23 fotos23 razones para viajar a PoloniaDel barrio sovi¨¦tico de Cracovia a los montes Tatras, un destino diferente para el veranoLonely Planet29 jun 2016 - 20:28CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEsta ciudad de Silesia, conocida como la peque?a Cracovia, tiene personalidad propia que engancha. Su carisma arquitect¨®nico y cultural, con influencias bohemias, austriacas y prusianas, se aprecia en la magn¨ªfica plaza del mercado (en la foto). Con 12 islas, 130 puentes y parques, su situaci¨®n es perfecta, a orillas del r¨ªo ?der. En la isla de la Catedral, en perfecto estado de conservaci¨®n, nos espera una maravilla de la arquitectura g¨®tica. Wroclaw es adem¨¢s la cuarta ciudad m¨¢s grande del pa¨ªs, el principal centro industrial, educativo y cultural de la regi¨®n, con numerosos teatros, varios festivales importantes, una animada vida nocturna y muchos estudiantes. Lo imprescindible aqu¨ª es recorrer el extenso casco antiguo y, despu¨¦s, visitar la joya de la ciudad (para sus residentes): el Panorama de Raclewice (panoramaraclawicka.pl), una pintura monumental (15 por 114 metros) de la batalla por la independencia (1794) que se visita en un circuito guiado.Witold Skrypczak/GettyLa capital es parada inevitable en cualquier viaje a Polonia. Ciudad culinaria y universitaria (en la foto, pasarela sobre el techo de cristal de la biblioteca de la Universidad) resulta mucho m¨¢s animada de lo que se espera. En lugar de concentrarse en torno a la plaza del mercado viejo, la urbe se expande por una amplia zona de arquitectura diversa, que abarca desde estructuras g¨®ticas restauradas hasta bloques comunistas y edificios modernos. Este batiburrillo es la prueba de un pasado tortuoso: pr¨¢cticamente destruida a finales de la II Guerra Mundial, Varsovia sobrevivi¨® y, actualmente, sus excelentes museos interpretan su compleja historia, desde la alegre m¨²sica de Chopin hasta la tragedia del gueto jud¨ªo. Pero no todo gira en torno al pasado. La oferta gastron¨®mica y de ocio es la mejor del pa¨ªs, la noche ofrece animados bares y discotecas. Algunos hitos imprescindibles: contemplar la ciudad desde el Palacio de Cultura y la Ciencia; los museos del Levantamiento y de la Historia de los Jud¨ªos polacos; las restauraciones de la Ciudad Vieja (por su calidad) y los palacios barrocos y neocl¨¢sicos del parque Lazienki y Willan¨®w.Krzysztof Dydynski/GettyLa gran metr¨®poli de Pomerania, regi¨®n de playas b¨¢lticas al norte del pa¨ªs, es diferente al resto de las ciudades polacas. Siglos de ajetreo como ciudad portuaria dan a sus calles un aire distinto: la arquitectura mezcla la herencia de los ricos mercaderes que acud¨ªan a la ciudad cuando la ciudad formaba parte de la Liga Hanse¨¢tica con la destrucci¨®n de la II Guerra Mundial y la ciudad del futuro que hoy se proyecta. Para apreciarla, hay que deambular por las angostas callejuelas empedradas de la Ciudad Principal, quedarse obnubilados ante sus colosales iglesias de ladrillo rojo, pasear por sus avenidas hist¨®ricas bordeadas por elegantes y esbeltos edificios y peinar sus emblem¨¢ticos caf¨¦s, tiendas de ¨¢mbar y museos. El contrapunto perfecto lo ponen unas buenas cervezas en las terrazas junto al mar. Una referencia inevitable es el Centro Europeo de Solidaridad (ecs.gda.pl), que repasa la lucha hacia la libertad en la Polonia de posguerra y tambi¨¦n los famosos astilleros de la ciudad, donde el electricista Lech Walesa comenz¨® el movimiento que puso en marcha la llegada de la democracia a los pa¨ªses del Este.Christian Kober/GettyEl decano de todos los castillos polacos, el imponente Castillo Real de Wawel, en Cracovia, fue trono de reyes durante m¨¢s de cinco siglos, hasta que el poder se traslad¨® a Varsovia a finales del XVI. Como coraz¨®n pol¨ªtico y cultural de Polonia, esta fortaleza es un s¨ªmbolo nacional y por ello encontraremos largas colas para visitarlo, sobre todo en verano. El palacio renacentista que hoy se visita es del siglo XVI aunque se conserva una residencia original, m¨¢s peque?a, del siglo XI. Hay aposentos reales privados, la t¨ªpica armer¨ªa, el tesoro de la Corona y una joya del arte, la pintura m¨¢s valiosa de la ciudad: ¡®La dama del armi?o¡¯, de Leonardo da Vinci. Incluso hay una Cueva del Drag¨®n donde lo ¨²nico que encontraremos ahora son unas magn¨ªficas vistas sobre el r¨ªo V¨ªstula y los barrios perif¨¦ricos del oeste.Jean Pierre Lescourret/GettyHicieron falta infinidad de ladrillos rojos para levantar la mayor fortaleza medieval de Europa (zamek.malbork.pl). Est¨¢ a 30 kil¨®metros al sureste de Gdansk y es impresionante por dentro y por fuera. Declarada patrimonio mundial, es un ejemplo cl¨¢sico de fortaleza medieval, construida en el siglo XIII por los Caballeros Teutones; fue su cuartel general durante un siglo y medio. Ayudaban a su seguridad sus tres anillos de murallas defensivas, reforzados con torres y mazmorras. La fortaleza se puede visitar en una excursi¨®n de un d¨ªa desde Gdansk, que no en Malbork no hay mucho m¨¢s que ver, salvo la estaci¨®n de trenes: ha recuperado su antiguo esplendor, con revestimientos de madera, techos repujados, arcos neog¨®ticos y decoraci¨®n pseudomedieval.Walter Bibikow/GettyEl mayor casillo de Silesia atesora bajo sus cimientos un curioso secreto de los tiempos de la guerra. Encaramado en una empinada colina en medio de un bosque, el castillo de Ksiaz fue mandado construir a finales del siglo XIII, y ampliado y remodelado sucesivamente hasta bien entado el siglo XX, lo que explica su mezcolanza de estilos, desde el rom¨¢nico hasta la actualidad. Durante la II Guerra Mundial, por orden directa de Hitler, los mandos alemanes lo confiscaron y empezaron a construir bajo el edificio un misterioso complejo subterr¨¢neo que el ej¨¦rcito sovi¨¦tico utilizar¨ªa despu¨¦s como cuartel hasta 1946. En 1974 se iniciaron las obras de restauraci¨®n y hoy puede visitarse su suntuoso interior. Una pista para amantes de los caballos: en sus antiguas caballerizas, a cinco minutos del castillo, est¨¢ la Cuadra Nacional de Caballos Sementales (stadoksiaz.pl), donde se puede practicar la equitaci¨®n, con sesiones de 45 minutos.C. Kober/GettyEl disparatado castillo de Krzyztopor (krzyztopor.org.pl) es el resultado de combinar magia, dinero y la excentricidad. Est¨¢ en el peque?o pueblo de Ujazd, a unos 30 kil¨®metros al oeste de Sandomierz, al norte de Cracovia, y son las ruinas m¨¢s singulares del pa¨ªs. Levantado por encargo del exc¨¦ntrico gobernador Kryzysztof Ossolinkski, el castillo se dise?¨® de acuerdo con su fant¨¢stica imaginaci¨®n (era un apasionado de la magia y la astrolog¨ªa). Tiene forma de calendario, con cuatro torres que representan las cuatro estaciones. 12 salones (por cada mes del a?o), 52 estancias (por cada semana) y 365 ventanas (por cada d¨ªa), m¨¢s una estancia adicional que solo se pod¨ªa usar en los a?os bisiestos. Pero tal vez la historia m¨¢s llamativa es la del t¨²nel que conectaba la propiedad con el castillo de su hermano: 15 kil¨®metros cubiertos de az¨²car para que los dos hermanos pudieran visitarse en trineos tirados por caballos, como si fuera nieve.Witold Skrypczak/GettyLa antigua f¨¢brica de esmaltados de Oskar Schindler (mhk.pl) se ha convertido en el evocador museo que narra la historia de Cracovia bajo la ocupaci¨®n alemana durante la II Guerra Mundial. La impresionante muestra interactiva que nos lleva a los momentos en los que el famoso empresario nazi salv¨® la vida de muchos de los parientes de sus empleados jud¨ªos en pleno Holocausto. Las organizadas e innovadoras exposiciones ilustran la historia de la ciudad de 1939 a 1945. El museo est¨¢ en un barrio perif¨¦rico, Podg¨®rze, que sigue siendo obrero en esencia y que fue donde los nazis hacinaron a unos 16.000 jud¨ªos en un gueto alrededor de la actual Plac Bohater¨®w Getta. Desde aqu¨ª fueron deportados a campos de concentraci¨®n, como el cercano Plasz¨®w.Hugh Rooney/GettyBajo la inmensa plaza del mercado de Cracovia, el museo Rynek Underground (podziemiarynku.com) se sirve de la magia audiovisual para ilustrar la historia comercial de la ciudad. Se trata, en realidad, de una ruta subterr¨¢nea que discurre por puestos de mercado medievales y otras c¨¢maras olvidadas desde hace mucho tiempo. Redondea la experiencia un despliegue de hologramas y efectos audiovisuales. La entrada a este este curioso recorrido se encuentra en el extremo noreste de la lonja de los Pa?os, en la principal plaza de Cracovia.Los aficionados a la navegaci¨®n disfrutar¨¢n en el Museo Mar¨ªtimo Nacional (nmm.pt) de Gdansk, que ofrece una cr¨®nica sobre la historia mar¨ªtima y el papel de este bullicioso puerto del B¨¢ltico a lo largo de los siglos. Su multimillonaria sede acoge la exposici¨®n interactiva permanente ¡®Gente-embarcaciones-puertos¡¯, as¨ª como el MS Doldek, la primera embarcaci¨®n que se construy¨® en los astilleros de la ciudad durante la posguerra, y la Zuraw, gr¨²a de carga del siglo XV que en su ¨¦poca fue la mayor del mundo. Los graneros de la isla de Olowianka, en el r¨ªo Motlawa, contienen otras muestras que ilustran la historia de la navegaci¨®n polaca desde sus primeros d¨ªas hasta la actualidad, as¨ª como maquetas de viejos buques de guerra, una canoa del siglo IX, instrumentos de navegaci¨®n o artiller¨ªa naval, entre otros objetos. Un servicio de ferri gratuito del museo comunica la gr¨²a con la isla.Peter Probst/GettyEn Varsovia, al sur de la Ciudad Vieja, encontramos este tributo interactivo al c¨¦lebre compositor polaco. Un moderno museo multimedia alojado en el barroco palacio Ostrogski (en la foto), que repasa la obra del compositor m¨¢s famoso del pa¨ªs. Los visitantes pueden recorrer a su aire las cuatro plantas de exposiciones, parando en las cabinas de audio del s¨®tano para disfrutar a su gusto de las sinfon¨ªas completas de Chopin. Las visitas en grupos limitados, se realizan cada hora. Lo mejor es reservar previamente por correo electr¨®nico (chopin.museum.ul).Konstantin Tronin/iStockLos 40 a?os de r¨¦gimen comunista dejaron huella en el pa¨ªs: desde edificios socialistas en los a?os 50 hasta estramb¨®ticas estructuras de los 60 y 70. Gran parte de Polonia fue reconstruida tras la II Guerra Mundial seg¨²n los planes urban¨ªsticos de Mosc¨² y el resultado son algunos disparates maravillosos, como el Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia (pkin.pl), PKiN en su abreviatura en polaco. Muestra de amistad de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, sigue siendo el edificio m¨¢s alto de Polonia (231 metros). Alberga un centro de convenciones, teatros, multicines, museos y un ascensor ultrarr¨¢pido que sube a la terraza mirador del piso 30 (a 115 metros del suelo). El edificio nunca ha sido del gusto de los varsovianos, lo que ha derivado en apodos como ¡®el elefante con lencer¨ªa de encaje¡¯, por su tama?o y las recargadas esculturas que adornan sus parapetos.Kavalenkava Volha/iStockKielce, en la regi¨®n de Malopolska (al norte de Cracovia), alberga la que posiblemente sea la estaci¨®n de autobuses m¨¢s atractiva del pa¨ªs: un edificio retro-futurista de la d¨¦cada los 70, con forma de platillo volante. Sin embargo, hoy est¨¢ parcialmente cerrada y a la espera de un destino incierto. Entretanto, algunos servicios ¡®intercity¡¯ operan desde paradas temporales de la zona. dworzec.kielce.plStaszek Szybki Jest/WikipediaNowa Huta (Nueva Siderurgia), el barrio m¨¢s nuevo y grande de Cracovia, creado en la d¨¦cada de 1950, contrasta poderosamente con el casco antiguo de la ciudad: representa el desarrollismo industrial de la posguerra. A principios de los a?os 50 se construy¨® una acerer¨ªa gigantesca a unos 10 kil¨®metros del centro de la ciudad y, justo al lado, naci¨® una ciudad dormitorio para acoger a unos 200.000 empleados. La planta sider¨²rgica aportaba casi la mitad de la producci¨®n nacional de hierro y acero, pero tras la ca¨ªda del comunismo disminuy¨® su ritmo y actualmente pertenece al gigante sider¨²rgico AcelorMittal. Aunque la planta no se puede visitar, s¨ª se puede pasear por el barrio y sus austeras l¨ªneas propias del socialismo realista. Considerado en su ¨¦poca un modelo de urbanismo, hoy solo conserva un extravagante aire retro.Petr Svarc/GettyEn el macizo m¨¢s elevado de los C¨¢rpatos, los montes Tatras, no hay glaciares, pero cuenta con zonas de nieves perpetuas. Est¨¢n en la frontera polaco-eslovaca y una cuarta parte de su territorio forma el Parque Nacional de los Tatras (tpn.pl), para¨ªso de senderistas. Es tambi¨¦n una regi¨®n donde las antiguas tradiciones todav¨ªa forman parte de la vida diaria. Acurrucada en las estribaciones de estas monta?as, Zakopane es la estaci¨®n invernal m¨¢s popular y una excelente base en verano para caminatas, porque sirve de acceso a los senderos m¨¢s espectaculares y de mayor altitud de los Tatras. Es tambi¨¦n famosa por las dimensiones y belleza de sus casas de monta?a, construidas en madera entre finales del siglo XIX y principios del XX, que convirtieron a esta poblaci¨®n en destino predilecto de pintores, poetas, escritores y compositores. Algunas albergan museos, mientras otras siguen en manos privadas o se han convertido en hoteles.Michal Sleczek/GettyVerde, limpio y remoto, este peque?o rinc¨®n encajado entre Ucrania y Polonia es lo m¨¢s parecido al fin del mundo. Una regi¨®n monta?osa y poco poblada de los C¨¢rpatos que conserva gran parte de su encanto natural, con densos bosques y praderas de alta monta?a. Es una de las zonas m¨¢s bonitas de Polonia y un destino especialmente atractivo para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Adem¨¢s, la falta de instalaciones tur¨ªsticas, carreteras y transporte p¨²blico la ha mantenido a salvo en su relativo aislamiento. En el extremo este de esta cordillera, la parte m¨¢s elevada y espectacular, est¨¢ el Parque Nacional de Bieszczady (bdpn.pl), el tercero en importancia del pa¨ªs, tras los de Biebza y Kampinos. Esta regi¨®n cuenta tambi¨¦n con valles pintorescos, como Sanok, y peque?¨ªsimas poblaciones, como Lesko, destino de senderistas en busca de senderos que se adentran en los montes Bieszcazdy.GettyEste cintur¨®n monta?oso de 56 kil¨®metros que recorre unos 25 kil¨®metros en la frontera checopolaca, cuenta con dos centros regionales importantes (Szklarska Poreba y Karpacz) y un paisaje muy caracter¨ªstico, los ¡®kotly¡¯ (circos), enormes hondonadas talladas por glaciares hace milenios, bordeados de escarpados pe?ascos. En el lado polaco, los m¨¢s espectaculares son Kociol-Malego, Stawy Kocol Wiekiego Staw, cerca del monte Snizka, adem¨¢s del Sniezne Kotly, a los pies del monte Wielki Szyszak. Aunque esta es una regi¨®n de duras condiciones clim¨¢ticas, el parque nacional de Karkonosze (kpnmab.pl) es el principal destino senderista en los Sudetes, con 33 recorridos y unos 100 kil¨®metros de caminos, e incluso rutas especialmente trazadas para los amantes del ciclismo de monta?a.W. Skrypczak/GettyTambi¨¦n en la regi¨®n de los Sudetes encontramos el parque nacional de Gory Stolow (pngs.com.pl), uno de los m¨¢s espectaculares del pa¨ªs. Este peculiar altiplano est¨¢ salpicado de extra?as formaciones rocosas, como Szczeliniec Wielki, la m¨¢s alta de todas. Tanto el poeta alem¨¢n Goethe como el sexto presidente de Estados Unidos, John Quincy Adams, caminaron por la zona y disfrutaron del paisaje. Hay un sendero que conduce a la cima para poder disfrutar de excelentes vistas. Desde ah¨ª, a unos cuatro kil¨®metros al oeste, se encuentra otra maravilla natural: los Bleedne Skaty, un amplio laberinto geom¨¦trico de piedras formado por cientos de enormes rocas depositadas por los glaciares.C. Kober/GettyEl Museo de Arquitectura Tradicional (skansen.mblsanok.pl) es el mayor ¡®skansen¡¯ polaco: centros etnogr¨¢ficos al aire libre. Cuenta con 12 edificios hist¨®ricos donde empaparnos de la cultura popular de boykos y lemkos, dos pueblos n¨®madas eslavos. Destacan cuatro iglesias de madera, una posada, una escuela y hasta un cuartel de bomberos. El museo muestra la identidad y estilo ¨¦tnicos de cada regi¨®n. El Museo Etnogr¨¢fico de Tarn¨®w (muzeumtarrow.pl), en los C¨¢rpatos, es la ¨²nica colecci¨®n permanente de Europa dedicada a la cultura roman¨ª. En el patio trasero podremos ver una exposici¨®n al aire libre de carruajes roman¨ªes originales, y, si se solicita, se puede participar en un c¨ªrculo de fuego con danza. El museo se encuentra en una posada del siglo XVIII, cuya fachada exhibe los t¨ªpicos motivos florales de Zalipie (en la foto).Michel Setboun/GettyEl Parque Etnogr¨¢fico de Alta Silesia (muzeumgpe-chorzow.pl) es un extenso museo al aire libre que re¨²ne muchos edificios tradicionales de madera repartidos en un terreno de 20 hect¨¢reas. Se incluye en el a¨²n mayor Parque Provincial de la Cultura y el Recreo, que adem¨¢s cuenta con un estadio, un zool¨®gico, un parque de atracciones y un planetario. Est¨¢ unos tres kil¨®metros de la ciudad de Katowice.Tomasz G¨®rny/WikipediaEsta regi¨®n del norte, a 100 kil¨®metros al suroeste de Gdansk, salpicada de pueblos y museos etnogr¨¢ficos, contrasta con el animado litoral. Lejos de las playas y de las estructuras de ladrillo de Gdansk, mantiene viva la llama de la tradici¨®n e incluso su propio idioma, el casubio, que todav¨ªa hablan 50.000 personas. Es el lugar perfecto para alejarse de las rutas m¨¢s tur¨ªsticas, aunque para disfrutarla y descubrir los encantos reales de la regi¨®n hay que viajar en veh¨ªculo propio. Para conocer la cultura casubia, se puede visitar el Museo Casubio (muzeum-kaszubskie.gda.pl) en Kartuzy, un sorprendente museo que exhibe desde aperos de madera hasta cer¨¢mica t¨ªpica de la regi¨®n.Ken Gordon/FlickrLos polacos toman sobre todo cerveza, pero en las celebraciones se decantan por el vodka. Una vez que se abre una botella nadie puede marcharse hasta que no se termina. A los polacos les encanta su ¡®w¨®dka¡¯ (vodka), y dicen que los suyos son de los mejores, por encima incluso que el ruso (probablemente, los ¨²nicos que beben m¨¢s vodka que los polacos). El tipo de vodka m¨¢s popular es el ¡®czysta¡¯ (claro), pero hay de trigo, centeno, aromatizado con membrillo, cerezas, lim¨®n o incluso con pimienta. Incluso un ¡®vodka del cazador¡¯, parecido a la ginebra en sabor, y un ¡®vodka del bisonte¡¯, aromatizado con hierba del bosque de Biatowieza (en la foto), donde pastan esa especie en peligro de extinci¨®n. El vodka suele servirse en un vaso de chupito (50 mililitros) y se bebe de un trago, hasta el fondo. Despu¨¦s, para aliviarse, se puede tomar un peque?o tentempi¨¦ (como encurtidos o un arenque en escabeche) o un sorbo de agua mineral. Y luego, vuelta a empezar. Advertencia: no se mezcla nunca. M¨¢s informaci¨®n en la nueva gu¨ªa Lonely Planet de Polonia (en espa?ol) y en www.lonelyplanet.esM. K. Ranjitsinh/Getty