24 fotosLos pueblos m¨¢s bonitos de AlemaniaDe Baviera a la isla de Sylt, 25 peque?as localidades con encanto medieval, a orillas de lagos y r¨ªos o con casas pintadasCarlos Pascual06 abr 2017 - 20:52CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEs otra de las postales favoritas de la llamada Ruta Rom¨¢ntica (Romantische Strasse) a su paso por Baviera. El casco antiguo, pastoreado por la iglesia de San Jorge, est¨¢ ce?ido por murallas que se espejan en fosos anchos como lagos. Son varias las puertas monumentales que dan acceso al centro (Altstadt) y a la Marktplatz, flanqueada esta por casas g¨®ticas. Cada verano se celebra la Kinderzeche, una festiva reconstrucci¨®n de la rendici¨®n de la ciudad, en 1645, a las tropas suecas, durante la Guerra de los Treinta A?os.Meinzahn (Baviera) (iStock)Es tal vez el m¨¢s seductor de los pueblos que se asoman al lago de Constanza, verdadero mar interior, bien pertrechado en sus m¨¢rgenes de bell¨ªsimas poblaciones (la propia Constanza, que est¨¢ enfrente, Lindau en la misma orilla alemana, o Bregenz en la austr¨ªaca...). El pueblo se recuesta en una ladera a la sombra del Castillo Viejo (Altes Schloss) y est¨¢ rodeado de vi?edos que gozan de una insolaci¨®n privilegiada, mirando al sur. Hay otro Castillo Nuevo (Neues Schloss) levantado en el siglo XVIII como residencia de los Pr¨ªncipes Obispos de Constanza. Desde Meersburg un barco lleva a Mainau, "la isla de las flores", uno de los enclaves m¨¢s rom¨¢nticos de Alemania.Getty ImagesAsomada al lago Tegern (Tegernsee) y arropada por los Alpes b¨¢varos, esta diminuta poblaci¨®n es una de las m¨¢s pintorescas de la regi¨®n. Tambi¨¦n una de las m¨¢s concurridas, gracias a sus establecimientos termales. De historia milenaria, los turistas, aparte de curar sus dolencias tomando las aguas, pueden visitar la abad¨ªa benedictina, a orillas del lago, cuya primitiva fundaci¨®n se remonta nada menos que al siglo VIII. El actual complejo abacial incluye el llamado Schloss Tagernsee, palacio de la familia real Wittelsbach (la del Rey loco), que aloja entre otras cosas una de las cervecer¨ªas m¨¢s antiguas de Alemania.Egbert KruppEsta ciudad sajona de mediano tama?o est¨¢ considerada como el mayor conjunto de casas de entramado de vigas de madera: unas 1.200 casas, levantadas muchas de ellas en la ¨¦poca de la Guerra de los Treinta A?os; la llamad St?nderbau se considera la m¨¢s antigua de este tipo en Alemania. Esos edificios, junto con el Ayuntamiento barroco, el castillo y la colegiata, con su tesoro catedralicio, merecieron ser declarados patrimonio mundial por la Unesco.Getty ImagesEs otro de los cl¨¢sicos, todo el mundo coincide: merece estar entre los primeros en el ranking de pueblos de postal. Pero no es pueblo, tuvo rango de ciudad libre imperial en la Edad Media. El r¨ªo Kocher que la atraviesa, reflejando sus casas de entramado y sus tejados puntiagudos de pizarra, contribuye a la estampa rom¨¢ntica, gracias a sus puentes de piedra, alguno de ellos cubierto, al lamet¨®n de sus aguas a los cimientos mismos de los edificios y a un viejo molino (hoy museo). En la Marktplatz, la iglesia de St. Michael brinda su torre como balc¨®n para unas vistas a ojo de p¨¢jaro. Del antiguo comercio de sal y costumbres de la regi¨®n de Franconia da cuenta el H?llisch-Fr?nkisches Museum, una cita imprescindible.iStockPerdida en las monta?as del Harz, Wernigerode extiende sus calles adoquinadas y sus casas de picudos tejados rojizos a los pies de un castillo fantasioso, como de cuento; de origen medieval, ese basti¨®n fue recreado a finales del siglo XIX con no poca imaginaci¨®n. Pero la estampa m¨¢s genuina (y repetida) es la de su Ayuntamiento g¨®tico (en la foto), en la Marktplatz, con dos torretas afiladas que le dan aspecto de catedral laica. Delante de ¨¦l se monta cada Adviento uno de los mercadillos navide?os m¨¢s coloristas.Michael BaderEs una de las m¨¢s llamativas poblaciones medievales, pues su muralla, con once torres y cinco puertas, dibuja un c¨ªrculo perfecto. En su centro se alza la iglesia g¨®tica de San Jorge, con un campanario que se llama Daniel, mide 90 metros de estatura y permite contemplar no solo el casco antiguo, sino tambi¨¦n la campi?a circundante, y hasta cien pueblos a la redonda. Nordlingen ocupa el centro de una hondonada, Ries, que fue causada por el choque de un meteorito de un kil¨®metro de di¨¢metro; el Rieskrater Museum, alojado en una granja del siglo XV, permite conocer los pormenores del impacto, que arras¨® todo rastro de vida en un radio de m¨¢s de 160 kil¨®metros.Romantische Strasse e.V.Es tal vez el pueblo m¨¢s c¨¦lebre y tur¨ªstico del Rheingau, o regi¨®n vin¨ªcola del Rin, que comienza en la cercana Wiesbaden. T¨ªpico de la regi¨®n es el 'sekt' o vino espumoso. En R¨¹desheim, el callej¨®n Drosselgasse es un hervidero de tabernas y jocundos excursionistas que lo apuran como locos. No solo el 'sekt', tambi¨¦n es t¨ªpico el 'weinbrad', un brandy que se produce en la antigua destiler¨ªa local Asbach, y sirve de relleno a unos bombones que se venden como rosquillas. Vale la pena hacer una escapada al cercano Kloster Eberbach, monasterio cisterciense donde hay un peque?o museo del vino y se realizan catas; adem¨¢s, es un lugar muy evocador, all¨ª se filmaron algunas escenas de 'El nombre de la rosa'. En R¨¹desheim puede uno embarcarse en el 'Goethe', barco de palas que hace la muy tur¨ªstica Ruta del Rin.Michael Zegers (AGE)Ya el nombre (Bacharach: "ara de Baco") anuncia que estamos en una zona consagrada al vino, devoci¨®n que viene de tiempos romanos, sin ir m¨¢s lejos. Son muy sonados los festivales de la vendimia que se celebran aqu¨ª cada oto?o. Desde la muralla medieval se puede contemplar el Rin y avistar, a lo lejos, el c¨¦lebre Pfalz (Pfalzgrafenstein), un escollo en mitad del r¨ªo con una s¨®lida torre ce?ida por un muro a modo de castillo fantasma, o nav¨ªo varado (se puede visitar el interior).Steiner (AGE)Es uno de los pueblos m¨¢s visitados de la Selva Negra. Y con raz¨®n. Parece un decorado de cuento, o de pel¨ªcula: de hecho se han rodado algunas en sus calles, entre otras, 'Charlie y la f¨¢brica de chocolate'. Callejas empedradas, casas de entramado visto, fuentes monumentales, puertas fortificadas, un Ayuntamiento barroco y un par de iglesias: todo ello girando en torno a la Marktplatz, cuyo espacio se disputan las flores y las mesas de las terrazas.Ralf GreinerEs uno de los pueblos m¨¢s pintorescos de la regi¨®n vin¨ªcola del Mosela. All¨ª, al Festival de M¨²sica del Mosela se une el Festival de la Tierra y el Vino, a finales de verano. El r¨ªo, escoltado por bancales y vi?edos, traza una cerrada curva de ballesta, que vigila un castillo roquero, el Reichburg. Hay un telesilla para subir y contemplar la panor¨¢mica del r¨ªo, los vi?edos y los barcos que inician all¨ª cruceros fluviales hasta Coblenza. Y mejor con un vaso de riesling en la mano.iStockSuele ser el broche de oro a la Ruta Rom¨¢ntica (Romantische Strasse), y centro de operaciones no solo para visitar los castillos de Luis II de Baviera, sino tambi¨¦n para el amplio abanico de actividades con que disfrutar la monta?a (el cercano Tegelberg), lagos, r¨ªos y deslumbrante naturaleza. Asomada al r¨ªo Lech desde un z¨®calo rocoso, con los Alpes al fondo, las casas medievales y barrocas se cobijan a los pies del castillo de los pr¨ªncipes obispos de Augsburgo (ahora museo de pintura) y el monasterio benedictino de St. Magnus (que aloja otro museo). La calle mayor (Reichenstrasse) mantiene el trazado de la Via Claudia Augusta romana, a cuya vera se alinean fuentes, iglesias y fachadas decoradas con pinturas en trampantojo. El claustro de St. Magnus acoge uno de los mercadillos navide?os m¨¢s pintorescos, con el castillo episcopal como tel¨®n de fondo.F¨¹ssen TourismusCerca de la frontera con Austria, en el valle del r¨ªo Isar, Mittenwald es uno de los pueblos m¨¢s antiguos de Baviera. En la Tabula Peutingeriana (especie de mapa esquem¨¢tico, en un pergamino medieval que copia un documento romano) aparece como una 'mansio' (venta) de la Via Claudia Augusta romana. En ¨¦poca medieval se la menciona como 'in media silva' (en mitad del bosque, que es lo que significa Mittenwald), y obtuvo derecho de mercado. Fue precisamente el comercio transalpino lo que dio riqueza a la poblaci¨®n. Desde el siglo XVI, la fabricaci¨®n de instrumentos musicales de cuerda (violines, violas, cellos) ha mantenido una pujanza que refleja un coqueto museo. Numerosas fachadas de casas y torres aparecen cubiertas por frescos de intenso colorido y suntuosa imaginaci¨®n.Martin Kriner (Alpenwelt Karwendel)Esta peque?a ciudad hanse¨¢tica, a orillas del B¨¢ltico, guarda innegable parentesco con otras ciudades de la Liga Hanse¨¢tica, merced a sus edificios g¨®ticos de ladrillo y los frondosos hastiales de sus fachadas. Pero tiene una singularidad: rezuma toda ella cierto aire sueco, en vestidos, insignias, tradiciones... Y es que fue conquistada por los suecos en la Guerra de los Treinta A?os, y sigui¨® bajo tutela sueca hasta 1903 (nota para mel¨®manos: de aqu¨ª era uno de los conjurados en el asesinato de Gustavo III de Suecia en un baile de m¨¢scaras (1792), asunto que tom¨® Verdi para su ¨®pera 'Un ballo in maschera', aunque luego la censura oblig¨® a situar la acci¨®n...en Boston!). La espaciosa plaza mayor, con una fuente-templete renacentista, se halla flanqueada entre otros edificios por el Alte Schwede (viejo sueco), una de las casas burguesas m¨¢s historiadas. Cuenta con tres iglesias de ladrillo que parecen catedrales, y que han tenido que ser profundamente restauradas tras la reciente reunificaci¨®n alemana.Getty ImagesSt. Goarshausen (en la foto) y St. Goar son dos pueblos hermanados, y a la vez enfrentados, en sendas m¨¢rgenes del Rin: St. Goar en la orilla izquierda y St. Goarhausen en la derecha. Ambos deben su nombre al monje irland¨¦s Goar, que en el siglo VI lleg¨® aqu¨ª para evangelizar paganos. Los cuales, una vez convertidos, se lo agradecieron nombr¨¢ndole patr¨®n de taberneros. O sea, que estamos en un enclave vin¨ªcola, con gran festival et¨ªlico-gastron¨®mico en septiembre. A finales de ese mes el vino corre a raudales por ambas m¨¢rgenes, mientras tiene lugar un espect¨¢culo ¨²nico de fuegos de artificio: El Rin en llamas. Desde las ruinas del castillo de Rheinfels, que domina el pueblo, se tienen vistas privilegiadas. St. Goarshausen extiende sus casas a los pies de otros dos castillo del siglo XIV, que parecen vigilarse uno al otro: los llaman Katz (gato) y Maus (rat¨®n). Y algo de cierto hay en ello, pues ambos son fruto de rivalidades recaudatorias, una especie de doble fielato por navegar por el r¨ªo. En el Maus se puede tomar un caf¨¦ y disfrutar de las vistas desde la terraza.Friedrich Gier (Romantischer Rhein Tourismus)Metido entre monta?as y bosques fragosos, partido por las aguas saltarinas del r¨ªo Rur, este peque?o pueblo renano parece un decorado, o un escenario de cuento. En la cima de una colina vigila un castillo medieval, y a lo largo de las calles y cuestas empedradas las casas de entramado visto pugnan por asomarse a la corriente. Dos cosas hay que probar de forma obligada en este pueblo: las galletas Printen (con canela, gengibre y otras especias) y la mostaza local, que se fabrica aqu¨ª con cerca de veinte variedades.Giovanni Caruso (iStock)Muchos habr¨¢n o¨ªdo hablar de este pueblo por la c¨¦lebre Pasi¨®n viviente que unos 2.000 vecinos escenifican cada diez a?os, desde 1634 y como ex voto por haberse librado de una peste. Al margen de ello, este pueblo enamora a primera vista. Porque eso es lo primero que salta a la vista: sus magn¨ªficas fachadas cubiertas de frescos llenos de colorido, imaginaci¨®n y a veces de humor. Son las llamadas 'L¨¹ftmalerei', bastantes comunes en toda la Alta Baviera. La cercan¨ªa de los Alpes, de las pistas de Garmisch-Partenkirchen, el palacio de Linderhof del Rey loco o el soberbio monasterio de Ettal convierten a Oberammergau en un enclave tur¨ªstico de primera magnitud.AGEEste peque?o pueblo del este de Baviera, muy cerca ya de la frontera austriaca, es desde la Edad Media uno de los centros de peregrinaci¨®n m¨¢s concurridos por los cat¨®licos. El Santuario de Gracia (Gnadenkapelle) aloja una imagen de la Virgen que, seg¨²n una leyenda del siglo XV, resucit¨® a un ni?o de tres a?os. Siguiendo una tradici¨®n secular, el coraz¨®n de Luis II (el rey loco) reposa en una urna en esa capilla, al igual que los corazones de su padre y de su abuelo. La iglesia parroquial, de un g¨®tico tard¨ªo, fue levantada para poder acoger a la afluencia cada vez mayor de peregrinos; adem¨¢s, a comienzos del siglo XX, se construy¨® una enorme Bas¨ªlica en estilo neobarroco. Los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI acudieron en peregrinaci¨®n en 1980 y 2006, respectivamente.Alt?tting Verkehrsb¨¹ro (Turismode de Alemania)Esta peque?a ciudad de la Baja Sajonia, al pie de las monta?as del Harz, atravesada por el r¨ªo Gese, cuenta con numerosos edificios hist¨®ricos, como el imponente Palacio Imperial, rom¨¢nico, el Ayuntamiento g¨®tico y la iglesia de los santos Cosme y Dami¨¦n en la Marktplatz, varias iglesias rom¨¢nicas y barrocas, casas gremiales y patricias de ¨¦poca renacentista... Pero fueron las vecinas minas de plata de Rammelsberg las que le valieron el t¨ªtulo de patrimonio mundial, en 1992. Estas minas hab¨ªan sido explotadas hasta solo cuatro a?os antes, es decir, hasta 1988.Goslar Marketing GmbHPuede que muchos tengan en su mente una imagen propia de esta ciudad: una estampa fant¨¢stica, la del famoso cuento de los Hermanos Grimm El flautista de Hammelin, luego llevado al cine y al g¨¦nero musical (cuento cruel, por cierto, pues el mismo flautista que arrastr¨® a las ratas invasoras, al no recibir la recompensa prometida, arrastr¨® con su melod¨ªa a todos los ni?os de la ciudad, alej¨¢ndolos para siempre). Lo cierto es que la imagen real de esta peque?a poblaci¨®n sajona no desentona para nada del m¨¢s fantasioso relato infantil. Nobles casas de entramado, mansiones renacentistas, callejuelas empedradas, una catedral y varias iglesias medievales... De mayo a septiembre, cada domingo a mediod¨ªa, casi un centenar de actores en traje de ¨¦poca reviven la partida de los ni?os.Loo Phyllis (DZT)El pueblo de Keitum, en la isla de Sylt, frente a las costas danesas, es enterito una pieza de museo, como si le sacaran brillo cada ma?ana. Da cosa hasta respirar. Sus calles empedradas se abren paso entre jardines rematados por las que all¨ª llaman "casas de capit¨¢n": son viviendas que marinos daneses y alemanes se hac¨ªan construir para su retiro. Algunas muy antiguas, con la fecha en el dintel; son de piedra, o entramado de madera y ladrillo, con techos de b¨¢lago que resisten bien las lluvias hasta unos treinta a?os. En la iglesia de St. Severin, del siglo XII y clon de las vecinas danesas, se celebran m¨¢s conciertos de ¨®rgano que misas. Hay un museo que parece poca cosa por fuera, pero una vez dentro no se acaba nunca, de todo tiene: artilugios marinos, caza de ballenas, trajes, muebles y cachivaches de la vida isle?a tradicional... No faltan las galer¨ªas de arte y tiendas de capricho. Un tentempi¨¦ de sabor marinero o la merienda puede hacerse en la Kleine Teestube, un antiguo bunker de guerra recrecido con jardines y terrazas sobre el acantilado.Sabine Lubenow (AGE)En la frontera misma con Polonia, G?rlitz es la ciudad m¨¢s oriental de Sajonia, y tambi¨¦n de Alemania. De hecho, tras la Segunda Guerra Mundial la parte este, en la orilla derecha del r¨ªo Neisse, pas¨® a pertenecer a Polonia (Zgorzelec es su nombre en polaco). La guerra, por fortuna, no produjo grandes da?os en esta poblaci¨®n, que cuenta con m¨¢s de cuatro mil edificios catalogados; por ello es conocida como "la perla de la Baja Silesia". La iglesia g¨®tica de San Pedro y San Pablo, cuyas torres se asoman a la orilla izquierda del r¨ªo, es la m¨¢s pintoresca, pero hay otras muy antiguas y valiosas, como la Frauenkirche o la catedral de Santiago, e incluso una monumental sinagoga.Turismo de AlemaniaEl r¨ªo Sarre, afluente del Mosela, va en el ADN, y en el nombre, de Saarburg. Aunque no es este r¨ªo que espeja su friso de casas lo m¨¢s espectacular, sino un peque?o arroyuelo, el Leukbach, que forma una colosal cascada en pleno centro urbano. La historia de esta localidad comenz¨® hace mil a?os con la construcci¨®n del castillo, hoy en ruinas, que corona la colina. El car¨¢cter medieval se mantiene sobre todo gracias a las cuestas y a las casas de entramado visto. Desde cualquier rellano se ciernen los vi?edos que producen el codiciado riesling que impera en la regi¨®n.Thomas Stankiewicz (Getty Images)En plena Ruta Rom¨¢ntica, este peque?o pueblo b¨¢varo se recuesta en una ladera a los pies de una imponente fortaleza medieval de cuento de hadas, con torres y tejados puntiagudos de tonos bermejos, y que apenas sufri¨® da?os por las guerras. El casco hist¨®rico re¨²ne casas de vigas vistas, un puente de piedra sobre el r¨ªo W?rnitz, una antigua sinagoga y un cementerio jud¨ªo, entre otras muchas maravillas.Romantische Strasse e.V.