20 fotos
20 experiencias napolitanas Ruta con 20 paradas por la apasionante capital de la regi¨®n de Campania, su incre¨ªble bah¨ªa y la cercana Costa de Amalfi, entre genuinos mercados callejeros, templos arqueol¨®gicos, el metro m¨¢s arty de Italia, misteriosas catacumbas, el cr¨¢ter del monte Vesubio y los mejores restaurantes para pedirse una pizza napolitana. Entre claustros, capillas secretas y estridentes 'pizzaioli' (fabricantes de pizza), las calles principales del ¡®Centro Storico¡¯ siguen el trazado de las v¨ªas originales de la antigua N¨¢poles. Ruidosa mezcla urbana repleta de contradicciones, con silenciosas ruinas, fachadas que esconden magn¨ªficos interiores barrocos y santuarios pegados a bares hedonistas. No existe otra zona de la ciudad m¨¢s sorprendente y ninguna otra concentran tantos tesoros art¨ªsticos: la Porta Nolana, la Santissima Annunziata, la Bas¨ªlica de San Paolo Maggiore ¨Ccuya sacrist¨ªa barroca es una de las maravillas de la ciudad¨C o la Chiesa e Chiostro di San Gregorio Armeno, famoso por el semanal milagro de Santa Patricia, cuya sangre, se dice, se lic¨²a cada martes. Pero hay m¨¢s. Tiendas especializadas en 'presepi' (nuestros belenes, una herencia napolitana), en la V¨ªa San Gregorio Armeno, la librer¨ªa de culto Dante & Descartes o la Piazza del Ges¨² Nuovo, siempre animada por las noches. Ton Koene/Corbis Los mercados callejeros napolitanos se convierten en un espect¨¢culo para los sentidos, m¨¢s parecidos a un bazar magreb¨ª que a una lonja europea, con tenderos anunciando su g¨¦nero, cabezas de pez espada expuestas ante el p¨²blico y el irresistible perfume del crujiente pan 'casareccio' (casero) o la 'sfogiatelle' (pasta rellena de ricota) reci¨¦n hecha. Desde el informal Mercato di Porta Nolana (en la V¨ªa Sopramuro), al de Montesanto (en la foto) o La Pignasecca, el m¨¢s antiguo de la ciudad, con puestos donde el pescado a¨²n colea o establecimientos especializados en quesos y vinos locales, como Antiche Delizie. getty Palacios cargados de lienzos, esculturas enormes y una oda tecnol¨®gica a la ¨®pera m¨¢s grande de Italia. N¨¢poles rebosa de museos y galer¨ªas de obligada visita, como el Museo Arqueol¨®gico Nacional; joyas menos conocidas como el Museo del Tessile e dell¡¯ Abbligamento Elena Aldobrandini, o arte moderno en una gran fortaleza napolitana, en el Museo del Novecento. Pero hay que comenzar por el Palazzo Reale di Capodimonte (en la foto), que re¨²ne desde cl¨¢sicos como Botticelli y Caravaggio hasta el t¨®tem del 'pop art', Andy Warhol. Proyectado como un sencillo pabell¨®n de caza para el rey Carlos III, 'creci¨®' por orden de este hasta convertirse en un enorme palazzo. Abarcar su colecci¨®n de arte en un d¨ªa resulta imposible; en una ma?ana quedaremos abrumados por centenares de cuadros (Botticelli, Ribera, Giordano, Rafael, Tiziano, Caravaggio), a los que se suman valiosas porcelanas y esculturas napolitanas. Pero su ubicaci¨®n, en un parque con lagos y bosques, garantiza el relax tras el atrac¨®n art¨ªstico. danilo donadoni/getty En N¨¢poles, la definici¨®n de arte 'underground' es literal: muchas de las estaciones de su red de metro est¨¢n dise?adas o decoradas por artistas de fama internacional. En la estaci¨®n de Vanvitelli est¨¢n las luces de ne¨®n de Mario Merz; en Salvator Rosa una ingeniosa instalaci¨®n de Perino & Vele, mientras que la parada de Materdei acoge los murales tecnicolor de Sol LeWitt. Adem¨¢s, las fotograf¨ªas de los mejores autores italianos decoran la estaci¨®n de Museo y en la de Dante encontraremos una inquietante instalaci¨®n de zapatos de Jannis Kounellis. La mayor¨ªa de ellas pertenecen a la l¨ªnea 1 ¨Cen la foto, intervenci¨®n del dise?ador y arquitecto catal¨¢n ?scar Tusquets, en colaboraci¨®n con el director teatral y artista visual Robert Wilson, en la estaci¨®n de Toledo¨C y existen circuitos organizados para recorrer las m¨¢s destacadas que se pueden consultar y reservar en www.metro.na.it. Salvatore Micillo/istock Viviendo a la sombra del Vesubio, los napolitanos hacen suyo el lema de 'carpe diem' (aprovecha el momento). A su alrededor tienen varios recordatorios hist¨®ricos ¨CPompeya, Herculano, Pozzuoli, Baia y Cuma¨C de que la vida es corta e imprevisible. La joya sigue siendo Pompeya, donde se puede contemplar c¨®mo era la vida cotidiana en una pr¨®spera ciudad romana. Se puede pasear por sus calles, contemplar el foro, entrar en el burdel, ver el teatro (con aforo para 5.000 personas) o disfrutar de los restaurados frescos de Villa dei Misteri (en la foto). Pero hay otros restos arqueol¨®gicos m¨¢s antiguos e igual de valiosos, como el sitio arqueol¨®gico de Paestum, siguiendo la costa hacia el sur: templos griegos realmente m¨¢gicos rodeados de campos y flores. Alessio Paduano/corbis Ubicado en pleno coraz¨®n de N¨¢poles, el Museo Archeologico Nacional re¨²ne una colecci¨®n incomparable de esculturas antiguas, mosaicos, frescos y artes decorativas. Es uno de los museos m¨¢s importantes del mundo, creado por el rey Carlos III de Espa?a (VII para los napolitanos) para albergar la valiosa colecci¨®n de antig¨¹edades heredada de su madre, Isabel de Farnesio. Aqu¨ª se guardan algunos de los mejores mosaicos y frescos de Pompeya y Herculano, adem¨¢s de esculturas cl¨¢sicas, como el impresionante Toro Farnesio, cristaler¨ªa y frescos que adornaron las elegantes villas de la regi¨®n. Incluso una pincelada del libertinaje de la antigua Roma se puede contemplar en el famoso Gabinetto Segreto (c¨¢mara secreta del museo). El edificio es inmenso. Hay que ir preparado para enfrentarse a cuatro pisos repletos de galer¨ªas y a una abrumadora colecci¨®n de piezas. Peter Barritt/corbis En los alrededores de N¨¢poles hay m¨¢s lugares impresionantes para los enamorados del mundo cl¨¢sico, y menos conocidos por los turistas que Pompeya y Herculano. Es el caso de la Villa Oplontis, supuesta casa de Popea, segunda esposa de Ner¨®n, adornada con frescos fabulosos. Oplontis fue un barrio mar¨ªtimo de alto nivel bajo el control administrativo de Pompeya. La llamada Villa Poppaea (en la imagen), con jard¨ªn y una envidiable piscina, est¨¢ abierta al p¨²blico y se encuentra junto a la estaci¨®n de trenes de Torre Annunziata Circumvesuviana. Si recorremos la costa amalfitana encontraremos otra interesante visita en Minori, pueblo peque?o pueblo y muy aut¨¦ntico. En la Villa Roma Antiquarium se puede ver c¨®mo era la vida en esta lujosa casa del siglo I, con sauna propia. Es un ejemplo t¨ªpico de residencia vacacional de la nobleza romana en la ¨¦poca anterior a la erupci¨®n del Vesubio. S. LOMBARDI VALLAURI/getty Acueductos espectrales, misteriosas criptas, catacumbas y calles silenciosas: bajo el actual suelo napolitano se conserva un tesoro de ruinas grecorromanas en el Complesso Monumentale di San Lorenzo Maggiore, cuya impresionante bas¨ªlica est¨¢ considerada uno de los mejores edificios medievales de la ciudad. Se puede evocar f¨¢cilmente la N¨¢poles grecorromana paseando por sus antiguas panader¨ªas, bodegas y lavander¨ªas. Incluso hay un criptop¨®rtico (mercado cubierto) con siete salas abovedadas. Otra experiencia subterr¨¢nea es el circuito guiado de Napoli Sotterranea, acueductos, pasadizos y cisternas tallados por los griegos para extraer piedra de toba y canalizar el agua procedente del Vesubio. Tambi¨¦n bajo tierra encontramos las restauradas catacumbas de San Gennaro (en la foto), las m¨¢s antiguas y sagradas de N¨¢poles, lugar de peregrinaci¨®n repleto de tumbas, anchos vest¨ªbulos e incluso frescos cristianos del siglo II. getty Una noche en el Teatro San Carlo, la ¨®pera m¨¢s antigua de Italia, es una experiencia m¨¢gica. Aunque el teatro original es de 1737, la reconstrucci¨®n realizada en el siglo XIX ¨Cse quem¨® en 1816¨C mantuvo toda la opulencia del viejo edificio. Los seis niveles de palcos dorados y su magn¨ªfica ac¨²stica siguen deslumbrando a los visitantes ¨Cdispone de rutas guiadas¨C y ofrecen un escenario inmejorable para la ¨®pera, el ballet y las sinfon¨ªas contempor¨¢neas. Los domingos hay visitas especiales (bajo reserva previa) que incluyen un aperitivo y encuentros con artistas, mientras el contiguo Palazzo Reale alberga el Memus, nuevo museo multimedia del teatro. Ton Koene/corbis Cuando en toda Italia se dice que ¡°si mangia bene a Napoli¡± (se come bien en N¨¢poles) es por algo. En sus calles se encuentran algunos de los productos y sabores m¨¢s ic¨®nicos del pa¨ªs: caf¨¦, pizza, tomate, 'sfogliatelle' (pastas dulces con ricota), 'bab¨¤' (dulces esponjosos con ron) y una amplia selecci¨®n de marisco elaborado de mil formas diferentes. Entre los restaurantes napolitanos, el Palazzo Petrucci invita a realizar un viaje gastro a trav¨¦s de sus creaciones de nueva cocina y ambiente refinado. Para saborear el mejor pescado fresco hay que acudir a Da Bruno, en el barrio de Santa Luc¨ªa, mientras que la cocina con sutiles toques modernos del Ristorantino dell¡¯Avvocato se ha ganado el respeto de los gastr¨®nomos napolitanos. Para enamorados de Sof¨ªa Loren, la Pizzeria Starita, con m¨¢s de 60 variedades; de su cocina salieron las 'pizze fritte' que la m¨ªtica actriz vend¨ªa en 'El oro de N¨¢poles'. Y en la cercana Costa Amalfitana, Donna Rosa es toda una instituci¨®n de fama justificada. Humilde 'trattoria' en sus or¨ªgenes, es uno de los restaurantes m¨¢s reputados del litoral, en la ladera de Montepertuso, sobre Positano. Massimo Borchi/corbis Uno de los mejores lugares para relajarse y tomar algo en N¨¢poles es esta plaza rodeada de bares con un toque hist¨®rico: las ruinas de las murallas griegas del siglo IV. Lugar de encuentro para los bohemios napolitanos, por las noches acoge a grupos de universitarios y mucho coqueteo. La plaza alberga tambi¨¦n la sede de los mastiffs, grupo de seguidores del N¨¢poles, club de f¨²tbol local, ubicada entre el disoluto Caff¨¨ Arabo y el literario Intra Moenia, una librer¨ªa, caf¨¦ y editorial librepensadora id¨®nea para comprar postales de estilo antiguo o tomar un prosecco y un tentempi¨¦. Armando Mancini/flickr N¨¢poles est¨¢ lleno de rincones curiosos, alejados de convencionalismos viajeros. Por ejemplo, el macabro Cimitero delle Fontanelle (en la foto), donde se rinde culto a las calaveras y se conservan, aproximadamente, ocho millones de huesos humanos. A finales del siglo XIX se convirti¨® en un lugar para la veneraci¨®n a los muertos -el llamado culto delle anime pezzentelle (culto a las almas indigentes)-, cuando los napolitanos empezaron a adoptar calaveras y a rezar por sus almas. Esta pr¨¢ctica fetichista fue prohibida en 1969, aunque el cementerio sigue siendo una muestra importante de la uni¨®n entre lo sagrado y lo profano en la espiritualidad napolitana. Emiliano Vincenti/istock El volc¨¢n que diezm¨® Pompeya y Herculano en el a?o 79 despu¨¦s de Cristo preside la bah¨ªa de N¨¢poles como una amenaza bella y silenciosa. El Vesubio, en calma desde 1944, es el ¨²nico volc¨¢n activo de la Europa continental y se alza a 1.281 metros sobre cerca de tres millones de napolitanos. Sus laderas forman parte del Parco Nazionale del Vesuvio, un ¨¢rea que se puede recorrer a trav¨¦s de tranquilos senderos. Desde la cima se puede contemplar tanto la boca del volc¨¢n como una gran panor¨¢mica que abarca desde el mar Tirreno a los Apeninos. Aunque muchos lo desconocen, la entrada al parque incluye un paseo guiado gratuito alrededor del cr¨¢ter. A medio camino de la cima est¨¢ el Museo dell¡¯ Osservatorio Vesuviano, que sintetiza la historia de 2.000 a?os de observaci¨®n del Vesubio. Trish Semple/corbis Para muchos, este tramo de litoral es uno de los lugares m¨¢s bellos del mundo. Desde luego, es uno de los m¨¢s fotog¨¦nicos. Al sur de la bah¨ªa de N¨¢poles, cerrando un amplio golfo, dibuja un paisaje mediterr¨¢neo de gran espectacularidad: monta?as escarpadas y verticales riscos que se adentran en el mar, salpicados de pueblos pintorescos como Positano, Amalfi y Ravello ¨Cfamoso por sus villas y conexiones wagnerianas¨C, as¨ª como Sorrento y Salerno, accesos principales a la costa. El primero, ubicado sobre un acantilado, ha sobrevivido al turismo masivo, mientras que Salerno es un puerto sosegado de encanto cotidiano. Entre los mejores restaurantes de la costa, adem¨¢s del ya mencionado Donna Rosa, destaca L¡¯Antica Trattoria, en Sorrento, con una terraza superior de flores emparradas y azulejos tradicionales. B¨¢sicamente, lo que se espera de una rom¨¢ntica trattoria en el sur de Italia. getty Con su fotog¨¦nica composici¨®n de casas de tonos pastel ¨Crosados, melocot¨®n y tierra¨C que parecen precipitarse hacia el mar, Positano es la joya de la Costa Amalfitana. Esta belleza tambi¨¦n se transmite en sus estrechas calles peatonales, repletas de boutiques. Los viajeros que prefieran la buena comida a la moda deben probar el marisco en la terraza de La Cambusa (en la foto). Positano es una de las 55 poblaciones italianas con el sello 'slow city', ciudades con menos de 55.000 habitantes, sin locales de comida r¨¢pida ni vallas publicitarias, con muchos carriles bicis, rutas a pie y restaurantes que sirven comida tradicional a partir de ingredientes locales. lacambusapositano.com Los encantos de la Costa Amalfitana van m¨¢s all¨¢ de sus preciosos pueblos. Aventur¨¢ndose hacia el interior, hay serpenteantes senderos que antes de 1840 eran la ¨²nica forma de moverse, tierra adentro, por la regi¨®n. Los senderos discurren entre pinos, naranjos, orqu¨ªdeas silvestres y viejas ruinas, atravesando paisajes que cambian seg¨²n la luz y la hora del d¨ªa. Solo hay un elemento invariable: las impresionantes vistas del litoral. El llamado Sentiero degli Dei (sendero de los Dioses), veteado de naranjos y olivos, regala infinidad de panor¨¢micas a quienes lo recorren a pie, que se pueden alternar con algunas de las mejores playas amalfitanas, como Baia de Leranto, Spiaggia di Fornillo, Marina di Praia o Bagni Regina Giovana. donchili/flick Ravello emana historia, seductora belleza y lujo ocioso. Entre los suntuosos palacios, iglesias y mansiones de este coqueto pueblo destaca Villa Rufolo, cuyos rom¨¢nticos jardines inspiraron al compositor alem¨¢n Richard Wagner. En homenaje, la villa acoge un fabuloso festival veraniego de m¨²sica cl¨¢sica en su terraza. Conexiones l¨ªricas aparte, Ravello presume de una ubicaci¨®n fant¨¢stica, rodeada de campos verdes, que conserva el recuerdo de otros artistas y escritores como Virginia Woolf o D. H. Lawrence. Aqu¨ª todo es exquisito y el pueblo vive, pr¨¢cticamente, de tan irresistible (y tur¨ªstico) encanto rom¨¢ntico. Olivier Goujon/Corbis Capri ha sido siempre sin¨®nimo de encanto mediterr¨¢neo e im¨¢n para personajes famosos. El primero de todos fue el emperador Tiberio, que ten¨ªa hasta 12 villas en la isla ¨Centre ellas la enorme Villa Jovis¨C en las que daba rienda suelta a sus perversiones sexuales. Pero m¨¢s que las travesuras de Tiberio, fue el descubrimiento de la Grotta Azzurra en 1826 lo que dispar¨® la invasi¨®n de los famosos. Tambi¨¦n fue refugio de revolucionarios rusos, como M¨¢ximo Gorki o el mism¨ªsimo Lenin, y en ella vivieron largas temporadas escritores como Pablo Neruda, Thomas Mann o Graham Greene. Actualmente sigue siendo refugio de las celebrities de Hollywood y terreno de acci¨®n para los paparazzi. Las poblaciones principales (Capri y Anacapri) se dedican exclusivamente al turismo de lujo y todo va en consonancia con ¨¦l. Coquetos caf¨¦s, boutiques de moda, villas con encanto y casas encaladas al m¨¢s puro estilo mediterr¨¢neo, rodeadas de calas secretas, grutas misteriosas y unas profundas aguas azules. Massimo Borchi/corbis La escarpada costa de Capri est¨¢ salpicada de m¨¢s de una docena de cuevas mar¨ªtimas, la mayor¨ªa de ellas accesibles y espectaculares. Pero la m¨¢s famosa es la Grotta Azzurra, que ya era conocida en la Antig¨¹edad, debido a su iridiscente luz de color azul. ?Cu¨¢l es su secreto? La refracci¨®n de la luz del sol a trav¨¦s del agua, que se refleja en la deslumbrante arena blanca, explica la m¨¢gica iluminaci¨®n de la gruta. Se puede visitar a bordo de una barca de madera a remos, guiada por un capit¨¢n que canta. CAHKT/istock Azotada por el viento y con aroma a c¨ªtricos, la peque?a Procida rezuma encanto italiano. Es la isla m¨¢s peque?a del golfo de N¨¢poles y tambi¨¦n su secreto mejor guardado. Las casas de tonos apagados que rodean el puerto son su carta presentaci¨®n, aunque nunca ha sido demasiado tur¨ªstica. Los pescadores zurcen sus redes bajo las coladas tendidas al sol, mientras los camareros de los restaurantes, ya entraditos en a?os, sirven la pesca del d¨ªa. Calles estrechas y enclaves secretos para ba?arse en verano completan la invitaci¨®n, as¨ª como monumentos desmoronados que le otorgan un aire de misterio. Aqu¨ª se puede disfrutar de alguno de los mejores pescados de la regi¨®n, tan fresco que casi aletea. CAHKT/istock