
Mujeres que toman el poder de vender con justicia
Una exposici¨®n en la estaci¨®n de tren Puerta de Atocha Almudena Grandes, en Madrid, destaca la importancia del comercio justo para que la poblaci¨®n femenina empobrecida gane autonom¨ªa y tome el control de sus vidas. Estas son sus protagonistas de India, Marruecos y Nicaragua


En Bombay (India), la organizaci¨®n de Comercio Justo Creative Handicrafts da trabajo a 270 mujeres en seis talleres de confecci¨®n. Cuando hay pedidos grandes, la cooperativa contrata a unas 400 personas m¨¢s. La mayor¨ªa de las empleadas procede de grupos sociales muy desfavorecidos: mujeres solas, separadas o v¨ªctimas de violencia de g¨¦nero, de barrios especialmente pobres, con pocos estudios o sin cualificaci¨®n. Los primeros meses reciben formaci¨®n y posteriormente, con su oficio, obtienen un salario digno, mayor que la media en la industria convencional de moda, y una estabilidad laboral y econ¨®mica.
Laura Mart¨ªnez Peralta / Oxfam Interm¨®n
Unirse a empresas de comercio justo es una salida para ellas. Es el caso de Beula Jose. Ella es trabajadora de Creative Handicrafts. Dice: ¡°Lleg¨® un momento en el que ten¨ªa poco dinero, incluso para cubrir necesidades b¨¢sicas como comida, ropa y vivienda. En Creative Handicrafts comenc¨¦ a tener unos ingresos justos y pude cumplir mi sue?o de dar una educaci¨®n a mis hijos. Uno pudo graduarse en Ingenier¨ªa en la Universidad de Bombay y ahora trabaja para una compa?¨ªa de desarrollo de 'software' inform¨¢tico. Pude cubrir el coste de la educaci¨®n superior con ayuda de un programa de promoci¨®n a la educaci¨®n de la empresa. Est¨¢ muy agradecido por esta oportunidad y sabe que sin mi esfuerzo no hubiera sido posible su progreso¡±.
Creative Handicrafts (India)

"Fui una de las primeras mujeres en unirme a Creative Handicrafts. La mayor dificultad estaba en mi vida personal. Era migrante, no hablaba el dialecto local y sufr¨ªa maltrato de mi marido. Aqu¨ª las compa?eras trataron de entenderme y ayudarme todo lo posible. El amor y el apoyo que me brindaron me ayudaron a superar aquellos momentos. Para m¨ª, unirme a este equipo no solo supon¨ªa ser econ¨®micamente independiente, sino tambi¨¦n tener a gente que me protegiera y cuidara, como una verdadera familia. Ahora soy una mujer segura de m¨ª misma, sin miedo a expresar mi opini¨®n. Se dice que despu¨¦s de cada noche oscura, hay un d¨ªa m¨¢s brillante. Ahora vivo los d¨ªas m¨¢s luminosos y estoy muy agradecida a todas las personas que me han ayudado".
Creative Handicrafts
Amina Ait Taleb, presidenta de una de las cooperativas integradas en Targanine, dice: ¡°La mayor¨ªa de las mujeres de nuestra aldea proviene de familias pobres. Cuando creamos la cooperativa, los hombres no estaban de acuerdo en que nosotras pudi¨¦ramos salir de casa y trabajar. Gracias a las asociaciones, a los talleres de formaci¨®n y tambi¨¦n al apoyo de instituciones, hemos sido capaces de cambiar mentalidades y convencer tanto a las mujeres como a sus maridos de este cambio". No fue f¨¢cil, reconoce. Pero les ayud¨® conocer el trabajo de otras. "Al ver que hay mujeres que ya producen y comercializan aceite de arg¨¢n, comprueban que el cambio es posible y que ellas tambi¨¦n pueden conseguir lo mismo¡±.
Ronny Hermosa / FairTradeConnection
En Agadir (Marruecos), seis cooperativas de mujeres que cosechan y procesan aceite de arg¨¢n se unieron para formar la agrupaci¨®n GIE Targanine. En total, unas 550 trabajan en ellas bajo los principios del comercio justo, que "desaf¨ªa los estereotipos arraigados y rompe con los roles tradicionales, contribuyendo a la igualdad de g¨¦nero y al desarrollo sostenible", en palabras de la Coordinadora Estatal de Comercio Justo de Espa?a.
Ronny Hermosa / FairTradeConnection



En el norte, en la regi¨®n de Jinotega, se encuentra la asociaci¨®n Aldea Global, que agrupa a cerca de 12.000 hombres y mujeres que cultivan caf¨¦ bajo los principios de Comercio Justo y con un fuerte compromiso por la igualdad de g¨¦nero. As¨ª, su equipo directivo est¨¢ formado por 13 personas, de las que seis son mujeres. Adem¨¢s, una parte de los beneficios que obtienen se reinvierten en un fondo com¨²n para facilitar que las mujeres puedan legalizar la tierra a su nombre, un gran avance en una regi¨®n donde el 85% de la propiedad est¨¢ en manos de varones.
Sean Hawkey



"Mi historia se inicia cuando mi pap¨¢ decidi¨® dejar una tierra a mi nombre y, claro, surgi¨® la necesidad de trabajarla. No me gusta depender econ¨®micamente de nadie y me un¨ª a Aldea Global en 2010, con 18. Fui la asociada m¨¢s joven. (...) Los delegados de la zona me eligieron para que los representara. Como mujer, para m¨ª esto es una oportunidad porque ahora tengo que promover el trabajo de las otras y romper la brecha para que ellas tengan sus propios ingresos".
Sean Hawkey