10 fotosElecciones Castilla y Le¨®nDos miradas sobre una misma SegoviaLa provincia segoviana ofrece paisajes, econom¨ªas y tendencias muy distintos si se compara entre el medio rural del centro o el oeste del territorio frente al sur, pudiente y m¨¢s urbanita gracias a las segundas residenciasNacho IzquierdoJuan NavarroSegovia - 06 feb 2022 - 11:06CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceCantalejo (3.500 habitantes) era hasta hace unas pocas d¨¦cadas la referencia econ¨®mica y de actividad respecto a las localidades de su alrededor. El declive demogr¨¢fico, sin alternativas laborales de calidad para los j¨®venes, ha generado un notable cierre de negocios y pesimismo en la poblaci¨®n, que recuerda el ritmo del pueblo hace no tantos a?os.Nacho IzquierdoLos vecinos o los propietarios de comercios constatan que el flujo econ¨®mico se ha reducido. Una de las pocas oportunidades laborales que aprecian para las nuevas generaciones radica en seguir con el negocio familiar o dedicarse al campo, una alternativa poco cotizada para esos j¨®venes que suelen acabar estudiando o trabajando en Madrid, a hora y media en coche.Nacho IzquierdoTanto los bares cerrados que abundan por Cantalejo como viejos locales de pe?as evidencian que esa capacidad adquisitiva de j¨®venes y mayores ha ca¨ªdo en el olvido. El ingreso anual medio es de 12.250 euros, seg¨²n el INE, por tanto en la franja de entre el 11% y el 18% m¨¢s pobre del pa¨ªs.Nacho IzquierdoAl igual que en otras decenas y hasta cientos de pueblos de Castilla y Le¨®n, esta localidad muestra un censo envejecido y abundancia de carteles de ¡°Se vende¡± o ¡°Se alquila¡± en viviendas, establecimientos o casas. Los empleos que ofrece la zona resultan poco atractivos tanto por cualificaci¨®n como por remuneraci¨®n.Nacho IzquierdoUna cuadrilla de amigos hace una matanza en Cantalejo y explica que esas tradiciones van camino de perderse ante la falta de relevo generacional. El trabajo, aseguran, no falta en estos pueblos, pero sobre todo en cuanto a la mano de obra para la construcci¨®n o la agricultura y ganader¨ªa. Esta clase de ritos son poco comunes en los municipios del sur, en la sierra segoviana, con unos residentes de un perfil opuesto al de lugares como este.Nacho IzquierdoLos pocos j¨®venes que caminan por estas calles asumen que su futuro est¨¢ fuera y que la gran mayor¨ªa de su quinta se ha mudado o a la capital o a otras ciudades con m¨¢s oportunidades. El pueblo se ha quedado para los mayores, que mantienen sus rutinas mientras los n¨²cleos m¨¢s peque?os, directamente, empiezan a desaparecer. Al menos, comentan, Cantalejo subsiste con su poblaci¨®n.Nacho IzquierdoEl panorama muta diametralmente a media hora de coche, en Sotosalbos, cercano a las monta?as del norte de la Comunidad de Madrid. All¨ª la renta asciende a casi 20.000 euros por persona, entre los tramos m¨¢s pudientes de Espa?a, y abundan los turistas o los propietarios de segundas residencias que buscan paz y tranquilidad en Segovia. En la imagen, una pareja se mueve en bicicleta por estos parajes calmados.Nacho IzquierdoIsidoro Sanz es de los pocos ancianos en esta localidad de 300 habitantes. ¡°Los madrile?os son m¨¢s se?oritos, m¨¢s presumidos¡±, sostiene Sanz, que siempre compra en la furgoneta de una panader¨ªa de un pueblo cercano para darle algo de negocio y agradecerle el servicio. Los visitantes, afirman ¨¦l y su hija, hacen poca vida por el pueblo porque prefieren meterse en sus casas y aislarse de Madrid.Nacho IzquierdoEl suelo para construir, explica una pareja de madrile?os que est¨¢ levantando una casa en Sotosalbos, es mucho m¨¢s caro que en otras partes de Segovia. Vale la pena, destacan, para poder pasear sin preocupaciones o incluso teletrabajar desde all¨ª si lo consideran necesario. Al fondo, la sierra les permite planes deportivos o en la naturaleza.Nacho IzquierdoUna familia de madrile?os pasa el d¨ªa en Sotosalbos y admira la iglesia rom¨¢nica, perfectamente cuidada. Los ni?os, celebran los adultos, agradecen esta clase de excursiones porque la gran ciudad no permite ¡°oler a campo¡± y divertirse en estos espacios abiertos.Nacho Izquierdo