Un d��a de pesca en el lago Kivu

La tripulaci��n del capit��n Semuliki Bahati trabaja al amanecer en un pesquero de tres cascos llamado 'yorogo' en lengua kihavu. Al fondo se alza el volc��n activo Nyiragongo (izquierda) y los inactivos Mikeno y Karisimbi, en los montes Virunga. El grupo zarpa al anochecer y se queda en el lago hasta las primeras luces del d��a. Luego, sus j��venes miembros, agotados por el duro trabajo y el manejo de las grandes redes, vuelven a puerto y reparten las escasas ganancias de la captura.Hugh Kinsella Cunningham

<p>Innocent al amanecer en la canoa en la que trabaja con su hermano Rigobert en el lago Kivu. Han recogido las redes y contado la captura, y se preparan para volver y vender el pescado en el mercado. Innocent dobla las pesadas redes y las envuelve en fundas de pl��stico para evitar cualquier deterioro, rotura o desgarr��n que pudiera permitir escapar a los peces.</p> <p>Si tienen suerte con la captura, las tripulaciones de las canoas peque?as pueden esperar ganar unos 10 o 12 d��lares al d��a, de los cuales solo les queda limpia una peque?a parte.</p>

Innocent al amanecer en la canoa en la que trabaja con su hermano Rigobert en el lago Kivu. Han recogido las redes y contado la captura, y se preparan para volver y vender el pescado en el mercado. Innocent dobla las pesadas redes y las envuelve en fundas de pl��stico para evitar cualquier deterioro, rotura o desgarr��n que pudiera permitir escapar a los peces.

Si tienen suerte con la captura, las tripulaciones de las canoas peque?as pueden esperar ganar unos 10 o 12 d��lares al d��a, de los cuales solo les queda limpia una peque?a parte.

Hugh Kinsella Cunningham

Bertin rema arrastrando las redes con la peque?a canoa capitaneada por ��l. Con la captura de unos peces peque?os llamados sambaza, las tripulaciones de estos barquitos pueden ganar entre 10 y 12 d��lares al d��a si tienen suerte con la pesca. De ellos solo les queda limpia una peque?a parte. Las tripulaciones trabajan a diario, pero a veces vuelven con las manos vac��as, ya que hay demasiados barcos y pocos peces.Hugh Kinsella Cunningham

El volc��n activo Nyiragongo (izquierda) y los inactivos Mikeno y Karisimbi en los montes Virunga, vistos al amanecer desde el pueblo pescador de Kasunyu, en la provincia de Kivu del Sur. Las comunidades pescadoras del este de la Rep��blica Democr��tica del Congo sufren las consecuencias de los efectos acumulados de la actividad volc��nica, los conflictos y el cambio clim��tico. En las tierras altas volc��nicas del pa��s centroafricano, la vida se desarrolla en torno al lago Kivu. En sus orillas, los pobladores han encontrado un lugar donde refugiarse de las numerosas guerras y situaciones de emergencia, pero el salvavidas es fr��gil.Hugh Kinsella Cunningham

Playa del pueblo de Kasunyu, a orillas del lago Kivu. Cada d��a, despu��s del amanecer, los pescadores vuelven al pueblo con sus capturas y este lugar se convierte en un mercado fren��tico cuando las comerciantes se re��nen alrededor de los barcos reci��n llegados para comprar pescado fresco que vender��n en los mercados de todo el territorio. En la Rep��blica Democr��tica del Congo y en Ruanda, centenares de miles de personas dependen del pescado del lago como fuente de prote��nas cuando apenas hay otra disponible. Los pescadores, agotados tras horas de duro trabajo en el lago, aceptan el mejor precio que encuentran y preparan sus barcas y sus redes, listos para el siguiente viaje.Hugh Kinsella Cunningham

Vista del lago Kivu, de 2.700 kil��metros cuadrados. Debajo de un anillo de monta?as, colinas y volcanes activos, el lago contiene m��s de 60 kil��metros c��bicos del peligroso metano y 300 kil��metros c��bicos de di��xido de carbono. Ambos gases constituyen un posible peligro para las comunidades de Kivu.Hugh Kinsella Cunningham

Nzibonera y Emanuel (derecha) reman en su canoa al atardecer mientras un fuerte viento empieza a soplar en el lago Kivu. La mayor��a de los pescadores de las comunidades de Kivu del Sur son cristianos, pero algunos todav��a hablan de los misteriosos poderes del lago, del que se rumorea que hace desaparecer barcos y tripulaciones durante la noche.Hugh Kinsella Cunningham

Pescadores del lago Kivu al atardecer mientras empieza a soplar un fuerte viento. En la estaci��n de lluvias, las tormentas y los fuertes vientos llamados 'eshora' forman mort��feros tornados, considerados por las comunidades fuerzas mal��ficas.Hugh Kinsella Cunningham

Un ni?o se balancea en las p��rtigas de un pesquero amarrado en una cala del lago Kivu.Hugh Kinsella Cunningham

Stefan (izquierda), Elise y Fabrice (derecha) sacan las redes del agua tras una noche en el lago como miembros de la tripulaci��n del capit��n Semuliki Bahati. Los pesqueros de mayor tama?o consiguen capturas por valor de unos 30 d��lares en una noche si tienen suerte y encuentran una zona del lago con grandes bancos de peces.Hugh Kinsella Cunningham

Pescado capturado tras una noche de trabajo en el lago Kivu.Hugh Kinsella Cunningham

Ismael Chubaka enciende los faros a bordo de un gran yorogo, un tipo de pesquero con tres cascos. Los focos atraen a los peces peque?os a las grandes redes arrastradas por los barcos.Hugh Kinsella Cunningham

Comunidades ribere?as en el pueblo de Kiata, en Kivu del Sur.Hugh Kinsella Cunningham