Jard��n de Nemo, o c��mo cultivar tabaco debajo del mar

?Ser��a posible, se pregunt�� Sergio Gamberini, crear las condiciones de crecimiento perfectas bajo el mar para la albahaca, la hierba local m��s popular en Liguria (Italia) y un ingrediente esencial para el pesto? De esta duda, nacer��a el Jard��n de Nemo, en 2012, durante unas vacaciones del fundador de la firma de equipos de buceo Ocean Reef Group en la Riviera italiana, al norte del pa��s. Descansando entre inmersiones y despu��s de una charla con amigos, la conversaci��n se desvi�� hacia su otra pasi��n: la jardiner��a. En la imagen, uno de los buzos del equipo de este proyecto emerge de las profundidades sosteniendo una antorcha despu��s de haber cosechado tabaco.

En este espacio pionero se cultivan m��s de 40 especies de plantas terrestres en las costas de Liguria (Italia), que incluyen tomillo, fresas, or��gano y tomates cherry, entre otros. El tabaco, en concreto, se est�� usando en un experimento farmac��utico comprometido con la elaboraci��n de vacunas. Pero antes de proceder con el cultivo submarino, se prueban en laboratorio diferentes tipos (como, por ejemplo, la 'Artemisia Absinthium') para ver si son compatibles con el entorno de la biosfera, la estructura subterr��nea que preserva las condiciones para que la plantaci��n sea un ��xito. Las luces rojas y azules de LED recrean el mismo ambiente que en la superficie.

Sergio Gamberini, creador del proyecto Jard��n de Nemo, narra c��mo empez�� todo: "Mi primer experimento fue realizar una especie de globo transparente lleno de aire. Luego lo anclaba al fondo del mar con los tornillos que suelen usar los viticultores. Dentro de este, cre�� un bolsillo donde coloqu�� una fiambrera llena de tierra y unas semillas de albahaca. Todo era muy peque?o, pod��a entrar con un solo brazo. Despu��s de 48 horas, los primeros brotes fueron visibles de inmediato y, desde ese momento, me di cuenta de que la idea hab��a funcionado". Actualmente, hay seis "burbujas", conocidas como biosferas, de unos 2,5 metros de di��metro aproximadamente.

Luca Gamberini, gerente de proyecto y co-inventor de este peculiar invernadero, controla la disposici��n de varios componentes en una de las biosferas, en la sala experimental dentro de la sede de Ocean Reef Group. Desde que el proyecto arranc�� hace 10 a?os, la financiaci��n ha sido siempre particular. El a?o pasado el invento se convirti�� en una 'start-up' y est�� abierta a quien quiera apoyarles.

En las etapas preliminares de montaje de las biosferas que contendr��n las distintas plantaciones en el Jard��n de Nemo, se pod��a observar a Gabriele Cucchia, ingeniero senior, flotar en la superficie del mar sosteniendo en sus manos la estructura que est�� a punto de instalar bajo el agua.

El proceso de siembra es una de las partes m��s delicadas del proyecto Jard��n de Nemo. Las plantas seleccionadas se cultivan utilizando conos de fibra de coco. Las semillas se colocan en estos recipientes en la superficie terrestre y luego se transportan bajo el agua usando una caja herm��tica para mantenerlas secas. Cada biosfera alberga aproximadamente 120 plantas por ciclo, que dependiendo de la especie puede durar de uno a tres meses. Varios estudios cient��ficos han demostrado que las especies que crecen dentro de estas burbujas desarrollan una estructura qu��mica m��s poderosa. Esta obra de ingenier��a aspira a convertirse en modelo de agricultura sostenible del futuro.

Las biosferas del Jard��n de Nemo se encuentran a 40 metros de la costa de Noli, un peque?o pueblo de la regi��n de Liguria, en la Italia noroccidental, a una distancia elegida estrat��gicamente para hacer de las incursiones una actividad accesible. Su profundidad oscila entre los seis y los 12 metros. As��, las plantas pueden aprovechar la fuente de luz necesaria para su desarrollo. En el centro se encuentra lo que se conoce como el ��rbol de la vida, donde se separan y distribuyen los cables para conectar los dispositivos electr��nicos. En la imagen, el invernadero subterr��neo visto desde la superficie.

La planta piloto del Jard��n de Nemo fue la albahaca, por su importancia en la cocina de Liguria (Italia). Esta fue la elegida para estudiar las caracter��sticas fitoqu��micas, fisiol��gicas y micromorfol��gicas de la variedad terrestre y compararla con la subacu��tica.

En la imagen, dos muestras diferentes de albahaca (terrestre y subacu��tica) recogidas en tubos de ensayo con l��quido fijador para el an��lisis estructural a trav��s del microscopio electr��nico CEM. Seg��n los estudios de Biolog��a Farmac��utica de la Universidad de Pisa, la segunda modalidad desarrolla m��s antioxidantes en comparaci��n con las cultivadas en superficie. Recoger estos datos es fundamental de cara a la producci��n de plantas con fines farmac��uticos.

Luisa Pistelli, profesora de Biolog��a Farmac��utica en la Universidad de Pisa, analiza la fitoqu��mica de los cultivos acu��ticos. Mediante la hidrodestilaci��n de las partes a��reas frescas de la albahaca y utilizando equipos Clevenger, aparatos especializados para la recogida de l��quidos, es posible extraer el aceite esencial para su posterior an��lisis. Este servir�� para obtener su composici��n qu��mica y valorar sus beneficios.

Los componentes electr��nicos dentro de cada biosfera del Jard��n de Nemo funcionan gracias a la energ��a proporcionada por los paneles solares ubicados en la superficie. El ventilador permite la circulaci��n del aire interno, favoreciendo el proceso de condensaci��n; mientras que la caja de conexi��n proporciona informaci��n sobre los datos de ox��geno, di��xido de carbono, humedad y temperatura.

Retrato de Emilio Mancuso, bi��logo del equipo de Ocean Reef Group a cargo de todo el proceso de cultivo dentro de las biosferas del Jard��n de Nemo.

Un grupo de buzos admira el Jard��n de Nemo durante su inmersi��n. Desde que se cre��, el n��mero de peces de la zona aument��, seg��n los fundadores. De hecho, la estructura act��a como un refugio para la fauna marina local, lo que fomenta la repoblaci��n del ��rea circundante.

Luca Gamberini es el encargado de la recolecci��n de albahaca dentro de la biosfera n��mero uno del Jard��n de Nemo. Una vez que las plantas se retiran suavemente de la caja hidrop��nica, se colocan dentro de m��ltiples bolsas de pl��stico para evitar el contacto con el agua salada durante el transporte hacia la superficie.

Las burbujas de aire procedentes de los tanques de ox��geno de los buzos van hacia la superficie y recuerdan a las propias biosferas, que albergan casi 2.000 litros de aire. Son bolsas gigantes ancladas bajo el agua con un reto enorme por delante.