16 fotosExtremo norte: epicentro del hambre en Camer¨²nLos informes de las organizaciones internacionales m¨¢s prominentes avisan de que la inseguridad alimentaria aumenta m¨¢s que nunca. Ponemos rostro a los datos de la desnutrici¨®nLola HierroCamer¨²n - 30 nov 2021 - 07:54CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlacePor primera vez en una d¨¦cada, el hambre aument¨® este 2020, seg¨²n el informe m¨¢s importante que la ONU publicada cada a?o. A finales de 2020, entre 720 y 811 millones de personas no sab¨ªan si al d¨ªa siguiente tendr¨ªan algo que llevarse a la boca. En un centro de salud especializado en atender a hambrientos de Camer¨²n, los n¨²meros de los informes se constatan echando un vistazo.Lola HierroSala de espera de la consulta de alimentaci¨®n terap¨¦utica para ni?os con desnutrici¨®n en Kourgui, un centro de salud apoyado por M¨¦dicos Sin Fronteras en la regi¨®n del Extremo Norte de Camer¨²n. En el centro, Odette y su hijo Adama esperan a ser atendidos por el doctor. El ni?o come el contenido de una bolsita de Plumpy Nut, un complemento nutricional de pasta de cacahuete que aporta 500 kilocalor¨ªas.Lola HierroEl 5,9% de los 559.000 menores de cinco a?os sufre desnutrici¨®n aguda severa en el Extremo Norte. Unicef y el Ministerio de Sanidad atendieron en el mes de julio de 2021 a 4.676 pacientes de seis a 59 meses con este diagn¨®stico en 366 centros de salud facilit¨¢ndoles medicamentos y suplementos nutricionales. Unicef estima que 2,3 millones de ni?os de la regi¨®n necesitan asistencia humanitaria urgente y mientras, no se ha cubierto ni el 4% de los fondos necesarios: hay 446.000 d¨®lares de los 12 millones que hacen falta.Lola HierroSala de espera de Kourgui, donde se efect¨²a el primer triaje de los pacientes. MSF atendi¨® a 38.457 criaturas en 2020. La enfermera Carol Stella Djomako se enfrenta a diario con esta realidad en Kourgui y tambi¨¦n tiene n¨²meros que dar: ¡°En este ¨²ltimo mes [septiembre de 2021] hemos atendido a 3.600, la inmensa mayor¨ªa por debajo de cinco a?os¡±.Lola HierroCarol Stella Djomako y un compa?ero miden a un ni?o. Cuando les toca su turno, los pacientes son pesados y medidos, se les toma la temperatura, se calcula el per¨ªmetro braquial y se observan otros signos. En funci¨®n de los s¨ªntomas, ir¨¢n hacia un m¨¦dico u otro.Lola HierroUna mujer mide el per¨ªmetro braquial de un ni?o. En Kourgui dan a las madres una de estas cintas para que la tengan en su casa y les ense?an a usarla. Saben que tienen que colocarla en el punto medio entre el codo y el hombro, y que si el di¨¢metro es inferior a 11, hay un problema de desnutrici¨®n.Lola HierroLos ni?os m¨¢s graves que no pueden ser tratados en el centro de salud de Kourgui son derivados al hospital distrital de Mora, a media hora en coche. All¨ª quedan ingresados los m¨¢s graves. En la consulta, el pediatra Francois Xavier Yekeme atiende a Hadida y a su hijo, extremadamente delgado. ?l es quien decide qu¨¦ pacientes ingresan. ¡°Generalmente, encuentro paludismo asociado a malnutrici¨®n y a diarreas sobrevenidas por beber agua sucia y no mantener una buena higiene, por lo que muchos casos son dif¨ªciles de tratar, ya que no toleran bien los antimal¨¢ricos¡±, expone.Lola HierroUna madre sostiene a su hijo, a quien est¨¢ alimentando con un sobre de Plumpy Nut. En Camer¨²n, m¨¢s de la mitad de sus ciudadanos (un 55,8%) est¨¢ en una situaci¨®n de ¡°inseguridad alimentaria moderada o grave¡±, es decir, que alguna vez han llegado al punto de pasarse un d¨ªa entero sin comer. Se mire a donde se mire, la foto es igual de catastr¨®fica: los ni?os no tienen con qu¨¦ alimentarse, o repiten siempre lo mismo ¨Cma¨ªz o un cereal por el estilo¨C porque las circunstancias no dan para m¨¢s.Lola HierroA la sala de alimentaci¨®n terap¨¦utica acuden madres con ni?os cuya desnutrici¨®n no es tan grave como para estar ingresados, pero que requieren vigilancia para comer. Es importante saber si son capaces de ingerir alimento, porque esta es una se?al para saber la gravedad de su estado. En la imagen, una madre demuestra c¨®mo se mide el per¨ªmetro braquial.Lola HierroAdama es hijo de Odette Yagana y se ha embadurnado la cara con la pasta de cacahuete, que aparentemente tolera bien. ¡°Vine primero porque el ni?o ten¨ªa fiebre; sospech¨¦ que era la malaria y al atenderlo me dijeron que tambi¨¦n estaba desnutrido¡±, cuenta la progenitora, de 23 a?os.Lola HierroPabell¨®n de pediatr¨ªa donde se recuperan ni?os con estados m¨¢s graves de desnutrici¨®n en el hospital de Mora. Varios de los ingresados en Mora en octubre de 2021 sufren desnutrici¨®n severa en dos variantes, marasmo y kwashiorkor. La primera se caracteriza por la p¨¦rdida extrema de peso, de m¨²sculo y de grasa; la segunda, por abombamiento abdominal y edemas por la retenci¨®n de l¨ªquidos, la coloraci¨®n rojiza del cabello y despigmentaci¨®n de la piel.Lola HierroLa educaci¨®n de los padres y madres es crucial, sobre todo cuando hay poco para elegir, pero resolver las lagunas informativas no supone, ni de lejos, acabar con el problema. Odette Maiwai es directora del centro de salud de Kourgui y en sus diez a?os largos de experiencia ha visto que la ayuda internacional s¨ª que llega, no obstante no es raro que un grupo armado localice el cargamento y lo rapi?e porque en esta regi¨®n est¨¢ muy violentada por los ataques terroristas de organizaciones como Boko Haram o el Estado Isl¨¢mico de ?frica Occidental.Lola HierroConsulta pedi¨¢trica de Kourgui, donde Odette Yagana, con Adama en brazos, charla con el m¨¦dico en presencia de otro sanitario. La directora del centro, Odette Maiwai, tambi¨¦n considera que el reparto est¨¢ mal organizado. ¡°En los hogares, el padre es quien suele organizar las raciones, y si no sabe c¨®mo alimentar a los ni?os, vende esos comestibles para comprar otras cosas. Por eso es importante que reciban informaci¨®n sobre la dieta adecuada para sus hijos¡±. Ellos, dice, se interesan cada vez m¨¢s.Lola HierroLa desnutrici¨®n a veces se complica con otras patolog¨ªas; las m¨¢s frecuentes son las infecciones respiratorias y cut¨¢neas, las diarreas y la malaria, que es la m¨¢s frecuente. Desde mediados de verano hasta principios de noviembre se da la ¨¦poca alta de esta enfermedad parasitaria que ataca sobre todo a menores de cinco a?os y causa m¨¢s de 200.000 muertos al a?o, el 94% en ?frica subsahariana. Por eso, la prueba r¨¢pida de diagn¨®stico para todo el que llega con fiebre es obligatoria.Lola HierroAdama se ha embadurnado con la pasta de cacahuete por la cara y las manos. Adama se recuperar¨¢ si sigue los consejos del m¨¦dico: en casa tendr¨¢ que alimentarse con una dieta m¨¢s variada, algo que no va a resultar sencillo para su madre. ¡°Ahora solo se alimentan de ma¨ªz. S¨¦ que les tengo que dar otras comidas, pero no es posible porque no tengo, no puedo comprarlas. El problema es que no tengo¡±, lamenta. Ella y su marido trabajan como agricultores de este cereal que ¨²nicamente les permite un consumo de supervivencia. ¡°Mis vecinas no tienen nada tampoco. Todas las familias nos dedicamos a la agricultura y el campo da poco. Es la situaci¨®n de la pobreza aqu¨ª¡±.Lola HierroExteriores del centro de salud de Kourgui, donde varias madres charlan. Todas las salas de espera est¨¢n al aire libre. Docenas de madres y alg¨²n que otro padre se refugian a la sombra ¡ªla temperatura ronda los 40 grados¡ª y aguardan a ser atendidos por alguno de los sanitarios de bata blanca que deambulan por all¨ª.Lola Hierro