M¨®nica tiene 12 a?os y trabaja vendiendo helados en un descampado junto al aeropuerto de El Alto, en Bolivia. Su jornada laboral ronda las seis horas. Mariana ElianoHu¨¦rfana de padre, su hermana mayor, de 19 a?os, se ocupa de ella, de otra hermana de 14 y de dos sobrinos peque?os cuyos padres murieron. Un hogar sin adultos. Mariana ElianoLa ni?a elabora los helados con una m¨¢quina de hierro, hielo y sabores. El envase mantiene fr¨ªo el producto sin electricidad durante todo el d¨ªa. Mariana ElianoM¨®nica tiene un rato para el almuerzo, que le compra la due?a del negocio, do?a Karen. Ella se ocupado de ayudar a la familia en los momentos de m¨¢s necesidad, cuando las hermanas estaban desamparadas. Mariana ElianoCasi todo su trabajo consiste en conseguir clientes. M¨®nica agita un trapo al pie de la carretera hasta que alguien se para y ella lo conduce hasta su puesto de venta. Mariana ElianoEl suyo es un trabajo parecido a los de los empleados de un auto-servicio de comida r¨¢pida. Los clientes se comen el helado a bordo de su veh¨ªculo. Mariana ElianoLos clientes pasan un buen rato en el establecimiento, hasta que les rellenan de nuevo una parte del helado gratis. Unos veintea?eros llegan en moto a comprar sus granizados. Mariana ElianoM¨®nica es la ¨²nica de las empleadas que buscan clientes sin m¨®vil. Cuando no pasan coches su ¨²nico divertimento es ver aterrizar los aviones en el aeropuerto. El no tener m¨®vil le complic¨® hacer los deberes durante la pandemia. Mariana ElianoJunto al de M¨®nica hay otra docena de establecimientos al aire libre que venden helados y empanadillas a los conductores que circulan por la avenida principal. Mariana ElianoM¨®nica vive en una casa en condiciones muy precarias, sin ducha y con un ba?o casi inservible. En breve toda la familia se mudar¨¢ a un hogar nuevo donde disfrutar¨¢n de m¨¢s comodidades. Mariana ElianoLa madre de M¨®nica, Magaly, desaparece por ¨¦pocas por su dependencia de alcohol, pero ¨²ltimamente vive con sus hijas y apoya en lo que puede en las tareas de la casa. Mariana ElianoM¨®nica sol¨ªa tener buenas notas, pero el cierre de los colegios con la pandemia la retras¨® mucho en el colegio. Sin m¨®vil, sin estabilidad en casa, no ha vuelto a reengancharse al colegio. Mariana ElianoM¨®nica juega con sus sobrinos en casa, aunque tienen muy pocos juguetes y tiempo para divertirse. Los ni?os trabajadores se pierden una parte importante de la infancia. Mariana ElianoSus dos perros, Manchas y Doggy, la acompa?an al colegio, como dos guardas protectores. En el camino se pelean con todos los perros que se encuentran en el camino. Mientras ella da clase, Manchas y Doggy esperan en la puerta, hasta que sale. Mariana ElianoLa directora de su colegio, la maestra Condori, est¨¢ preocupada por su desempe?o acad¨¦mico desde la pandemia. Sin padre, sin entorno estable, est¨¢ teniendo muchas dificultades para pasar de curso. Mariana ElianoM¨®nica nunca ha ido al cine ni se ha ba?ado en una piscina. Apenas es una ni?a que ya trabaja, por lo que muchas actividades que se consideran propias de su edad no existen para ella. Mariana Eliano