Kioto desde la bicicleta
Del templo dorado al Museo del Manga, traves¨ªa por la ciudad japonesa
En Occidente, la m¨¢s poderosa aliada de la belleza fue siempre la luz; en la est¨¦tica tradicional japonesa lo esencial est¨¢ en captar el enigma de la sombra; lo bello no es sino ¡°un sutil juego de claroscuros que delimita un espacio rigurosamente vac¨ªo¡±. Desarrollada con gran refinamiento por Junichir¨° Tanizaki (1886-1965) en su ensayo Elogio de la sombra(1933), esa idea impregna el pensamiento y la est¨¦tica tradicional japoneses, y es tambi¨¦n la clave ¡°para descubrir el alma de la arquitectura a trav¨¦s de los grados de opacidad de los materiales, el silencio y la penumbra del espacio vac¨ªo¡±. Kioto es una ciudad de silencios y penumbras, ¡°un lugar para gozar la punzante melancol¨ªa de las cosas¡±, seg¨²n Tanizaki. Elegante, sobria y discreta.
Ganas de pedalear y un buen mapa son las mejores armas para una apacible traves¨ªa por sus calles. Kyoto Cycling Tour cuenta con al menos cinco bases de alquiler y entrega de bicis por la ciudad; los conductores japoneses son muy respetuosos con los ciclistas, y las distancias, asequibles. Uno de los itinerarios m¨¢s sugerentes, de siete kil¨®metros, es el que une el templo del pabell¨®n dorado (Kinkaku-Ji) y Arashiyama, la Monta?a de las Tormentas, en el distrito de Sagano, al noroeste de Kioto.
Gu¨ªa
Informaci¨®n
- Turkish Airlines vuela al aeropuerto de Kansai (Osaka y Kioto) desde Barcelona, Bilbao, Madrid, M¨¢laga y Valencia, con escala en Estambul, desde 559 euros, ida y vuelta.
- Gion Hatanaka, restaurante y Ryokan.
- Sagano Yu, caf¨¦ restaurante en Arashiyama.
- M¨¢s informaci¨®n en www.kyoto.travel y www.jnto.go.jp.
El pabell¨®n dorado (Kinkakuji) del templo de Rokuonji, al borde de un lago sobre el que se refleja, es de una armoniosa levedad. Parece estar construido de briznas de paja dorada, tan liviano que parece a punto de arrancarse a volar con un soplo de viento. Tiene tres plantas, las dos superiores cubiertas por pan de oro. Despu¨¦s de un paseo por Kinkakuji, entre delicados arces japoneses y jardines de grava, uno se siente un poco m¨¢s feliz.
Un tramo del camino hasta Arashiyama discurre por barrios residenciales. Casas bajas con los tradicionales sh¨°ji, tabiques m¨®viles formados por una armadura de listones de cuadr¨ªculas apretadas, sobre la que se pega un papel blanco espeso que deja pasar la luz, pero no la vista, se vislumbran en bosquecillos de donde llega un olor a verdor y a musgo. Arquitectura tradicional que transporta a algunas obras de Frank Lloyd Wright.
El silencio se acompasa al runr¨²n de las bicis por una senda que conduce al bosque de bamb¨² gigante de Sagano. El sitio es muy visitado, por lo que conviene llegar pronto, mejor al amanecer, cuando el sol se filtra entre las ramas y la brisa hace susurrar los miles de tallos de bamb¨² como los tubos de un ¨®rgano en una iglesia vegetal. La senda conduce hasta el templo zen de Tenryu, patrimonio mundial, del siglo XIII. Hasta marzo, los pabellones de este santuario levantado por el shogun Ashikaga Takauji al oeste de Kioto est¨¢n cerrados al p¨²blico por restauraci¨®n, pero lo m¨¢s interesante son sus jardines, dise?ados para ofrecer una vista perfecta desde cualquiera de sus miradores. En su estanque, siete rocas cuidadosamente dispuestas, cubiertas de hierba y musgo, recrean los paisajes de Penglai, la legendaria isla china de los inmortales.
Visitas: En busca de samur¨¢is, ¡®geikos¡¯ y dragones
01 Toei Movie Studio
02 Zen Ryan-ji, el templo del Drag¨®n Tranquilo
03 Kiyomizu-Dera, el templo del Agua Pura
04 Santuario de Taizo-in
05 Museo Internacional del Manga
06 Sal¨®n del F¨¦nix del templo de Byodo-in (Uji)
07 Fushimi-Inari, el templo de las mil puertas
08 Distrito de Gion
Ninjas y samur¨¢is de pega, efectos especiales, shurikens y catanas de madera en un parque tem¨¢tico (www.toei-eigamura.com/en) para los ni?os en la ruta hacia Sagano.
Quince grupos de 17 rocas a la deriva en un mar de grava blanca que los monjes rastrillan a diario en un prodigio de perspectiva y tensi¨®n visual. Construido hacia 1480, durante la era Muromachi, este jard¨ªn seco (kare sansui) es considerado la m¨¢xima expresi¨®n del budismo zen. Un monumento a la calma, la libertad, la ligereza.
Colgado en una ladera boscosa de una de las colinas en la zona oriental del barrio de Gion, este templo budista lleva 1.200 a?os recibiendo a los peregrinos que acuden para beber de su manantial sagrado y orar ante la imagen de Kannon Bosatsu, la diosa de los mil brazos que se custodia en una oscura capilla del templo principal, una balconada de madera en lo alto de un frondoso bosque. El templo est¨¢ en lo alto de una pendiente, al final de dos calles adoquinadas ¡ªNinne-zaka y Sannen-zaka¡ª repletas de tiendas de artesan¨ªa.
Se trata de un peque?o santuario zen dentro del complejo de templos de Myoshinji, y su joya es El siluro y la calabaza, una pintura poema encargada por el shogun Ashikaga Yoshimochi a Josetsu, artista zen de principios del siglo XV. El tema de la pintura es un koan, o acertijo zen, sobre c¨®mo atrapar a un escurridizo siluro con una peque?a y resbaladiza calabaza.
Abierto en 2006 para albergar m¨¢s de 200.000 historietas ilustradas, algunas de la Era Meiji (entre 1868 y 1912). M¨¢s informaci¨®n en www.kyotomm.jp/english.
Es el lugar donde Minamoto no Yorimasa cometer¨ªa seppuku (harakiri) en 1180. Ser¨ªa el primer caso registrado de suicidio ritual de un samur¨¢i en la historia japonesa.
A 15 minutos en tren de Kioto, este santuario sinto¨ªsta es un laberinto de toriis (puertas sagradas) que se adentra en el monte y parece no tener fin.
Uno de los pocos lugares en Jap¨®n donde todav¨ªa es posible encontrar la arquitectura tradicional y la atm¨®sfera de geishas y samur¨¢is con la que asociamos al pa¨ªs. En Kioto hay cuatro barrios de geishas (all¨ª prefieren llamarse geiko, las hijas de las artes); las aprendices, j¨®venes de entre 16 y 21 a?os, reciben el nombre de maiko.
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