15 barrios antiguos y encantadores
Del bullicio nocturno de Djemaa el-Fna, en Marraquech, a las calles de La Habana vieja
El viajero siempre visita, antes que nada, el centro hist¨®rico de las ciudades. Son barrios con alma y suelen concentrar lo m¨¢s atractivo para el visitante; desde monumentos destacados, como catedrales o mezquitas, hasta tiendas, caf¨¦s, restaurantes de moda o museos irrenunciables. Pero, sobre todo, est¨¢n cargados de encanto, de Historia en may¨²sculas y de historias en min¨²scula. Los viajeros y expertos de Lonely Planet escogieron recientemente los centros urbanos m¨¢s interesantes del mundo dentro del r¨¢nking Los 500 mejores lugares para el viajero. Estos son los 15 m¨¢s interesantes entre los m¨¢s visitados del mundo.
Un mercado con 9.400 callejones
Medina de Fez
No hay quien se resista a la magia de una medina marroqu¨ª, aunque haya que renunciar al orden y una arquitectura previsible. F¨¨s el-Bali, coraz¨®n medieval de Fez, la tercera mayor ciudad de Marruecos, no es tanto una medina como un espagueti arquitect¨®nico. En este enmara?ado laberinto de m¨¢s de mil a?os de antig¨¹edad y 9.400 callejones se alzan 14.000 construcciones en las que viven unas 160.000 personas. Mezquitas, madrasas, restaurados riads, dar (casas tradicionales), plateros, comerciantes de cobre, vendedores de baratijas para turistas, curtidores, gu¨ªas aut¨¦nticos (y falsos), y todo tipo de personas parecen apretujarse en su interior. Es imposible saber por d¨®nde se va, pero esa es parte de la gracia. Hay que armarse de valor, tomar un buen t¨¦ a la menta y lanzarse de cabeza.
El teatro de la calle
Djemaa el-Fna (Marraquech)
Sin salir de Marruecos encontramos otro de los centros hist¨®ricos m¨¢s famosos y visitados del mundo. Ca¨®tica y cautivadora a partes iguales, Djemaa el-Fna es el animado coraz¨®n de Marraquech. Esta plaza es un foco de sonidos y olores, de halqa (teatro callejero) e hikayat (narraci¨®n oral) desde la ¨¦poca medieval. Durante las horas del d¨ªa, adivinos y encantadores de serpientes recorren la plaza junto a una variopinta colecci¨®n de vendedores ambulantes, tatuadoras de henna y dentistas de origen dudoso. En cuanto se pone el sol, la plaza se transforma en una mezcla de m¨²sica y algarab¨ªa; una combinaci¨®n de circo y vodevil, y concierto al aire libre.
La actividad original de la plaza era bastante m¨¢s oscura. En el siglo XI era el lugar donde se realizaban las ejecuciones p¨²blicas, lo que explica el nombre de la plaza, reuni¨®n de los muertos. A pesar de tan macabros or¨ªgenes, Djemaa se ha convertido en un centro de ocio que, por las noches, se llena de puestos de comida que ofrecen tajines y caracoles mientras acr¨®batas, cuentacuentos, m¨²sicos y extra?os bufones act¨²an para la gente que pasa. Declarada como Obra Maestra del Patrimonio en el a?o 2001, si se deambula entre monos vestidos con tut¨², bailarinas de danza del vientre travestidas y m¨²sicos gnawa hipnotizando a un corrillo de espectadores, se entender¨¢ por qu¨¦.
Recuerdos de la antigua Indochina
Barrio Antiguo de Han¨®i (Vietnam)
Un poco franc¨¦s, un poco comunista y muy vietnamita. En el Barrio Antiguo de Hanoi, una muestra de lo que fue Indochina, las mansiones coloniales se mezclan con los fren¨¦ticos mercados callejeros t¨ªpicos del sudeste asi¨¢tico y los caf¨¦s modernos en los que adolescentes danzan al son de rockeras guitarras. Extendi¨¦ndose hacia el norte desde el lago Hoan Kiem, la ciudad vieja es el coraz¨®n cosmopolita de Han¨®i y resulta muy dif¨ªcil no enamorarse de su exuberancia desenfrenada y su joie de vivre.
Se trata, por supuesto, de un barrio comercial ¨Ces el principal distrito de compras de Han¨®i¨C, donde las tiendas se amontonan como las cajas en un almac¨¦n y los escaparates conquistan las calles con resmas de sedas de todos los colores; apenas queda espacio para el incesante tr¨¢nsito de motos y vendedores ambulantes de comida con los ic¨®nicos sombreros de paja vietnamitas. Dentro de todo este caos se esconden tesoros hist¨®ricos, como la Pagoda del Pilar ?nico, el Templo de la Literatura y escondidos establecimientos donde se puede comer de todo, desde pho (sopa) a pan franc¨¦s.
Esplendor cubano en ruinas
La Habana Vieja
Pasear por las calles adoquinadas de La Habana Vieja es lo m¨¢s parecido a entrar en una fotograf¨ªa antigua de color sepia, entre edificios color pastel y coches antiguos. Esta evocadora decadencia la convierte en un caramelo para fot¨®grafos, aunque no est¨¢, ni mucho menos, muerta. Si se pasea de noche se puede ver a sus vecinos bailando al son de la radio y jugando al domin¨®.
Para el turista que visita la capital cubana resulta imprescindible: aqu¨ª se concentran plazas hist¨®ricas (la de Armas, la de San Francisco, la de la Catedral) y castillos (el de los Tres Reyes Magos del Morro, el de la Real Fuerza, el de San Salvador de la Punta, el de Atares y, sobre todo, el de San Carlos de la Caba?a), pero tambi¨¦n edificios simb¨®licos como la Catedral, el hotel Ambos Mundos, el Floridita, La Bodeguita del Medio, el Gran Teatro¡ Hay que ir cuanto antes: la apertura de relaciones entre Cuba y Estados Unidos podr¨ªa devenir en una r¨¢pida modernizaci¨®n.
C¨¢psula del tiempo de Estocolmo
Gamla Stan
Los edificios del casco antiguo de Estocolmo rebosan historia. Calles adoquinadas serpentean entre iglesias renacentistas, palacios barrocos, plazas medievales y edificios de colores que albergan acogedoras cafeter¨ªas. Fundado en 1250, el pasado de Gamla Stan est¨¢ plagado de momentos oscuros. Fue asolado por la peste y el hambre, consumido por las llamas y asediado por facciones danesas y suecas. Storkykan, la catedral medieval, domina el horizonte pero hay muchos otros edificios hist¨®ricos en los que detenerse: el Museo Nobel, la Riddarhuset o Casa de la Nobleza, la iglesia Alemana de Estocolmo (Tyska Kyrkan) o el Palacio Real, construido sobre las ruinas del anterior palacio que se destruy¨® en un incendio en el siglo XVIII.
Una joya medieval en Estonia
Centro hist¨®rico de Tall¨ªn
Deambular por las estrechas calles adoquinadas de la vieja Tall¨ªn es como transportarse en el siglo XV, y no solo porque las tiendas de la zona vistan a su personal como campesinos de ¨¦poca. Hay viejas casas de comerciantes, patios medievales ocultos, torres altas y escaleras de caracol que conducen a miradores con vistas espectaculares de la ciudad. Su encanto de libro de cuentos, su distribuci¨®n en dos niveles y sus impresionantes murallas lo han convertido en un aut¨¦ntico nido de turistas, pero lo lleva con dignidad. En verano, los cruceristas abarrotan el casco hist¨®rico de la capital estona, pero se van a las cinco de la tarde y llega el momento de disfrutarlo a gusto.
El muelle de Bergen (Noruega)
Barrio de Bryggen
Las casas color fuego del muelle del precioso casco antiguo de Bergen dan un c¨¢lido brillo al puerto de V¨¤gen y contrastan enormemente con el azul del fiordo en la distancia. Tal vez Bryggen no tenga el esplendor de otros centros hist¨®ricos, como el de Gamla Stan de Estocolmo o el de Tall¨ªn, pero su aire provincial le da un encanto especial. En otra ¨¦poca, los comerciantes eran el alma de esta ciudad noruega, importante puerto de la Liga Hanse¨¢tica durante los siglos XIV y XV. A¨²n conserva intacto ese aire de comunidad unida y uno de los grandes placeres que ofrece Noruega es perderse por sus callejones de madera, en la actualidad refugio de artistas y artistas.
Destruidos por el fuego en repetidas ocasiones, los t¨ªpicos edificios de madera de Bryggen, a menudo torcidos, se han reconstruido innumerables veces. Los que se conservan son una reliquia del pasado, cuyo encanto tan solo disminuye un poco por su inevitable popularidad entre cruceristas y autobuses tur¨ªsticos.
Memorias de una geisha en Kioto
Distrito de Gion
Podr¨ªa perdonarse a las misteriosas geishas que limitasen sus apariciones a los best-sellers, pero se las puede ver pasar por las calles de Gion, el antiguo distrito del ocio de Kioto que, aun siendo muy tur¨ªstico, conserva ese aire de tradici¨®n. Las v¨ªas m¨¢s concurridas est¨¢n llevas de tiendas de objetos lacados y de dulces, pero el aut¨¦ntico viaje empieza cuando nos adentramos en sus estrechos callejones. Tras las puertas cerradas y las persianas bajadas de las viejas casas de t¨¦ se esconden restaurantes kaiseki y bares exclusivos, se?alizados con farolillos.
Puerto medieval en Oporto
Barrio de Ribeira
Oporto combina sus encantos urbanos de un modo muy rom¨¢ntico. Es dif¨ªcil definir el misterio que envuelve al barrio de Ribeira, y que lo convierte en un lugar tan cautivador.
Tal vez sea la fusi¨®n de placeres para los sentidos lo que genera ese ambiente ¨²nico: decadentes edificios color pastel de varios pisos que parece que vayan a caerse frente al muelle; los acordeonistas; los graznidos de las gaviotas; los rabelos (barcos tradicionales) navegando por el r¨ªo Duero bajo el elegante puente Don Luis I; el chisporroteante aroma de las sardinas; los caf¨¦s, bares y restaurantes que se esconden bajo las arcadas y en los estrechos callejones. Con un caf¨¦ y un pastel de nata (dulce de hojaldre y crema) se disfruta mejor. Al amanecer, al atardecer¡ El paseo enamora a cualquier hora y desde todas las perspectivas.
El coraz¨®n urbano de Eurasia
Casco antiguo de Tiflis (Georgia)
Un precioso rinc¨®n del C¨¢ucaso con una mara?a de callejones, casas de madera, plazas arboladas y bonitas iglesias vigiladas por la fortaleza de Narikaia, del siglo IV. El casco antiguo de Tiflis, capital de Georgia, ha permanecido intacto casi un siglo, con sus casas art nouveau inclinadas de tal manera que cuesta creer que se mantengan en pie. De hecho, debido a la falta de ayudas para su conservaci¨®n, es posible que muchas acaben desplom¨¢ndose. Se recomienda disfrutar de todo esto mientras se toma un pan de queso caliente en un animado caf¨¦.
La Ciudad Vieja de Tifflis fusiona mejor que ning¨²n otro lugar la magia del pasado de Georgia con su lucha por el futuro. Las calles sinuosas, con sus casas inclinadas, conducen a trav¨¦s de antiguas iglesias de piedra hasta plazas umbr¨ªas y el ultramoderno puente de la Paz, que cruza el r¨ªo Mtkvari. Y los caf¨¦s tranquilos y bohemios coexisten con modernos clubs lounge a la ¨²ltima.
Murallas en el nuevo mundo
Ciudad vieja de Quebec (Canad¨¢)
El casco hist¨®rico de Quebec resulta especialmente singular por ser la ¨²nica ciudad amurallada al norte de M¨¦xico. Fundada en el a?o 1608, conserva sus antiguas murallas, puertas y bastiones. Intramuros, el d¨¦dalo de calles empedradas y casas de los siglos XVII y XVIII resulta m¨¢s propio de Francia que de Norteam¨¦rica. Hay catedrales con brillantes chapiteles, caf¨¦s con jazz de fondo, muros de piedra y todo el romanticismo y misterio de las ciudades europeas. La mejor manera de disfrutarlo es sentarse en una terraza de la calle ante un vin rouge y un plato de poutine (patatas fritas, queso y salsa de carne).
Paseo urbano por Shangh¨¢i
El Bund
Este gran malec¨®n fluvial de la Shangh¨¢i colonial es uno de los lugares m¨¢s emblem¨¢ticos de la ciudad china; en otros tiempos, una especie de Wall Street local, donde se ganaban y perd¨ªan fortunas. Lo que en origen fue un camino de sirga para tirar de las gabarras de arroz, se convirti¨® en la primera escala de todos los visitantes, desde que hace m¨¢s de un siglo empezaron a desembarcar aqu¨ª. Hoy las multitudes vienen por las boutiques, bares y restaurantes, y por las magn¨ªficas vistas de P¨²dong, la nueva Shanghai.
Ca¨®tico batiburrillo indio
La Vieja Delhi
Jaleo de motos, algarab¨ªa de ruidos, intensos aromas y colores chillones: la Vieja Delhi representa toda una prueba para los sentidos de los turistas, especialmente en su primer viaje a India. Este barrio medieval que se extiende alrededor del Fuerte Rojo es un intrincado d¨¦dalo de callejas y templos con animados bazares, todo empapado de historia musulmana, sij e hind¨², aunque al mismo tiempo revestido de vida india m¨¢s moderna. Sin duda, una experiencia algo mareante pero inolvidable.
Ecl¨¦ctico barrio fortificado
Ciudad Vieja de Rodas (Grecia)
?pocas e imperios del pasado acechan en todos los rincones de la Ciudad Vieja de Rodas, impregnando la arquitectura cl¨¢sica, bizantina, medieval y otomana de este puerto fortificado en la cuarta isla m¨¢s grande de Grecia. En sus evocadoras calles empedradas, ancianas vestidas de negro observan desde la puerta de sus casas y el olor a cuero se funde con la fragancia de las buganvillas. Perderse forma parte de la diversi¨®n: hay que internarse en ella desde el paseo peatonal del foso, parando en tiendas y restaurantes hasta que logremos, sin prisa, orientarnos de nuevo.
El alma de Lisboa
Barrio de Alfama
Alfama enamora tanto desde el tur¨ªstico tranv¨ªa 28, que sube serpenteante desde la Baixa casi rozando las puertas de las casas, como paseando por su laberinto de callejones. Es el alma y el coraz¨®n de Lisboa. De d¨ªa hay que esquivar la ropa tendida en los balcones y hacerse un hueco entre el gent¨ªo que abarrota los miradouros (miradores) para se asoman al r¨ªo Tejo. De noche, cuando el sonido del fado se cuela en los bares, el ambiente cambia. De d¨ªa o de noche, la Alfama merece m¨¢s de una visita. Y en lo alto, presidiendo todo, el castillo de San Jorge.
M¨¢s informaci¨®n en Los 500 mejores lugares para viajar, de Lonely Planet, y en www.lonelyplanet.es.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.