Playas como reci¨¦n creadas
El ladrillo no ha llegado a ellas. Accesibles o que requieren una agradable caminata o un barco. Patrimonio para disfrutar de una belleza elemental
En los 8.000 kil¨®metros de costa espa?ola a¨²n quedan arenales prodigiosamente salvajes, ignotos para el gran p¨²blico. Nos tientan con el cebo infalible de la arena y la ¡°sonrisa innumerable de las olas marinas¡± (Esquilo). Parejas, familias, naturistas o vestidistas, todos en general, lo que m¨¢s agradecen es la paz, la embriaguez ante el estado de esta naturaleza preservada.
San Juli¨¢n
Liendo (Cantabria)
Esta playa rec¨®ndita de un pueblo poco conocido ¡ªLiendo¡ª es preciso recorrerla durante la marea baja, por aquello de sacar el m¨¢ximo partido visual a este festival de acantilados brav¨ªos de naturaleza c¨¢rstica.
Ya solo la panor¨¢mica desde el aparcamiento merece el desplazamiento. A sus espaldas, el valle de Liendo, antiguo lago rodeado de monta?as; a naciente, el Solpico, cima del macizo de Candina, punto de anidamiento de una de las dos buitreras costeras catalogadas en Europa. La bajada en pendiente ha sido acondicionada, pero aun as¨ª hay que ir ojo avizor en condiciones de humedad. Pisando la arena de grano grueso, a los pies del monte Erillo, la sensaci¨®n de inmersi¨®n natural es plena. Dejando la gasolinera de Liendo a mano izquierda, embocar el segundo desv¨ªo a mano derecha por espacio de 1,5 kil¨®metros.
Cobijeru
Llanes (Asturias)
?Un arquetipo de playa interior en Espa?a, asturiana por m¨¢s se?as? ?Y, afinando, situada en el concejo de Llanes? ?Gulpiyuri!, aseverar¨¢ resuelto m¨¢s de uno. Solo alg¨²n experto acertar¨¢ con el Monumento Natural de Cobijeru. Que sea salvaje su geomorfolog¨ªa tipo bons¨¢i no implica que no re¨²na los atributos de una playa verde.
Dejar el coche en Buelna (Llanes). Tras el puente ferroviario giramos a la derecha y en 10 minutos la campi?a nos deja en un acantilado c¨¢rstico con encinas a la vista; profundamente erosionado y por cuyas fisuras entra el mar cerca de donde un arco p¨¦treo ¡ªSalto del Caballo¡ª hace las delicias del paseante. La cueva que comunica con el acantilado no est¨¢ habilitada para el turismo: requiere linterna y bajamar. Cerca est¨¢ La Vega de Pendueles (http://vegadependueles.com), hotel-casona de indianos especializado en recibir mascotas.
Ca?o de la Culata
Cartaya (Huelva)
Si la flecha del Rompido conquista con sus 12 kil¨®metros de arena en paralelo a la costa, el Ca?o de la Culata lo hace con la vista puesta en la bocana que forma dicha flecha, en un escenario de r¨ªa donde convive el camale¨®n con arenas blancas que la Costa de la Luz hace refulgir hasta cegar la vista. En las ¨²ltimas casas de Nuevo Portil en direcci¨®n a El Rompido surge la rotonda y el aparcamiento del que nos separan 50 metros del ca?o, piscina natural de agua marina ideal para ni?os. En su chiringuito, Manuel G¨®mez atiende a los visitantes desde hace 12 a?os. Es una terraza que envicia, de la que cuesta moverse, degustando rodajas de corvina y caviar y vodka ruso (su mujer, Tania, es ucraniana). Desde esta zona de ba?o sin socavones no hay lugar para el aburrimiento debido al trasiego constante de embarcaciones, cuando no por sus atardeceres.
Playa de la Torre Derribada
San Pedro del Pinatar (Murcia)
Ajenas al traj¨ªn del mar Menor, existen alternativas a mar abierto que despiertan encendidas adhesiones entre los amantes de la naturaleza. De tres kil¨®metros de largo es la playa de la Torre Derribada, que guarda el Parque Regional de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar. A un kil¨®metro del centro de visitantes arranca la larga pasarela, en s¨ª un compendio de diversidad paisaj¨ªstica: saladares, pinos y dunas, de las mejores en su g¨¦nero de Murcia, que avanzan literalmente como olas lent¨ªsimas empujadas por el viento. En los estanques salineros marisquean unos 2.000 flamencos, de gran plasticidad cuando alzan el vuelo. Poco antes del puerto existe otro acceso, m¨¢s sencillo, a la playa, pertrechado con techado para coches, aseos, observatorios ornitol¨®gicos y pasarela. De la torre no quedan vestigios.
G¨¹i-G¨¹i
Aldea de San Nicol¨¢s (Gran Canaria)
Los adjetivos paradisiaco y remoto no siempre se usan con el rigor debido. En el caso que nos ocupa, s¨ª. G¨¹i-G¨¹i (lugar de acantilados en lengua aborigen) responde perfectamente a la fisonom¨ªa de play¨®n salvaje, pero que exige cierto arrojo monta?ero.
Su acceso m¨¢s corto, salvando un risco de 500 metros de desnivel, parte de la aldea de Tasartico. Dos horas y 15 minutos de caminata por un sendero rehabilitado (la se?alizaci¨®n llegar¨¢ a final del verano) para la que se recomienda madrugar, gorro, botas de monta?a, bolsa de basura y dos litros de agua por persona. Tomar referencias visuales en la bajada para orientarse a la vuelta.
Mirando al Teide nos recibe G¨¹i-G¨¹i Grande, con la nada desde?able particularidad de contar con manguerita de agua potable. En marea baja se pasa al barranco arenoso de G¨¹i-G¨¹i Chico (observar la tabla de mareas para no quedarse atrapados varias horas), encerrado majestuosamente por riscos afilados. El para¨ªso canario. La hora l¨ªmite de regreso en julio: 18.00. Evitar los d¨ªas t¨®rridos de agosto.
El acceso en barco tambi¨¦n reviste peligro: no existe embarcadero y la fuerza de las mareas reduce al m¨ªnimo el horario de aproximaci¨®n a la playa.
Benijo
Taganana (Tenerife)
Acudir a Benijo es hacerlo a uno de los espacios mejor salvaguardados de las islas Canarias: la pen¨ªnsula de Anaga. Lo mismo que la bajada en coche a Taganana, el descenso a pie a Benijo se beneficia de una radical singularidad paisaj¨ªstica. Habremos dejado atr¨¢s el embarcadero del Roque de las Bodegas y la playa de Alm¨¢ciga, surfera.
Para no abrasarse m¨¢s de lo debido ¡ªla arena negra volc¨¢nica no perdona¡ª, lo mejor es madrugar, aparcar cerca del restaurante El Front¨®n (luego daremos cuenta de su pulpo frito; 922 59 02 38), y aprovechar las sombras imperantes. Si coincide la bajamar, mucho mejor. Sus oscuros farallones de relieve accidentado hacen causa com¨²n con la fragosidad imperante, y la vista a lo lejos del Roque de Afuera apunta la excelencia visual. Incluso si dominan las brumas por efecto de los alisios, el bronceado est¨¢ garantizado.
Cala B¨®quer
Pollen?a (Mallorca)
Esta cala pedregosa de apenas 40 metros de largo es la excusa perfecta para una jornada senderista tan f¨¢cil (6 kil¨®metros en total), como abundante en panor¨¢micas. Por la avenida Bochoris de Port de Pollen?a se cruza la v¨ªa de circunvalaci¨®n y se bordea respetuosamente la casona de la possessi¨® (finca) de B¨®quer, que atravesamos m¨¢s adelante. Son unos 40 minutos de caminata por un fondo ancho de barranco que forma la sierra del Cavall Bernat y que los avistadores de avifauna, ingleses en su mayor¨ªa, disfrutan durante las migraciones. Rara vez faltan cabras triscando por las bre?as. Escoltada por enormes acantilados, en cala B¨®quer lo mejor es sentarse en alguno de los maderos que arroja la marea y fijar la vista en el cabo Formentor. Todo tiene una fuerza elemental, desnuda.
La Salvaje
Sopelana y Getxo (Bizkaia)
Su nombre responde fielmente a la realidad. Un trozo de naturaleza arenosa que los acantilados han preservado en pleno Gran Bilbao y que demanda un paseo hasta el rompiente. La Salvaje, como llaman a la hondartza (playa) de Barinatxe, se significa por su ventosidad y fuerte oleaje, lo que permite planear a gusto a los parapentistas (www.parapentesopelana.com), y a los surfistas (www.lasalbajesurfeskola.com) ejecutar sus particulares pinitos sobre las tablas. Su ra¨ªz naturista pervive en el sector occidental, correspondiente a Getxo; l¨¢stima que este a?o deje de celebrarse su carrera nudista. Para evitar problemas de aparcamiento (es, adem¨¢s, zona azul), muchos acuden en metro hasta Sopelana para tomar despu¨¦s la lanzadera a la playa. El Pe?¨®n es siempre referencia chill out en la playa de Atxabiribil.
Soesto
Laxe (A Coru?a)
En la publicidad institucional de este verano, la Xunta de Galicia hace especial hincapi¨¦ en sus bravos arenales, muy indicados para estas fechas por la acci¨®n refrescante del viento. El que lleva por nombre Soesto es poco conocido en la Costa da Morte; salvo para los surfistas, que han hecho de ella el sal¨®n de su casa gracias a su orientaci¨®n noroeste que garantiza oleaje todo el a?o; en sus tres picos se originan tanto olas de izquierda como de derecha. El Circuito Galego de Surf tiene previsto pruebas los d¨ªas 24, 25 y 26 de agosto.
Soesto es perfecta para quienes rara vez se zambullen en el mar; para los que solo lo contemplan y se extas¨ªan mirando la naturaleza primigenia de sus dunas encajadas entre los montes Catasol y O Pi?¨®n. Ir andando despu¨¦s hasta la playa de Traba.
Los Muertos
Carboneras (Almer¨ªa)
Si a un lado de Carboneras se ultima la demolici¨®n del hotel El Algarrobico, al otro se desarrollan, esta vez con todos los pl¨¢cets medioambientales, las obras del nuevo aparcamiento de la playa de Los Muertos, situada en el extremo septentrional del Parque Natural del cabo de Gata-N¨ªjar.
Para bajar a esta id¨ªlica playa los hay que se dejan caer por atajos. Y no. Lo recomendable es caminar cinco minutos hacia el puerto, sin perder altura, hasta el espectacular mirador playero. Despu¨¦s, s¨ª, bajar hasta la orilla de chinorros (piedrecillas). Las aguas claras, por la falta de arena, ofrecen una ingente paleta de azules. Se remata el escenario con un roquedo desgajado de la meseta volc¨¢nica de Mesa Rold¨¢n. Cuando sopla el Levante, la playa se revela peligros¨ªsima. Como peligrosa es la tarifa del aparcamiento: cuatro euros.
S'Espalmador
Cabrera (Mallorca)
El verano desaconseja el senderismo en las islas Baleares, raz¨®n de m¨¢s para disfrutar de una traves¨ªa marina al parque nacional de Cabrera. Muy divertidas son las que se cubren en lancha r¨¢pida (www.marcabrera.com y www.excursionsacabrera.es), tomando como punto de partida Col¨°nia de Sant Jordi (Ses Salines). La excursi¨®n a Cabrera se combina con un chapuz¨®n en la cueva Azul y, a veces, un recorrido en torno a la isla principal, Cabrera Gran.
En casi todas las excursiones quedan unas pocas horas para disfrutar del maravilloso Port de Cabrera, salpicado con veleros atracados. Unas horas que se barruntan suficientes para caminar en 5 minutos a la cala arenosa de Cas Pag¨¨s y en 15 minutos m¨¢s a S¡¯Espalmador, alfombrada con piedrecillas. Llevar gafas de buceo: el agua es tan transparente que se aprecian con toda claridad sargos y obladas, con suerte alg¨²n mero.
Cala Pilar
Ciudadela (Menorca)
He aqu¨ª un ejemplo muy representativo y bien conservado de lo que fue el litoral balear antes del desarrollo tur¨ªstico. Para conocer a la norte?a cala Pilar hay que salir de Ferreries y 5,3 kil¨®metros despu¨¦s del desv¨ªo a cala Galdana, desviarse a mano derecha. Tras dejar el coche, proseguir a pie unos 45 minutos. A este desmayo de carm¨ªn, por efecto de una falla geol¨®gica, lo se?ala un monumental sistema dunar remontante hasta casi la zona de cuevas. Pilar conserva una fuente y un bosquete mediterr¨¢neo, en tanto que sobrevuelan la monta?a Mala cormoranes y halcones. Quien m¨¢s quien menos se embadurna con tierra arcillosa, al parecer de propiedades terap¨¦uticas. Del mar, no fiarse ni un ¨¢pice.
Cala Pedrosa
L'Estarit (Torroella de Montgri¨ª, Girona)
Otra caleta aliada del senderista. Y que se ajusta palmariamente al adjetivo costabravense. La Pedrosa ocupa el extremo de un barranco grat¨ªsimo que serpea entre lianas y madreselvas. Y, como su propio nombre indica, la tapizan guijarros. Raro es el d¨ªa en que no fondean barcas tradicionales (llauds) sobre fondos marinos parangonables a los de las cercanas islas Medas.
Al encontrarse a los pies del macizo de Montgr¨ª, se oscurece apenas cae la tarde. Llevar prism¨¢ticos para contemplar las colonias de gaviotas de la isla Pedrosa y, al otro lado, la roca Foradada, atravesada por kayaks y peque?as lanchas. Calcular una hora y 15 minutos de caminata desde la Pujada Primavera de l¡¯Estartit.
Melide
Isla de Ons (Bueu, Pontevedra)
La de Ons es una isla con vida rural propia que conserva paisajes fascinantes integrados en el Parque Nacional de las Islas Atl¨¢nticas de Galicia. Su orograf¨ªa es alongada; su costa, m¨¢s bien arisca; su playa de Melide, apacible y segura para el ba?o. En barco se accede a Ons desde Bueu (www.piratasdenabia.com e www.islasdeons.com) y Portonovo (www.piratasdenabia.com). Tras pasar al menos por el mirador de Fedorentos, se puede caminar desde el puerto hasta Melide (20 minutos): excelsa franja de blanqu¨ªsima arena como de talco besada por aguas transparentes. Su escenario, en la zona m¨¢s tranquila y mejor preservada de Ons, conserva el verde de tojos y helechos. Dos cordones dunares acent¨²an su capacidad de seducci¨®n. Obligado es, finalmente, dar cuenta del pulpo insular.
Valdevaqueros
Tarifa (C¨¢diz)
Los proyectos urbanizadores en las proximidades de Es Trenc (Mallorca) y Valdevaqueros (Tarifa) evidencian que ni la crisis logra poner coto a la presi¨®n constructora. El viajero har¨¢ bien en acercarse a Valdevaqueros para intentar imaginar c¨®mo le podr¨ªa afectar a esta playa virgen 1.400 plazas hoteleras y 350 viviendas. Admirar a la vez su blancura incandescente, la manera en que el Atl¨¢ntico dibuja su ensenada; c¨®mo evolucionan windsurfistas y kitesurfistas en zonas acotadas para ello. Extendi¨¦ndose la vista se elevan las sierras de Oj¨¦n y Betis, quiz¨¢ algunas vacas cerca de la laguna. ?Y qu¨¦ hay de lo intangible? Ese aire alternativo-deportivo-internacional en modo relax. Nada m¨¢s agradable que sentarse bajo la duna de Punta Paloma, cerca del chorrito del Ca?uelo, para ver despuntar el sol en el parque natural. ?La fascinaci¨®n del Estrecho!
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