13 fotosFilipinasSiargao tras el tif¨®n RaiUna isla al sureste del archipi¨¦lago filipino sigue en proceso de reconstrucci¨®n casi dos meses despu¨¦s del paso de un tif¨®n de categor¨ªa cinco que arras¨® y dej¨® sin casa, agua potable y luz a miles de ciudadanosOlga Garc¨ªa CampsMat¨ªas OlivieriBarcelona - 09 feb 2022 - 12:54CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceHay much¨ªsimas historias de c¨®mo los isle?os de Siargao vivieron el tif¨®n Rai, que arras¨® la isla el pasado 16 de diciembre. Todos buscaron refugio en lo que encontraron. Escondi¨¦ndose dentro, entre y debajo de muebles, poni¨¦ndose un casco o una almohada en la cabeza por si el techo ca¨ªa y creando un muro humano de protecci¨®n entre ellos. Cuando salieron, vieron esto: palmeras y ¨¢rboles ca¨ªdos por todos lados. En la imagen, la calle principal de General Luna, el pueblo m¨¢s tur¨ªstico de Siargao, donde se concentran la gran mayor¨ªa de bares, restaurantes y tiendas.Mat¨ªas OlivieriAnte tal destrucci¨®n, Siargao necesita un plan de desarrollo a largo plazo. Los arrozales, el oc¨¦ano y las palmeras, las tres grandes fuentes de alimentaci¨®n y subsistencia de la isla han sido lastimadas. Seg¨²n la autoridad de cocoteros filipinos, el 70% de las palmeras est¨¢n en el suelo y tardar¨¢n entre cinco y 10 a?os en recuperarse. En la foto, un residente se?ala c¨®mo ha quedado un edificio tras la ca¨ªda de los ¨¢rboles.Mat¨ªas OlivieriFamosa por sus palmeras y el verde tropical de sus aguas, el paisaje de Siargao ha cambiado de manera dr¨¢stica tras el paso del tifo?n Rai. El turismo es la fuente de ingresos de la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n y la recuperaci¨®n se prev¨¦ lenta.Mat¨ªas OlivieriLas abundantes lluvias inundaron vecindarios enteros de la isla. A esta sen?ora le queda tan solo el ban?o de su casa. Ella y otros siete familiares duermen en casa de su hijo, a escasos metros de donde se encuentra.Mat¨ªas OlivieriUna familia posa en frente de lo que queda de su hogar, en Sitio Danao. Ella es madre soltera y trabaja como limpiadora en General Luna. Junto con la abuela, pasaron el tif¨®n en la casa de un conocido y al volver descubrieron lo que quedaba de su barrio.Mat¨ªas OlivieriEnfermera del barrio de Osme?a, esta mujer tiene 71 a?os y cuida de dos hermanas, ya que sus padres est¨¢n en Manila por trabajo. A su lado, docenas de objetos que con el tif¨®n se da?aron e intentan secar al sol.Mat¨ªas OlivieriLa ONG local Lokal Lab lider¨® y centraliz¨® la ayuda, previamente a la Navidad, con una recogida de fondos. En menos de una semana recibieron m¨¢s de cinco millones de pesos filipinos, unos 85.000 euros.Con la ayuda financiera, los barcos y aviones se cargaron de miles de kilos de arroz, comida enlatada, agua y medicinas. De esta manera, cada di?a que el temporal lo permite, los barcos viajan a la ciudad ma?s pro?xima para traer suministros y repartirlos por los diferentes pueblos.Mat¨ªas OlivieriDebido a la r¨¢pida intensificaci¨®n de Rai, que pas¨® de una tormenta de grado dos a convertirse en un tif¨®n de categor¨ªa cinco, los pescadores no tuvieron tiempo de poner a reparo sus barcos y muchos se estropearon con las mareas y los fuertes vientos.Mat¨ªas OlivieriDebido al agua contaminada, decenas de familias acudieron al hospital de Dapa, la capital de Siargao, para recibir tratamiento m¨¦dico. Hubo ocho muertes locales por gastroenteritis y diarrea. El acceso a agua potable en los d¨ªas posteriores al tif¨®n fue una misi¨®n imposible. En la imagen, dos ni?os transportan dos bidones hasta su casa.Mat¨ªas OlivieriAdem¨¢s del agua, la comida tambi¨¦n empez¨® a escasear. Un grupo de voluntarios se ha coordinado y cocina a gran escala para locales y residentes. Con la ayuda de World Center Kitchen han conseguido servir alrededor de medio mill¨®n de comidas desde Navidad.Mat¨ªas OlivieriUnicef considera, en su ¨²ltimo comunicado en febrero, que las necesidades de las familias afectadas son mayores que lo que se cre¨ªa en un principio. Se estima que 2,4 millones, incluidos 912.000 ni?os y ni?as, precisan ayuda. "Rai asest¨® otro golpe a su salud, nutrici¨®n, educaci¨®n y protecci¨®n. No hay tiempo que perder¡±, explic¨® en un comunicado la representante de Unicef en Filipinas, Oyunsaikhan Dendevnorov.Mat¨ªas OlivieriUna madre y sus hijos posan al lado de una palmera arrancada por el tif¨®n Rai y que por escasos cent¨ªmetros no les cay¨® encima. La familia ahora ha cubierto el techo de su casa con un pl¨¢stico para evitar que la lluvia se cuele.Mat¨ªas OlivieriPor culpa del tif¨®n Rai, adem¨¢s de a la pandemia, los ni?os no van a la escuela de forma continuada desde hace un a?o y medio. Ahora, los centros educativos est¨¢n inoperativos, haciendo a¨²n m¨¢s dif¨ªcil la vuelta a la normalidad. En la imagen, una ni?a espera en la cola para recibir un plato de comida.Mat¨ªas Olivieri