La pobreza ahoga el futuro de los ni?os de Tr��poli

Itola Omar sentada junto a su hija en el sal��n de su casa. Viven en el barrio Abo Smara de Tr��poli (L��bano), una de las ciudades m��s pobres del Mediterr��neo. Aqu�� la pobreza supera el 70% y el desempleo, seg��n datos de las autoridades locales, el 60%. Antes de la crisis, menos de tres cuartas partes de los hogares de esta ciudad realizaban tres comidas al d��a. Ahora, la lira libanesa ha perdido el 90% de su valor y los precios de los comestibles se han disparado a m��s de un 600%Brais Lorenzo

Itola Omar rompe a llorar en el sal��n de su casa en el momento de explicar c��mo su familia vive inmersa en la pobreza en la segunda ciudad m��s grande del L��bano. Las cifras son a��n m��s crudas para los refugiados. Se calcula que en el pa��s de los cedros hay un mill��n y medio de personas provenientes de Siria. Unicef estima que casi nueve de cada 10 de estas familias viven en condiciones de extrema pobreza.Brais Lorenzo

La hija de Omar se asoma por el balc��n de su casa. Tiene 10 a?os y tarda una hora en llegar a la escuela. Unicef realiz�� un estudio en Tr��poli y comprob�� que el 63% de los menores de edad encuestados se iniciaron en el mundo laboral en los ��ltimos tres a?os, en los que presenciaron la revoluci��n, la covid-19 y una crisis econ��mica sin precedentes.Brais Lorenzo

La libreta de la hija de Omar encima de su cama. Para ella, ir al colegio no es una tarea f��cil, se acuesta con hambre y tarda hasta una hora en llegar caminando. Desde el verano, esta familia ha tenido que ir vendiendo casi todos los objetos de la casa para pagar el alquiler. ��Me duele ver que estamos criando una generaci��n fallida", dice la madre de esta ni?a.Brais Lorenzo

Los hijos de Taher Ali y Samira Abdala en su casa en la que viven con otras 22 personas en Tr��poli. Los Ali son sirios, llegaron a Tr��poli en 2013 huyendo de la guerra en su pa��s. Sobreviven como pueden. Los ni?os no van a la escuela, se queja el padre, ��aqu�� sustituyen los estudios por trabajo�� dice el cabeza de familia.Brais Lorenzo

Tahar Ali y Samira Abdala posan para una fotograf��a junto a sus hijos y otros familiares en su sal��n. ��Los primeros dos a?os yo ten��a un empleo y todo iba bien. Luego enferm��, perd�� mi puesto y ahora cada d��a es peor. Tenemos muchas necesidades, no puedo garantizar sus derechos b��sicos. Simplemente, el pan es algo inalcanzable para nosotros��, asegura Ali.Brais Lorenzo

Ahmed tiene 11 a?os, est�� acostado en el sal��n de su casa tras sufrir un apu?alamiento al rebuscar comida entre la basura por la noche para conseguir comida para su familia.Brais Lorenzo

Tahar Al�� y Samira Abdala muestran su documentaci��n m��dica sobre el suelo de su sal��n. En Tr��poli, la infancia no recibe la atenci��n sanitaria suficiente.Brais Lorenzo

La madre de Tahar Al�� tiene 85 a?os y muestra en sus manos las medicinas que necesita tomar para sus dolencias. Cada vez le cuesta m��s conseguirlas debido a la subida de los precios.Brais Lorenzo

Tahar Al�� est�� sentado junto con su madre, que tiene 85 a?os. Lleg�� con ��l en 2013 huyendo de la guerra en Siria y ahora todos intentan sobrevivir.Brais Lorenzo

Los hijos e hijas de Tahar Ali y Samira Abdala en la puerta de la cocina. Esta familia sobrevive con lo que encuentran sus hijos de 11, 13 y 14 a?os en la basura o en la calle.Brais Lorenzo

Samira Abdala de pie junto a su nevera vac��a en la ciudad libanesa de Tr��poli, donde m��s del 70% de los habitantes son pobres.Brais Lorenzo

Panor��mica de un barrio de Tr��poli. Antes de la crisis, menos de tres cuartas partes de los hogares de esta ciudad realizaban tres comidas al d��a. Esta ciudad es el reflejo de una naci��n que lleva a?os en decadencia y, si bien los umbrales de pobreza en el resto de ciudades no alcanzan este nivel, la maltrecha situaci��n de la infancia es una realidad en todo el Estado. El pa��s afronta una de las peores depresiones econ��micas de su historia, agudizada por la devaluaci��n de su moneda, la pandemia de la covid-19 y las secuelas de la explosi��n del puerto de Beirut en agosto de 2020.Brais Lorenzo