17 fotosDesarrollo en ?fricaUn barrio entero reducido a escombrosEn el suburbio de Mukuru Kwa Njenga, en Nairobi, han desalojado a 60.000 personas que han quedado sin hogar en nombre del progreso la construcci¨®n de una autopistaJuli¨¢n RojasNairobi - 09 dic 2021 - 08:08CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceUn comercio precario es lo ¨²nico que queda en este descampado que una vez alberg¨® un suburbio entero. Unos 60.000 vecinos se han quedado en la calle tras ser desalojados de un d¨ªa para otro en el barrio informal de Mukuru kwa Njenga, en Nairobi, para dar paso a una autov¨ªa que cruzar¨¢ la capital de Kenia Juli¨¢n RojasUnos vecinos de Mukuru Kwa Njenga, junto a algunas de las casas que a¨²n quedan en pie despu¨¦s del trabajo de las excavadoras. El pasado 9 de octubre, a mitad de la ma?ana, una serie de funcionarios escoltados por fuerzas policiales y 'bulldozers' notificaron a los vecinos que sus casas estaban en la ruta por el que pasar¨ªa la Nairobi ExpressWay, una autov¨ªa elevada que cruza la ciudad.Juli¨¢n RojasHoras despu¨¦s de aquella notificaci¨®n, los hogares hab¨ªan desaparecido bajo las excavadoras. Con un paraguas para protegerse del sol, una mujer pasea con su beb¨¦ a la espalda por el descampado donde estuvo su hogar.Juli¨¢n RojasUn vecino corta madera para construirse una nueva vivienda, aun sabiendo que, probablemente, se la volver¨¢n a tirar. No hab¨ªa transcurrido un mes desde la primera demolici¨®n cuando unos empleados de los Servicios Metropolitanos de Nairobi llegaron para informar de que la zona donde las familias se estaban realojando tambi¨¦n iba a servir a la nueva autov¨ªa principal y a otras ¨¢reas industriales.Juli¨¢n RojasAs¨ª ha quedado el estado de uno de los edificios de Mukuru Kwa Njenga.Juli¨¢n RojasDos vecinos pasan el d¨ªa al aire libre, acomodados en un coj¨ªn y un sill¨®n que han quedado entre los escombros. Cuando recibieron la noticia, los habitantes decidieron combatir porque no quer¨ªan permitir que les quitaran sus casas en nombre de una construcci¨®n de carreteras sobre la que nadie les hab¨ªa preguntado.Juli¨¢n RojasDesde una losa de hormig¨®n sobre la que posiblemente hubo una vivienda, un hombre mira a c¨¢mara. El 3 de noviembre, la comunidad se uni¨® y durante ocho horas hubo intercambio de piedras y lanzamiento de gas lacrim¨®geno entre las fuerzas de seguridad y los vecinos. Juli¨¢n RojasOtro vecino sin hogar, y con un problema de discapacidad, posa con sus escasas pertenencias. Dos d¨ªas m¨¢s tarde de la protesta, el viernes 5 de noviembre, las fuerzas policiales volvieron con refuerzos, tanques de agua y excavadoras que arrasaron todo a su paso. Juli¨¢n RojasUn hombre lava ropa en un cubo, en la chabola improvisada que se ha construido despu¨¦s de las demoliciones. ¡°Fueron despiadados: comenzaron a destruir negocios, casas... Todo lo que encontraban a su paso¡±, recuerda Godana, una vecina. Siempre seg¨²n su recuento, una persona muri¨® aplastada en las demoliciones y otras dos resultaron heridas en las protestas, aunque no hay informes oficiales al respecto.Juli¨¢n RojasUna mujer y sus hijos, frente a la vivienda hecha de pl¨¢sticos en la que ahora viven. Su hogar es una de las 16.500 viviendas derruidas, seg¨²n el c¨¢lculo de investigadores del proyecto SLUMAP. Juli¨¢n RojasLos vecinos de los barrios de Milimani, Sisal y 48 zone son los m¨¢s impactados en una zona que ha visto como casi dos tercios de su poblaci¨®n, de algo m¨¢s de 100.000 habitantes, se han quedado sin un techo.Juli¨¢n RojasAl menos diez centros educativos han sido afectados, la mayor¨ªa de ellos privados que dan servicio a familias que no pueden acceder a escuelas p¨²blicas por falta de plazas. Muchos de los estudiantes se pasan ahora el d¨ªa rebuscando entre los escombros cosas de valor para poder ganar algo de dinero.Juli¨¢n RojasCartel que perteneci¨® a una iglesia del suburbio. El proyecto de construcci¨®n de la autov¨ªa tiene un coste total de 668 millones de d¨®lares (600 millones de euros) y ha sido financiado por la China Road and Bridge Corporation (CRBC), que poseer¨¢ la licencia de explotaci¨®n durante 27 a?os. A partir de 2049, pasar¨¢ a manos p¨²blicas.Juli¨¢n RojasLas excavadoras ya trabajan al lado del descampado. El Ejecutivo quiere poder presumir de la que ser¨¢ la primera autov¨ªa en una ciudad en el Este de ?frica y la segunda m¨¢s larga en todo el continente tras la de Dakar. La nueva autov¨ªa reducir¨¢ de tres horas a 20 minutos el tiempo para cruzar la capital. La previsi¨®n es dual: ayudar al comercio internacional y reducir el tr¨¢fico en las principales arterias de la ciudad. Juli¨¢n RojasLos que tienen suerte viven ahora hacinados en peque?as casas de familiares, donde antes cab¨ªan tres o cuatro inquilinos ahora uno puede encontrarse con el doble de ocupantes. Otros sobreviven en improvisadas tiendas de campa?a de pl¨¢stico y, los que menos suerte tienen, se han quedado en la calle.Juli¨¢n RojasA la falta de acceso a una vivienda se suma tambi¨¦n la crisis en la educaci¨®n. La segunda fase de las demoliciones dur¨® dos semanas y afect¨® tambi¨¦n a escuelas. Cuando los alumnos de la Academia Internacional River Life volvieron de sus pueblos a la ciudad tras pasar las vacaciones de mitad cuatrimestre se encontraron hogares en ruinas. Juli¨¢n RojasAl anunciar las primeras demoliciones, el pasado octubre, el Comisario Regional de Nairobi, James Kianda, asegur¨® que la construcci¨®n de la carretera ser¨¢ beneficiosa para los asentamientos chabolistas al mejorar su conexi¨®n con el ¨¢rea industrial. Sin embargo, la realidad es que la vida de los habitantes de Mukuru Kwa Njenga est¨¢ muy lejos de mejorar.Juli¨¢n Rojas