Devoci¨®n por la comida casera

En julio de 2013, el joyero Emiliano Su¨¢rez y su socio Jos¨¦ Gabriel Blanco inauguraban este restaurante en Madrid, espacio cosmopolita con pretendidas hechuras de brasseriey pautas a la ¨²ltima. Al interiorismo de L¨¢zaro Rosa Viol¨¢n se suman horarios ininterrumpidos (entre las doce de la ma?ana y las dos de la madrugada), una amplia selecci¨®n de c¨®cteles, dos cartas de cocina (mesas y barra), actuaciones musicales en vivo, recetas para llevar, platos ecol¨®gicos y para celiacos, tragos especiales de media tarde, vestimenta del personal de Lander Urquijo y hasta una vajilla personalizada por los hermanos Chichinabo. M¨¢s vers¨¢til imposible y m¨¢s aspiracional tampoco.

Hace algunos d¨ªas, su jefe de cocina, I?aki Rodrigo, ganaba el X Concurso Nacional de Pinchos y Tapas de Valladolid con el bocadito Qu¨¦ percibes...?, sabroso trampantojo que emula falsos percebes elaborados con fuagr¨¢s. La devoci¨®n de Su¨¢rez por la cocina casera ¡ªsobre la que public¨® dos libros (Los veinte magn¨ªficos, en 2006 y 2008) ensalzando sus casas de comidas favoritas¡ª se refleja en una carta presidida por recetas que suponen un recorrido por la cocina tradicional espa?ola con concesiones espor¨¢dicas a platos internacionales. Todo muy previsible, incluido un escueto listado de recetas de cuchara (lentejas con chorizo, alubias), adem¨¢s del pollo de caser¨ªo, a las que se suman ensaladas y arroces que intentan ser originales. Especialidades que pueden solicitarse en medias raciones.

No est¨¢ mal, aunque sea mejorable, su jam¨®n ib¨¦rico con pan de cristal, aceite y tomate rallado, y no desentonan sus patatas chip caseras con anchoas y boquerones en vinagre. Por el contrario, el tartar de at¨²n, que en oto?o se anuncia indebidamente de almadraba, se malogra con aderezos que anulan el pescado. No convence el pulpo encebollado, algo deslavazado, y roza el desprop¨®sito el huevo a 65? sobre patatas cocidas al que se a?aden patatas fritas en bastones, escamas de cebolla crujientes, trufa rallada y caldo, popurr¨ª inexplicable. La cordura regresa con los taquitos de merluza rebozada con un pisto magn¨ªfico, mientras que las carrilleras estofadas mantienen su tono casero. El desequilibrio vuelve otra vez con una hamburguesa discreta moldeada como un pepito gigante que se desmorona por culpa de un pan inadecuado.

Entre los postres figura su torrija, que aparenta, pero no convence, y un cheese punk cake bastante conseguido. La bodega, escueta, pero suficiente, con algunos vinos exclusivos, cubre los planteamientos de la casa.

{ "active": true, "code": "187514", "elementType": "offerExtension", "id": 10, "name": "MADRID", "service": "tripadvisor" }