xico asegura que los huracanes ��se convirtieron en otro factor, que se sum�� a la violencia cr��nica y las dificultades socioecon��micas de la regi��n��: ��Todo esto est�� detr��s de la migraci��n forzada��.Santiago Mesa

Las solicitudes de asilo en M��xico son, seg��n la entidad, un claro indicador. Aunque los hondure?os han ocupado el primer puesto los ��ltimos tres a?os, la cifra de solicitudes se duplic�� de 2020 (15.398) a 2021 (31.894). Hait��, Cuba y El Salvador son los siguientes en la lista. En la imagen, una camioneta ya devorada por la naturaleza descansa a varios metros de la casa del due?o, en la comunidad guatemalteca de Sebol, Izabal.Santiago Mesa

La milpa o ma��z es el alimento b��sico en el men�� diario de los guatemaltecos. En las zonas rurales del pa��s centroamericano es la primera fuente de alimento e ingresos. El paso de ambos ciclones destruy�� la mayor��a de los cultivos de los humildes agricultores de la zona. Anselmo Ram��rez (70 a?os) se reconoce derrotado: "Yo ya no tengo fuerza en el cuerpo para trabajar m��s. Pero me da verg��enza no tener qu�� darles de comer��. La resiliencia de este pueblo no es opcional.Santiago Mesa

La desolaci��n lo invade todo. Pueblo a pueblo, el departamento de Izabal es un conjunto de casas destartaladas, cultivos muertos y miradas tristes. Los ni?os son los ��nicos que le devuelven algo de alegr��a a la zona. A Catalina Ram��rez, madre de tres, se le hace todo cuesta arriba. "No s�� qu�� ser�� del futuro de mis ni?os", cuenta. Dos de ellos, Jefferson y Elmer, emigraron a Estados Unidos.Santiago Mesa

Sentada en la habitaci��n de uno de ellos recuerda c��mo el lodo arrastr�� con casi todo. Lo ��nico que sigue intacta es su fe: "Si Dios me dio huracanes, ��l se va a encargar de devolverme el alimento". Esta familia de agricultores sufri�� las incesantes lluvias, tres d��as antes de cosechar la milpa (ma��z).Santiago Mesa

Para Carlos Rosales, oficial humanitario de Oxfam Honduras, los recursos para impedir el ��xodo forzado no llegan: ��Aunque el Gobierno haya elaborado un Plan de Respuesta y Recuperaci��n, todav��a falta orientaci��n en la selecci��n de las familias y no hay inversiones suficientes en recuperaci��n o apoyo a medios de vida ni psicosocial. Con este caldo de cultivo, desplazarse internamente o migrar es una opci��n natural��.Santiago Mesa

En el pa��s del quetzal el hambre es la primera respuesta. Guatemala ya era el sexto pa��s del mundo con mayores tasas de desnutrici��n infantil. Y el primero en Latinoam��rica. Los huracanes no ayudaron. Para los que migrar no es una opci��n, toca sembrar milpa de nuevo. Y confiar en que no siga lloviendo sobre mojado.Santiago Mesa