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Sillas recicladas en las paradas de bus En el primer tramo de salida desde Morata de Taju?a hacia Chinch¨®n, que coincide con la M-313, llaman la atenci¨®n las numerosas sillas que los vecinos han dejado para que se sienten a esperar el autob¨²s, a falta de un asiento mejor, quienes usan este medio de transporte Hip¨®lito. R. espera un d¨ªa de noviembre la llegada de la l¨ªnea 337 a la altura de Morata de Taju?a. Est¨¢ sentado en una de las sillas que los vecinos han dejado desinteresadamente para que los viajeros puedan sentarse. Gema Garc¨ªa Hip¨®lito. R. sube a la l¨ªnea 337. Una vez por semana acude a su peque?a parcela en la que tiene plantada una huerta, que le sirve como entretenimiento tras su jubilaci¨®n, seg¨²n cuenta. Gema Garc¨ªa Las sillas que se encuentran en varias paradas de la l¨ªnea 337 entre Morata de Taju?a y Chinch¨®n pertenecen a vecinos que las descartan de sus hogares. Las de metal son las que menos tiempo suelen durar en esa ubicaci¨®n, ya que los camiones ilegales de chatarra se las llevan para despu¨¦s venderlas al peso. Gema Garc¨ªa Los viajeros y vecinos que esperan con frecuencia la l¨ªnea 337 de autob¨²s se quejan de que desde los coches muchos pasajeros suelen arrojar basura. En ocasiones, tambi¨¦n se encuentran con otros muebles viejos. En la foto, se aprecia un sof¨¢ abandonado junto la parada. Gema Garc¨ªa Dimas S¨¢nchez espera el autob¨²s en una de las sillas recicladas para que le acerque hasta Morata, pueblo en el que naci¨® y en el que ha vivido toda su vida. El tiempo de espera entre uno y otro, ronda los cuarenta y cinco minutos. Si va solo, prefiere la bicicleta, pero si va con sus hijos, como este d¨ªa de noviembre, necesita el bus. Gema Garc¨ªa Desde el Ayuntamiento de Chinch¨®n afirman que les preocupa este problema, pero dicen no tener registro de ninguna queja ciudadana. Gema Garc¨ªa Hay sillas de todo tipo: de pl¨¢stico, de cuero sint¨¦tico, de mimbre, de madera o de metal. Todas tienen en com¨²n haberse salvado de la basura y servir de asiento a los vecinos que esperan el autob¨²s. Nadie sabe a qui¨¦n se le ocurri¨® la idea ni el nombre de los que las siguen poniendo cuando falta alguna. Gema Garc¨ªa Desde el Ayuntamiento de Morata de Taju?a sostienen que conocen este problema desde hace tiempo. Tanto del aumento de frecuencias, como la instalaci¨®n de marquesinas son peticiones vecinales muy frecuentes Gema Garc¨ªa Jos¨¦ Escobal tiene 71 a?os y lleva 15 a?os viviendo en Espa?a desde que emigr¨® de Per¨². Esta tarde de noviembre, sentado en una de las sillas recicladas, espera a que el autob¨²s le lleva de vuelta a Madrid. Est¨¢ buscando habitaci¨®n cerca de Morata de Taju?a o Chinch¨®n, dice que ya no le alcanza el dinero para vivir en la capital. "He llegado a esperar hasta una hora y media en domingo. Los tiempos que se?alan las paradas no coinciden con la realidad. Menos mal que estaban la sillas", a?ade. Gema Garc¨ªa Uno de los conductores de La Veloz, empresa que gestiona la l¨ªnea 337 de autob¨²s, confirma que en esta y otras carreteras existe un problema real con las marquesinas, aunque la instalaci¨®n de marquesinas no sea responsabilidad de su empresa. El trabajador s¨ª cree que este problema podr¨ªa mejorarse porque ¡°da pena¡± ver a los viajeros esperando ¡°haga el tiempo que haga¡±. El conductor tambi¨¦n a?ade que los actos vand¨¢licos contra ellas son muy frecuentes en varios puntos de la Comunidad de Madrid. Gema Garc¨ªa Desde el Ayuntamiento de Morata de Taju?a sostienen que conocen este problema desde hace tiempo. Tanto del aumento de frecuencias, como la instalaci¨®n de marquesinas son peticiones vecinales muy frecuentes. La Comunidad de Madrid defiende que son los ayuntamientos quienes tienen que solicitar la posible instalaci¨®n de marquesinas fuera de la zona urbana a la Direcci¨®n General de Carreteras, que a su vez analiza cada caso y procede en funci¨®n de la demanda. Gema Garc¨ªa