16 fotosREFUGIADOSF¨²tbol para favorecer la integraci¨®nEl Ministerio de Migraciones organiza encuentros amistosos entre solicitantes de asilo para fomentar los v¨ªnculos entre ellos y con la poblaci¨®n localOlmo Calvo16 nov 2021 - 10:04CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceArranca el autob¨²s y suena la m¨²sica. Un hombre se acerca desde las ¨²ltimas filas, donde estaba sentado con su grupo de amigos. Tiene 25 a?os, naci¨® en Mal¨ª y en el Centro p¨²blico de Acogida de Refugiados (CAR) de Puente de Vallecas (Madrid) le llaman Baba peque?o para diferenciarle del otro Baba, que tambi¨¦n reside all¨ª y es bastante m¨¢s alto. En el autocar viajan refugiados de varias nacionalidades, que se dirigen a Albacete para disputar un partido de f¨²tbol contra un equipo similar procedente del centro de acogida de Mislata (Valencia), en una iniciativa piloto impulsada por el Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones. En la foto, varios refugiados desayunan en el CAR de Vallecas antes de coger el autob¨²s a Albacete para jugar los partidos de futbol.Olmo CalvoEn total son 36 jugadores de 10 nacionalidades distintas. ¡°Aqu¨ª estoy tranquilo de cuerpo, pero de cabeza¡ M¨¢s o menos, porque nuestras familias siguen en nuestro pa¨ªs y all¨ª hay guerra¡±, dice Baba peque?o. ?l y sus amigos desembarcaron en Espa?a repartidos entre algunos de los cayucos que arribaron al muelle de Arguinegu¨ªn (Gran Canaria) a principios de este a?o. En la foto, Jorge Villegas, trabajador del CAR de Vallecas, reparte la comida de los refugiados para su viaje a Albacete a jugar al f¨²tbol.Olmo CalvoLa liguilla de f¨²tbol organizada por el ministerio, y desarrollada por la Fundaci¨®n Red Deporte, pretende facilitar su inclusi¨®n dentro y fuera del centro de acogida. En el mes de mayo comenzaron a prepararse los equipos (solo con jugadores varones, de entre 13 y 31 a?os), y este s¨¢bado se celebr¨® el primer encuentro. En la foto, el equipo de refugiados del CAR de Vallecas, Madrid, en el autob¨²s en que fueron hasta Albacete para jugar los partidos.Olmo CalvoTanto Baba como sus amigos desembarcaron en Espa?a repartidos entre los numerosos cayucos que arribaron al muelle de Arguinegu¨ªn (Gran Canaria) a principios de este a?o. Es uno de los 36 refugiados de 10 nacionalidades que, junto a los del centro de Mislata (Valencia), han jugado el pasado s¨¢bado en Albacete dos partidos amistosos de f¨²tbol. En la foto, el equipo de refugiados del CAR de Vallecas, Madrid, en el autob¨²s en que fueron hasta Albacete para jugar los partidos.Olmo CalvoCarlos Beltr¨¢n es director de Red Deporte, una fundaci¨®n que trabaja en pa¨ªses africanos desde 1999 y que utiliza actividades deportivas para mejorar la interacci¨®n entre personas vulnerables. En este caso, asegura que la acogida fue enorme: ¡°Nos quedamos asombrados. La primera semana que nos pusimos a buscar grupo completamos el equipo en los dos centros¡±. El secretario de Estado de Migraciones, Jes¨²s Perea, presente en el evento del s¨¢bado, afirma que pretenden dar continuidad a este tipo de iniciativas: ¡°Fomentan la interculturalidad y la diversidad; es tambi¨¦n un aprendizaje de ciudadan¨ªa. El deporte rompe barreras y es uno de los grandes vectores para la integraci¨®n¡±, subraya. Apenas el 5% de las 10.000 plazas que existen en la actualidad para acoger a refugiados est¨¢ en centros p¨²blicos (el resto son centros o pisos privados, gestionados por entidades sociales con subvenci¨®n del ministerio), pero Perea asegura que van a crear varios dispositivos m¨¢s en los pr¨®ximos tres a?os, para pasar de esas 400 plazas p¨²blicas a 5.000. Y todos tendr¨¢n instalaciones deportivas. En la foto, el equipo de refugiados del CAR de Vallecas, Madrid, en el autob¨²s hacia Albacete para jugar los partidos.Olmo CalvoCon la misma agilidad con la que mueve el bal¨®n, Baba bromea con ser el l¨ªder del equipo. No se refiere al f¨²tbol, sino a sus compa?eros del centro. Habla cinco idiomas y hace de traductor para quien lo necesite: ¡°Estoy muy feliz de poder estar aqu¨ª¡±, admite sonriente, como dando las gracias. Durante los entrenamientos, miembros de equipos locales como el Independiente de Vallecas se unieron a los migrantes para jugar en el centro de acogida. ¡°Entendimos que el f¨²tbol pod¨ªa generar espacios de confianza y cooperaci¨®n entre poblaci¨®n local y refugiada¡±, afirma Beltr¨¢n. Baba recuerda con cari?o esos meses: ¡°Me hice amigo de uno de ellos y me dio su tel¨¦fono. Hablo mucho con ¨¦l para mejorar mi espa?ol¡±. En la foto, el equipo de refugiados del CAR de Vallecas, Madrid, llega a Albacete a jugar los partidos.Olmo CalvoEntre canciones de ritmo africano se cuela la canci¨®n 'Loc'o, de Justin Quiles. El f¨²tbol no es el ¨²nico lenguaje universal. ¡°Nos gusta mucho la m¨²sica latinoamericana¡±, dice Baba en referencia al reguet¨®n. En el vestuario, ya a punto de salir al campo en Albacete, todos corren para coger camisetas y pantalones como si se fueran a acabar. Las equipaciones son donaciones de equipos de f¨²tbol de primera divisi¨®n como el Espanyol, el Valencia, el Deportivo de la Coru?a y la Federaci¨®n madrile?a de F¨²tbol, que se ha encargado de proporcionarles las zapatillas. Muchos no aguantan la risa porque a sus compa?eros les ha tocado ropa, al menos, dos tallas m¨¢s grandes y parecen jugadores de la NBA. En la foto, el equipo de refugiados del CAR de Vallecas, Madrid, llega a los campos de f¨²tbol de Albacete donde se jugaron los partidos.Olmo CalvoGiorgi, un joven georgiano de 26 a?os, es el delantero estrella. El liderazgo que demuestra en el campo destaca igualmente fuera. ?l y Nika ¡ªde 30 a?os y tambi¨¦n de Georgia¡ª viven con sus respectivas familias en el centro de Vallecas y se vuelcan en el cuidado de sus hijos y en labores que, en su cultura, son habitualmente asumidas por las mujeres. ¡°Llama la atenci¨®n porque est¨¢n muy pendientes de ellas¡±, afirma Jorge Villegas, el animador sociocultural que trabaja para Asociaci¨®n Cultural La Kalle. En la foto, el equipo de refugiados del CAR de Vallecas, Madrid, se cambian en el vestuario antes de los partidos.Olmo CalvoLa intensidad durante los partidos es alta y se lo toman en serio. En Albacete se disputan las semifinales: dos equipos de Vallecas contra dos de Mislata. La final se celebrar¨¢ en Madrid, aunque a¨²n no hay fecha. En un campo van ganando los valencianos, en el otro los madrile?os arrollan 5-0. En la foto, el equipo de refugiados del CAR de Vallecas, Madrid, se cambian en el vestuario antes de los partidos.Olmo CalvoMohamed T., que ha perdido, se queja del reparto de jugadores del centro de acogida de Madrid: ¡°Todos los buenos estaban en el mismo equipo¡±, murmura, malhumorado. Mientras, su hermano Baye T. no para de re¨ªrse. ?l iba con los buenos y ha marcado un gol. Tienen 27 y 31 a?os respectivamente. Los dos partieron juntos del norte de Senegal hace casi un a?o. Su patera tard¨® cinco d¨ªas en llegar a Gran Canaria. Pero all¨ª les separaron: Mohamed tuvo que buscarse la vida durante semanas en las calles Las Palmas y Baye fue trasladado a Granada. Al cabo de un mes Mohamed fue desplazado a Vallecas. Y varias semanas despu¨¦s lleg¨® Baye. ¡°Nuestros hermanos y nuestros padres siguen en Senegal¡±. En la foto, todos los refugiados que fueron desde Madrid y Valencia y Jes¨²s Perea, secretario de Estado de Migraciones, entre otras personalidades, posan en el campo de f¨²tbol.Olmo CalvoJorge Villegas, hincha del Rayo Vallecano y la persona que m¨¢s tiempo pasa con los miembros del equipo madrile?o, cree que estas actividades les ayudan a salir de su cabeza: ¡°Muchos han pasado por experiencias de las que no quieren ni hablar¡±, se?ala. Visi Mart¨ªnez Blasco, mediadora social del centro de Mislata, coincide: ¡°Han aprendido a gestionar ciertos momentos de tensi¨®n que han vivido. Es una actividad bastante positiva¡±. Villegas afirma que ¡°el objetivo del centro es que, cuando vayan a comprar el pan, todo est¨¦ bien¡±. En la foto, calentamiento de uno de los equipos de refugiados antes del partido.Olmo CalvoEmad (31 a?os) y Abdulkarim (24 a?os) se apartan del resto despu¨¦s de los encuentros para cumplir con los rezos del d¨ªa. Ambos son yemen¨ªes y no se conoc¨ªan antes de coincidir en el centro de acogida. Abdulkarim fue ch¨®fer desde los 13 a?os y sue?a con serlo en Espa?a. En la foto, uno de los partidos entre refugiados que se jugaron en Albacete.Olmo CalvoEn el centro reciben clases de castellano e inform¨¢tica y les apuntan a cursos para que puedan obtener un trabajo cuando salgan. ¡°No tenemos papeles para trabajar¡±, se?alan varios como principal obst¨¢culo a superar. Baba quiere ser mec¨¢nico, como era en Mal¨ª, y gracias al Centro est¨¢ en un taller para poder volver a serlo cuando salga. En la foto, uno de los partidos entre refugiados que se jugaron en Albacete.Olmo CalvoAntes de regresar en el autob¨²s a Madrid se detiene a hablar con los refugiados de Mislata. A muchos los conoce porque coincidi¨® con ellos en Canarias. De otros no sabe ni su nacionalidad, pero les saluda con la misma confianza. ¡°Son mis hermanos¡±. En la foto, varios refugiados descansan y comen algo despu¨¦s de jugar al f¨²tbol.Olmo CalvoEn la foto, varios refugiados comen en el parque La Fiesta del ?rbol despu¨¦s de jugar al futbol.Olmo CalvoEn la foto, varios refugiados en el autob¨²s para regresar a Madrid.Olmo Calvo