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La historia de la casa de Benedetta Tagliabue

En los noventa, la arquitecta se enamor�� de este almac��n del Barri G��tic de Barcelona y lo compr�� junto a su entonces marido, el tambi��n arquitecto Enric Miralles. Desde entonces, lo habita y rehabilita poco a poco manteniendo elementos que datan de la Edad Media.

El Pa��s Semanal

14 abr 2022 - 17:32CEST

Luminosa estancia para tocar el piano decorada con una alfombra persa, l��mparas de papel, dos mesitas bajas de inspiraci��n japonesa, un sill��n y un puf de Charles & Ray Eames y, al fondo, una estufa en may��lica tirolesa.<br><br><i>��Una casa como esta no terminas de rehabilitarla nunca y eso es parte de su encanto��</i>. Benedetta Tagliabue (Mil��n, 1963) compr�� esta vivienda del centro de Barcelona junto a su entonces marido, Enric Miralles (el arquitecto catal��n falleci�� en el a?o 2000), en los a?os noventa. Entonces estaba abandonada y se hab��a usado como almac��n, de ah�� que apenas tuviera paredes. Treinta a?os despu��s es un hogar en el que sus habitantes se transforman seg��n sus necesidades. <i>��Fue un esfuerzo muy personal, nos adaptamos a vivir en una obra inacabada��</i>. Para solventar la falta de muros, la pareja hizo particiones a trav��s de puertas de madera que dise?aron artesanalmente junto a un amigo que trabajaba este material. Al rascar las paredes, encontraron diferentes niveles de capas de las generaciones anteriores que decidieron dejar a la vista entre las rayas blancas que pintaron encima. <i>��Nos dimos cuenta de que la casa revelaba muchas vidas��</i>, dice Tagliabue. Nada tiene un valor intr��nseco muy alto, asegura la italiana, pero cada elemento encontrado cuenta la historia del lugar desde la Edad Media hasta la actualidad.<br> — Luminosa estancia para tocar el piano decorada con una alfombra persa, l��mparas de papel, dos mesitas bajas de inspiraci��n japonesa, un sill��n y un puf de Charles & Ray Eames y, al fondo, una estufa en may��lica tirolesa.��Una casa como esta no terminas de rehabilitarla nunca y eso es parte de su encanto��. Benedetta Tagliabue (Mil��n, 1963) compr�� esta vivienda del centro de Barcelona junto a su entonces marido, Enric Miralles (el arquitecto catal��n falleci�� en el a?o 2000), en los a?os noventa. Entonces estaba abandonada y se hab��a usado como almac��n, de ah�� que apenas tuviera paredes. Treinta a?os despu��s es un hogar en el que sus habitantes se transforman seg��n sus necesidades. ��Fue un esfuerzo muy personal, nos adaptamos a vivir en una obra inacabada��. Para solventar la falta de muros, la pareja hizo particiones a trav��s de puertas de madera que dise?aron artesanalmente junto a un amigo que trabajaba este material. Al rascar las paredes, encontraron diferentes niveles de capas de las generaciones anteriores que decidieron dejar a la vista entre las rayas blancas que pintaron encima. ��Nos dimos cuenta de que la casa revelaba muchas vidas��, dice Tagliabue. Nada tiene un valor intr��nseco muy alto, asegura la italiana, pero cada elemento encontrado cuenta la historia del lugar desde la Edad Media hasta la actualidad.C��sar Segarra

Benedetta Tagliabue, sentada en un sill��n de piel tipo Chester frente a una pared con varias capas de pinturas decorativas de diferentes generaciones. — Benedetta Tagliabue, sentada en un sill��n de piel tipo Chester frente a una pared con varias capas de pinturas decorativas de diferentes generaciones.C��sar Segarra

A esta habitaci��n se la conoce como la sala de los arcos por las arquer��as g��ticas que se encontraron durante la reforma detr��s de un tabique. Benedetta Tagliabue y Enric Miralles decidieron conservarlas con todas sus imperfecciones para mantener viva la historia de la casa. Los cuadros son frescos recuperados del jard��n de la misma vivienda. — A esta habitaci��n se la conoce como la sala de los arcos por las arquer��as g��ticas que se encontraron durante la reforma detr��s de un tabique. Benedetta Tagliabue y Enric Miralles decidieron conservarlas con todas sus imperfecciones para mantener viva la historia de la casa. Los cuadros son frescos recuperados del jard��n de la misma vivienda.C��sar Segarra

El escritorio de esta estancia dedicada al dibujo y la creaci��n lo dise?aron Benedetta y Enric en 1993 expresamente para este lugar, y est�� pensado para que en ��l dibujen c��modamente dos personas pudiendo mirarse a la cara y mantener conversaciones. — El escritorio de esta estancia dedicada al dibujo y la creaci��n lo dise?aron Benedetta y Enric en 1993 expresamente para este lugar, y est�� pensado para que en ��l dibujen c��modamente dos personas pudiendo mirarse a la cara y mantener conversaciones.C��sar Segarra

Sala de estar decorada con un sof�� Chester, un sill��n italiano de los a?os sesenta y una obra textil de origen africano de la tribu de los pigmeos. Bajo el cuadro de tela hay una foto de la artista Sam Taylor- Wood junto a otra de Margherita Vaghi, prima de Benedetta. — Sala de estar decorada con un sof�� Chester, un sill��n italiano de los a?os sesenta y una obra textil de origen africano de la tribu de los pigmeos. Bajo el cuadro de tela hay una foto de la artista Sam Taylor- Wood junto a otra de Margherita Vaghi, prima de Benedetta.C��sar Segarra

La mesa, otro dise?o de la pareja, puede usarse en m��s de 20 posiciones. La pared est�� pintada con rayas que dejan ver restos de decoraciones murales anteriores. La l��mpara es de Jos�� Antonio Coderch y la alfombra est�� hecha con baldosas antiguas de la casa. — La mesa, otro dise?o de la pareja, puede usarse en m��s de 20 posiciones. La pared est�� pintada con rayas que dejan ver restos de decoraciones murales anteriores. La l��mpara es de Jos�� Antonio Coderch y la alfombra est�� hecha con baldosas antiguas de la casa.C��sar Segarra

El dormitorio principal tiene vistas al jard��n. El cabecero de rayas, obra de la pareja de arquitectos, se funde con las rayas murales que Tagliabue y Miralles pintaron en las paredes de la vivienda. — El dormitorio principal tiene vistas al jard��n. El cabecero de rayas, obra de la pareja de arquitectos, se funde con las rayas murales que Tagliabue y Miralles pintaron en las paredes de la vivienda.C��sar Segarra

El jard��n de la casa est�� presidido por una pintura de Barbara Hines, pintora y amiga de Benedetta Tagliabue, integrada entre los ��rboles y la vegetaci��n. — El jard��n de la casa est�� presidido por una pintura de Barbara Hines, pintora y amiga de Benedetta Tagliabue, integrada entre los ��rboles y la vegetaci��n.C��sar Segarra

Las mesas de madera de la biblioteca est��n hechas con troncos de ��rboles. La doble altura de esta estancia se logr�� renunciando al piso superior y dejando las antiguas vigas vistas. — Las mesas de madera de la biblioteca est��n hechas con troncos de ��rboles. La doble altura de esta estancia se logr�� renunciando al piso superior y dejando las antiguas vigas vistas.C��sar Segarra

La casa tiene una peculiar piscina cubierta, que cuenta con una chimenea que ya exist��a cuando la compraron y que decidieron conservar cuando se plantearon su construcci��n. Al fondo de la estancia cuelga una pintura de Alex Duncan. — La casa tiene una peculiar piscina cubierta, que cuenta con una chimenea que ya exist��a cuando la compraron y que decidieron conservar cuando se plantearon su construcci��n. Al fondo de la estancia cuelga una pintura de Alex Duncan.C��sar Segarra

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